Como ya sabrá en caso de seguir las publicaciones de La Escudería, de un tiempo a esta parte estamos tratando por entregas la historia del equipo SEAT Competición. Dominante en los rallyes españoles de los años setenta, éste contó con grandes éxitos a pesar de lo modesto de sus coches y base logística.
Debido a ello el ingenio y la improvisación fueron muchas veces esenciales a fin de lograr la victoria, pudiendo encontrar en su evolución técnica elementos tan curiosos como el sistema de comunicación entre copiloto y piloto previo a la aparición de los interfonos eléctricos convencionales.
Un invento tan sencillo como efectivo visible a simple vista desde la cuneta pues, a fin de cuentas, llamaba poderosamente la atención ver a pilotos como Salvador Cañellas conectados a semejante sistema con tubos al casco.
De hecho el propio Salvador Cañellas ha tenido la amabilidad de ponernos en contexto a la hora de analizar todo aquello, siendo no por curioso un elemento menor en el desempeño deportivo de un rallye. Y es que, a fin de cuentas, para cualquier piloto sería realmente complejo -por no decir imposible- competir con rapidez en un rallye sin las instrucciones adecuadas por parte de su copiloto.
SEAT COMPETICIÓN, UN ESTRENO CON LOGÍSTICA INCLUÍDA
Para la historia de SEAT Competición Salvador Cañellas no es precisamente una referencia más. Lejos de ello, su nombre resultó esencial desde incluso antes de haberse fundado y es que, no en vano, gracias a su arrojo durante la temporada de 1971 a bordo de un 1430 prestado por Óscar Montero -responsable de marketing de la marca- la dirección de SEAT pudo convencerse sobre las posibilidades reales de un equipo oficial.
A partir de aquí SEAT Competición se formó bajo la dirección de Juan José Pérez de Vargas, quien hubo de coordinarse desde Madrid con el Departamento de Coches Especiales instalado en la Zona Franca barcelonesa. Punto de arranque para una escuadra con debut en mayo de 1972 teniendo a Salvador Cañellas y Jorge Babler como pilotos estrella.
Asimismo, en lo referido al apartado logístico es de justicia recordar cómo SEAT dispuso desde muy pronto hasta dos furgonetas Fiat con todo tipo de material -incluyendo soldadura- junto a otros vehículos como un 1430 Familiar con el cual poder mover utillajes y elementos más ligeros.
UN SISTEMA USADO POR SALVADOR CAÑELLAS
Aunque los coches del equipo SEAT Competición eran sencillos 124 y 1430 preparados para el Campeonato de España de Rally lo cierto es que éstos no dejaban de ser coches de competición. Debido a ello el ruido dentro del habitáculo era más que evidente, llegando al punto de ser imposible una correcta comunicación entre copiloto y piloto a fin de ir anunciando las curvas, rasantes y demás circunstancias del tramo a disputar.
Así las cosas, y según nos cuenta Salvador Cañellas, desde 1972 se contó con un sistema de tubo conectado al casco del piloto. De esta manera la boca del copiloto -quien hablaba desde una especie de inhalador sujeto por gomas a la cabeza- estaba conectada con el oído derecho del piloto haciendo posible la correcta escucha de las indicaciones con un sistema tan primitivo como efectivo.
Asimismo, y ya que la empresa de cascos Clímax era sponsor de Salvador Cañellas, éste logró mejorar la idea gracias a otro tubo con el cual también se escuchaba al copiloto por el oído derecho.
En fin, algo incluso más efectivo que utilizar los primeros interfonos eléctricos; con multitud de problemas en relación a los ruidos, las interferencias o la batería. Y es que, como hemos visto, a veces las soluciones más sencillas y elementales suelen ser las más eficientes y seguras.
Notas:
Desde aquí nuestro agradecimiento a Salvador Cañellas por las imágenes con las cuales ilustramos este artículo así como por la información brindada.