Javillac
Aunque los hermanos Wright no inventaron el primer avión hasta 1903, basta con echar un vistazo a algunas ilustraciones del siglo XIX en las que se imaginaban cómo sería el futuro para ver que la gente pensaba que en el año 2000 la gente iría volando a todas partes. Lo mismo ha ocurrido con otras interpretaciones del futuro como puede ser la serie Los Supersónicos o Regreso al Futuro.
Pero rozamos ya el primer cuarto de centuria de este este siglo XXI que sonaba a futuro y lo cierto es que el coche volador sigue sin ser una realidad. Ha habido múltiples intentos casi desde los albores de la aviación, pero una de las propuestas fue el Airphibian de los años cuarenta, un híbrido entre avioneta y automóvil.
ROBERT EDISON FULTON: EL INVENTOR DEL AIRPHIBIAN
La persona detrás de esta creación tan particular podría describirse como un hombre del renacimiento, pues era todo un aventurero que viajó a Egipto en 1923 cuando se descubrió la tumba de Tutankamón, y también creó un diseñador de vuelo para entrenar a los soldados durante la II Guerra Mundial. Durante el conflicto trabajó en un proyecto que llevaría el automóvil a los cielos. El resultado fue el Fulton Airphibian, un coche con una carrocería fabricada en aluminio a la que se añadía fácilmente, en menos de cinco minutos según el fabricante, el fuselaje propio de una avioneta, con cola y alas.
El vehículo empleaba un motor de seis cilindros en línea de 165 CV de potencia, unas cifras muy respetables para la época, pero hay que tener en cuenta que debería tener la fuerza suficiente como para alzar el vuelo. En configuración de avión el Airphibian tenía una velocidad máxima cercana a los 200 kilómetros por hora, mientras que la velocidad de crucero era de 180 kilómetros hora, y podía cubrir distancias de hasta 560 kilómetros. Tenía espacio para dos ocupantes y algo de equipaje.
Cuando se eliminaba el fuselaje y la hélice frontal y se disponía a conducir el fabricante recomendaba no sobrepasar los 72 kilómetros por hora, y al parecer el Airphibian no era el coche más cómodo de su época. Algo que sí tenía a su favor era un consumo de apenas 9 litros a los 100, cifra asociada al bajo peso de su carrocería de apenas 680 kilos (en modo avioneta).
Aunque el artefacto fue probado extensivamente desde su primer vuelo en 1946, no fue hasta 1950 cuando se convirtió en la primera aeronave certificada apta para circular por carreteras americanas. Por desgracia la falta de fondos obligó a Fulton a vender su compañía a otra empresa que no desarrolló más el proyecto y tan solo se fabricaron ocho Airphibian de los cuales solamente uno sobrevive en la actualidad.
