Hay años en los cuales la casualidad reúne la presentación de varios nuevos modelos destinados a marcar un antes y un después en el automovilismo. De esta manera, mientras en 1950 Fiat y Alfa Romeo lanzaban al unísono dos familiares con chasis monocasco -los 1400 y 1900 respectivamente- listos para pasar página respecto a la Segunda Guerra Mundial, en 1954 la F1 recibía una de sus mayores y más incontestables actualizaciones gracias a los Mercedes-Benz W196, Maserati 250F y Lancia D50.
Una serie de apariciones fortuitas también vistas en el ámbito de los todoterreno, el cual recibió en 1951 uno de sus mayores espaldarazos gracias a la llegada simultánea de los Austin Champ, Alfa Romeo Matta y Fiat Campagnola. Todo ellos con claras raíces dentro del mundo militar y un escaso eco comercial en el mercado civil aunque, al mismo tiempo, capaces de extender un paso más allá el concepto de 4×4 ligero ya visto en el Jeep del cual toman una nada velada inspiración.
Es más, como en muchas otras cuestiones definitorias para los todoterreno aquí no se puede entender el tema sin conocer previamente al Willys MB. Nacido en 1941, éste vino a satisfacer las necesidades de movilidad rápida vistas en el ejército estadounidense, el cual necesitaba imperiosamente un vehículo sencillo, robusto y operativo en cualquiera de los múltiples y muy diversos campos de batalla aparecidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Asimismo, dada la compleja logística inherente a una contienda cuyo ámbito geográfico fue prácticamente global -desde Europa hasta el Sudeste Asiático- la facilidad de transporte se alzó como un requisito imprescindible. Apartado donde el Willys MB aprobó con sobresaliente, pudiendo ser empaquetado por piezas en un cajón de madera anclado a un paracaídas para, literalmente, provocar una lluvia de unidades allá donde fuera necesario.
LOS ECOS DEL WILLYS MB
Decir que el Willys MB es uno de los automóviles más brillantes y exitosos de todos los tiempos no es para nada exagerado. En primer lugar, éste se ajustó perfectamente a sus fines, por lo que si concebimos a la ingeniería como una forma de dar solución práctica a problemas inmediatos no podemos más que aplaudir su excelente diseño.
Además, atendiendo al planteamiento de la navaja de Ockham -a igualdad de condiciones la solución más sencilla tiende a ser la más adecuada- este todoterreno ligero se alza como uno de los vehículos más brillantes de todos los tiempos, pudiendo ser ensamblado por unos pocos soldados en tan sólo unos minutos sin necesidad de herramientas complejas o conocimientos avanzados.
Todo un logro al cual sumar la sencillez inherente a sus eventuales reparaciones, las cuales no tienden a ser numerosas dada la fiabilidad mostrada por un conjunto de piezas realizadas para aguantar las peores y más penosas condiciones bélicas.
En fin, una serie de atributos capaces de alzar al Willys MB -así como a su posterior versión civil Jeep- a la cúspide no sólo de los vehículos militares sino también de los todoterreno, más aún en una época donde todavía quedaba tiempo para la aparición del Range Rover o el Jeep Commando, ambos responsables de llevar a los 4×4 hacia una nueva altura en relación al uso polivalente, el equipamiento y la comodidad.
1951, EL AÑO DE LOS TODOTERRENO LIGEROS
Visto lo visto ni que decir tiene cómo acabada la Segunda Guerra Mundial muchas de las antiguas potencias aliadas quedaron impresionadas ante las habilidades mostradas por el Willys MB en todos y cada uno de los frentes donde había participado. Un hecho esencial de cara a entender la vida comercial del modelo tras la contienda, no sólo derivando a versiones civiles sino también registrando una gran cantidad de pedidos realizados desde diversos ejércitos europeos.
No obstante, llegados a este punto era una mera cuestión de tiempo ver cómo estos habrían de encargar a sus respectivos fabricantes locales modelos a imagen y semejanza del Willys MB a fin de ahorrar costes en importación de unidades compradas a los Estados Unidos.
Así las cosas, ya a finales de los años cuarenta vemos los primeros movimientos en este sentido, dando el ejército británico el pistoletazo de salida con la convocatoria de un proyecto materializado en primera instancia por los Nuffield Gutty de 1947. Deficientes tanto en chasis como en suspensiones, aquellos tres prototipos fueron mejorados concienzudamente por especialistas del propio ejército a fin de crear algo realmente apto.
Un proceso en el cual intervino el propio Alec Issigonis, quien diseñó la suspensión del que ya en 1951 sería el Austin Champ con motor de cuatro cilindros, 2.838 cc y hasta 80 CV producido bajo la licencia de Rolls-Royce. Sin duda el principal atractivo del modelo; eso sí, en las unidades militares pues en las poco más de 500 destinadas al mercado civil el fabricante británico instaló la más sencilla y económica mecánica del coupé A90 Atlantic.
LA SOMBRA DEL LAND ROVER
Si usted cuenta con una afición destilada hacia los todoterreno ligeros seguramente se estará preguntando qué hacemos hablando del Austin Champ cuando dos años antes el ejército británico ya había empezado a recibir las primeras unidades del Land Rover. Y sí, tiene razón aunque -no se le olvide- este es un artículo enfocado a las novedades aparecidas en 1951.
De todos modos, incluso así resulta imposible dejar a un lado la referencia al Land Rover pues gracias a su eficacia, ligereza y fiabilidad éste logró imponerse frente a cualquier rival producido por la industria británica.
Es más, sin contar sus bondades técnicas el simple hecho de presentar una factura mucho más reducida que la del Austin Champ fue motivo más que suficiente a fin de seducir los ánimos de líderes y contables militares. Hecho por cual prácticamente todos los Champ quedaron rápidamente relegados a labores logísticas en la retaguardia o las bases locales, dejando la mayor parte de la acción en combate a las diversas y futuras series del Land Rover.
LA CUESTIÓN ITALIANA
Tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial Italia se enfrentó a muchos y diversos retos. Para empezar debía coser las heridas sociales provocadas por el fascismo, el cual no sólo había fracturado la convivencia con sus prácticas totalitarias; también había arrastrado al país transalpino hacia una desastrosa alianza con Hitler sembrando así la semilla de la destrucción.
Destrucción evidente también en el ámbito industrial, donde el rico tejido productivo inherente al norte del país se encontraba seriamente dañado en base a la acción de los combates y bombardeos. Todo ello rematado con un claro empobrecimiento de la población, el cual redundaba en un mercado de consumo a la baja donde los únicos vehículos comercialmente exitosos resultaban ser las bicicletas y los velomotores.
No obstante, la reconstrucción de la posguerra dio sus frutos rápidamente, posibilitando no sólo el lanzamiento de la potente industria automovilística hacia una nueva época sino también la plena inclusión del país en el próspero horizonte de la Europa integrada, parlamentaria y social.
Ámbito donde el ejército italiano experimentó claras necesidades de renovación, abriendo por tanto un concurso para el diseño de un todoterreno ligero a imagen y semejanza del Willys MB. Resultado de ello fueron los Fiat Campagnola y Alfa Romeo Matta, entre los cuales fue precisamente el segundo el responsable de hacerse con los favores del ejército local en 1951.
ALFA ROMEO MATTA, UN TODOTERRENO LIGERO NO TAN EXTRAÑO
Así de primeras unir los términos Alfa Romeo y todoterreno ligero puede no ser lo más esperado para la afición al automovilismo histórico. Sin embargo bien merece la pena recordar cómo esta marca ya era pública desde antes de la Segunda Guerra Mundial, yendo por tanto más allá de la deportividad y las carreras a fin de satisfacer todo tipo de necesidades estatales.
Debido a ello, en 1950 salió al mercado el Alfa Romeo 1900 inaugurando al fin en la marca unas cadenas de producción modernas, tecnificadas y destinadas a la gran producción masiva. Un hecho complementado con la diversificación de la gama, llegando a incluir este todoterreno -equipado precisamente con el motor de la berlina 1900 ajustado a tan sólo 65 CV- con una producción de en torno a 2.000 unidades para el ejército y tan sólo unas 150 para el mercado civil.
Sin duda un registro escueto al cual podemos dar explicación gracias a la aparición también en 1951 del Fiat Campagnola. Creado en un equipo de trabajo cuya dirección recayó en Dante Giacosa, éste perdió el concurso del ejército italiano en primera instancia para finalmente ser el vehículo escogido por los militares tan sólo dos años después.
Todo ello gracias a su mayor sencillez mecánica frente a la complejidad del Alfa Romeo, mostrando además unos menores costes de mantenimiento con los cuales compensar la menor potencia de su bloque 1900 con unos 12 CV menos que los desplegados por el Matta. Además, tanto las suspensiones delanteras independientes como la opción diésel sumaron puntos suficientes para su llegada a los concesionarios.
MÁS ALLÁ DE 1951, QUÉ TODOTERRENO LIGERO ESCOGER
Si usted suele consultar nuestro calendario de eventos quizás haya percibido cómo prestamos un especial interés a las actividades del club Històrics. Bastante plural en sus afanes, cuenta en los mismos con una interesante atención a los vehículos militares que, al tiempo, poco a poco va ganando algún que otro adepto en tierras peninsulares.
Dicho esto, puede que usted esté pensando en adquirir a la vista del presente artículo un todoterreno ligero a modo de clásico; elección en la cual los Jeep y Land Rover se alzan como las opciones más atractivas y evidentes aunque, a decir verdad, si lo que usted busca es diferenciarse con algo inesperado posiblemente nada sea más vistoso que un Alfa Romeo Matta.
De todos modos tenga en cuenta la escasez de los mismos -aplicable también al Fiat y el Austin- así como la segura necesidad de acudir a mercados extranjeros en el caso afortunado de localizar alguna unidad interesante y a precio razonable.
Con todo ello nuestro consejo es el siguiente: estudie la posibilidad de adquirir y un preparar un Panda/Marbella para uso en Off-Road. Y es que, a menos que desee hacer equilibrios seguramente fuera de su alcance, con este vehículo tiene todo lo que necesita para disfrutar de su todoterreno ligero sin además ser siquiera un todoterreno ligero. En fin, les estamos preparando un artículo sobre ello. Permanezcan a la espera.