En septiembre de 1496 llegaba al puerto de Amberes doña Juana, futura reina de Castilla, procedente de Laredo, para conocer al marido que le habían destinado las alianzas matrimoniales de sus padres, los Reyes Católicos. Amberes, lejos del mar, cuenta con un puerto fluvial perfectamente navegable, que en la actualidad registra un gran tráfico mercante, al igual que sirve de amarre a la armada Belga. Históricamente, el puerto de Amberes favoreció el comercio entre Castilla y la lejana Flandes.
El comercio que nos ocupa en este artículo se refiere a productos que, aunque viejos, no cuentan con tanta antigüedad. Nos referiremos aquí, como impone nuestra especialidad, a los coches clásicos y a todo lo relativo al mundo que los rodea, piezas de recambio, accesorios, atuendo para automovilistas, cuadros y obras de arte automovilístico, modelos, literatura y el largo etcétera de artículos que hacen las delicias de los coleccionistas.
El tradicional Salón de Amberes se celebró del 1 al 3 de marzo de 2013, dando la bienvenida a los actores más importantes en el sector de coches clásicos, no sólo de la región de Flandes, muy activa en el cultivo de nuestra afición, sino también a muchos participantes británicos por su proximidad y rapidez de acceso a los puertos del canal de la Mancha. En esta ocasión, destacaba la participación de comerciantes llegados de lugares tan alejados como Nueva Zelanda y los Estados Unidos, que se unían a los de la llamada zona Euro.
Entre los comerciantes e intermediarios de prestigio, se contó por primera vez con la presencia de Movendi, que recientemente ha inaugurado una sucursal en la cercana Brujas, uniéndose a su casa matriz alemana. La Colección Houtkamp, que ya destacó en Maastricht, diversificaba su oferta con excelentes ejemplares de Aston Martin y Jaguar, principalmente.
Lejos ya la influencia del «efecto 50 aniversario» que propulsó sus cotizaciones al alza, los precios de los E-Type no dan signos de debilidad. Al contrario, los de la Serie 2 alcanzan cotas antes sólo reservadas a la Serie 1 (de faros carenados, entre otros detalles diferenciadores que la hacen más atractiva). Movendi vendía un Serie 2 de 1970 roadster a 69.900 euros, mientras que en un stand próximo, un Serie 1 4,2 roadster de 1964 buscaba un comprador dispuesto a desembolsar los 122.000 euros de la etiqueta.
Los visitantes, que pasaron por taquilla en número superior a 20.000, admiraron los más de 400 coches impecablemente presentados por 350 comerciantes, clubes, museos y asociaciones.
Material a destacar
El tema principal de la presente edición era la celebración del 50 aniversario del Porsche 911. Las conmemoraciones dedicadas al evento serán repetitivas en todos los certámenes internacionales de 2013 y no serán los fieles seguidores de la marca de Stuttgart quienes encuentren en ello razones de queja. Aunque el 911 empezara a comercializarse en 1964, su presentación tuvo lugar en el salón de Frankfurt de septiembre de 1963.
El Porsche Classic Club de Bélgica, asiduo participante, preparó un stand especial simulando una gran tarta con 50 velas cuya guinda era un auténtico 911, inspirado en un trabajo de repostería del que daban cuenta los socios del club. Por su parte, el organizador Siha agrupó una extraordinaria selección de 911 de competición, entre los que destacaba un «R», cuya virtud fue la cura de adelgazamiento a la que se sometió su carrocería.
En la prensa especializada de la época se asegura que la fábrica concedía una prima a los ingenieros en razón de los gramos de peso que pudieran eliminar sin comprometer la solidez y fiabilidad del «R». De ese modo se llegó a extremos de utilización de partes móviles de fibra de vidrio y Plexiglas para las superficies transparentes, excepto el parabrisas, y se suprimía todo lujo interior o exterior. Los pomos de abrir las puertas del «R» son de plástico en lugar de metálicos y los intermitentes delanteros y traseros están reducidos al mínimo. Algo que algunos podrían considerar el colmo es la supresión del logo del capó trasero y su sustitución por un rótulo pintado. El «R» no se limitaba a un severo régimen de adelgazamiento, sino que también recibió el motor del 906, de mayor potencia.
En el stand de Siha tampoco faltaban los espectaculares 935 de 1979, conocidos como «silueta» porque debajo de la carrocería se esconden auténticos prototipos de motor central, muy distantes del 911 de serie.
Aunque el 911 sea un coche que se presta a gran número de transformaciones y modificaciones, los puristas no apreciarían mucho la conversión de un SC Targa de 1980 en Speedster, como el ejemplar expuesto por la firma Porsche Rescue.
Tras la ya famosa subasta de microcoches que tuvo lugar a principios de 2013 de la colección de Bruce Weiner que, como sabemos ha batido en Estados Unidos récords del mundo para algunos modelos (los más de 300.000 dólares pagados por un Messerschmitt, por muy Tiger que fuera, dejaron perplejos a todos los observadores), un par de Isettas 300 se ofrecían en venta curiosamente por el mismo precio de 13.900 euros, una de ellas procedente de Portugal.
El antes citado Movendi atraía la atención de gran número de visitantes, sin defraudar por la calidad de sus coches. En particular, un MG K2 de 1933 tenía muchos admiradores, al tratarse de uno de los sólo 20 ejemplares construidos que, además, ostenta el número de bastidor 001 de su clase.
Entre los Citroën DS, con valores en alza, destacaba una versión rally de 1967 con la batalla acortada y supresión de la puerta trasera, adaptado convenientemente a las pistas africanas sin asfaltar, donde se le vio evolucionar en 1969. Al ser la versión más lujosa y apreciada en la actualidad en la gama DS, dos Chapron descapotables, uno de color plata y otro negro, se vendieron a las pocas horas de que el salón abriera sus puertas.
Los amantes de los caballos voladores, aunque en esta ocasión se presente en forma de Arnolt-Bristol, tenían a su disposición un extraordinario Deluxe Roadster de 1956, a condición de desembolsar 235.000 euros. El propietario del coche explicaba a este cronista que se trata de una rara versión de carretera, nunca utilizada en competición, exportada a los Estados Unidos y comercializada por primera vez en Chicago. El propietario, entusiasta de la marca, ha puesto en venta su vehículo con la finalidad de financiar la restauración de un segundo Arnolt-Bristol de competición recientemente adquirido.
El paseo por los pasillos de los cinco amplios pabellones puede alargarse durante horas y no sería fácil descubrir y detallar todos los coches y curiosidades expuestos. Mención especial merecería un ejemplar único, Vixen GT de 1964, en curso de restauración por la Scuderia Antverpia, que, desprovisto de carrocería nos deja admirar su chasis tubular del que algunos afirman, con mayor o menor credibilidad, que se inspiró el Ford GT40.
Una de las mayores celebraciones que tendrán lugar en Europa con motivo del 50 aniversario del Porsche 911 a las que antes aludíamos, se anunciaba en el stand del museo Autoworld de Bruselas. El museo ha encargado una maqueta que descubre en primicia lo que será la exposición real. Los modelos a escala integrados en ésta fueron cedidos por el conocido coleccionista Eric Janssen.
En cuanto a los juguetes coleccionables, afición que va cobrando fuerza, ninguno igualaba a una caja original de 1929 que protege en su interior un chasis desmontable Citroën. Su precio, acorde con la rareza y el perfecto estado de conservación se fijaba en 2.500 euros.
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