En términos comerciales, cuando lo antiguo pasa a ser clásico se produce un efecto positivo en lo relacionado a la nostalgia. Y es que ésta vende; vende mucho. Un hecho motivado por el recuerdo de tiempos juveniles o, sencillamente, por el guiño a iconos de la cultura popular reinterpretados bajo un diseño moderno.
Así las cosas, desde el Mini de BMW hasta el 500 de Fiat pasando por el reciente R5 eléctrico son multitud los automóviles con estética “retro” capaces de representar no sólo auténticos éxitos de ventas sino también excelentes operaciones de marketing con la imagen corporativa como protagonista.
Ahora, obviamente en esto también hay clases y productos bien diferenciados. En ese sentido utilizar referencias a utilitarios clásicos es algo dirigido con gran fortuna a la producción en gran serie; algo bien diferente a las tiradas cortas -realmente cortas- con las cuales ciertas marcas pretenden homenajear a algunos de sus modelos de competición más conocidos.
Un hecho ejemplificado recientemente por el Porsche 911 Dakar -dotado con el paquete Rally Design para hacer del mismo una máquina efectiva en el Off-Road- o el Abarth Classiche 1300 OT. Creado por FCA Heritage en sus instalaciones de Turín, éste toma como base para su tirada de hasta cinco unidades al Alfa Romeo 4C creando así un guiño al antiguo modelo de Abarth en carreras desde una base moderna y competitiva.
FCA HERITAGE, UNA INICIATIVA A COPIAR
Al hilo de la rentabilidad dada por un pasado bien cuidado cada vez son más las marcas lanzadas a crear departamentos históricos bien organizados. Es más, en el caso de España esto lo conocemos bien gracias a la labor desarrollada desde SEAT Históricos; capaz de organizar todo tipo de eventos y concentraciones al tiempo que restaura y preserva una gran cantidad de unidades en la ya famosa nave A122.
Asimismo, en Italia esto adquiere unas dimensiones mucho más ambiciosas al hablar de FCA, bajo cuyo paraguas se refugian tanto el Museo Alfa Romeo -dotado con un excelente archivo histórico abierto a la investigación- o el reciente FCA Heritage con una amplísima muestra de modelos Fiat, Lancia y Abarth.
Todo ello complementado con talleres de restauración, laboratorios de certificación y un pequeño estudio “classiche” donde ya se han realizado tanto réplicas de modelos históricos -como las del 500 preparado por Abarth a fin de batir múltiples récords en Monza– como modificaciones sobre base actual a modo de homenaje a ciertos diseños de competición.
ABARTH CLASSICHE, SOBRE LA BASE DEL ALFA ROMEO 4C
En relación a estos tributos destaca lo que FCA Heritage ha realizado sobre el Alfa Romeo 4C en relación a Abarth. Y es que, si hace no mucho nos presentaba su propia visión del 1000 SP -el mítico ganador en carreras de montaña gracias a su chasis tubular y peso ligero- ahora vuelve a la carga con cinco unidades bajo pedido en homenaje al 1300 OT de 1965.
Desarrollado a partir del 850 -lo mucho que Abarth podía llegar a estirar la base de un simple utilitario aún resulta digno de asombro-, éste llegó a ser una referencia de éxito en las carreras de la época gracias a extraer casi 150 CV a sus tan sólo 1.289 cc con un peso de 655 kilos basado en una ligerísima carrocería realizada en resina.
Un automóvil que, si bien hoy en día sería impensable debido a su extrema fragilidad, sí puede ser recreado en espíritu usando un Alfa Romeo 4C: actualmente, uno de los pocos coches capaces de seguir la estela de ligereza y nervio marcado por las legendarias Abarth y Lotus de los años sesenta.
Llegados a este punto, en FCA Heritage lo han tomado como base añadiendo una serie de deliciosas modificaciones estéticas con las cuales rendir un recuerdo al automovilismo deportivo más clásico.
En fin, una buena manera de crear imagen de marca y, no nos engañemos, generar una pequeña serie de unidades exclusivas que a buen seguro verán cotizaciones al alza en su futuro mercado de colección.