FOTOS ARNOLT-BRISTOL ROADSTER 1954: BONHAMS
Arnolt-Bristol es una denominación extraña pero excelente. Y es que estos coches son la mezcla de lo mejor de cuatro países. Del Reino Unido adquirieron la tecnología y el chasis. De las devastadas fábricas alemanas de la BMW los motores. Directo de Italia vino un diseño resuelto con ingenio y… Proveniente de los Estados Unidos tomaron todo el carácter de un empresario decidido a comercializar sus propios modelos: Stanley Harold ‘Wacky’ Arnolt.
La historia de este ingenioso tipo de Illinois es la de un conocedor de los trucos del mercado, aunque no siempre le saliesen las cuentas tan bien como a su compatriota Max Hoffman. Atentos a la jugada… Si vendías un coche británico en los EE.UU éste tenía que pasar por los impuestos de aduana. Pero si a ese mismo coche le hacías -en territorio nacional- suficientes modificaciones… Éste pasaba a ser 100% norteamericano “made in Chicago”. Así las cosas, Harold Arnolt importó modelos de diversas empresas británicas para alterarlos ampliamente. ¡Hasta los recarrozaba con cuerpos venidos desde Italia!
Si te decimos la verdad… No sabemos si con tanto transporte de por medio este sistema era rentable. No obstante, durante 15 años su empresa funcionó. De ella salieron híbridos como los Arnolt-MG, Arnolt-Aston, Arnolt-Bentley y los que más nos interesan hoy: los Arnolt-Bristol. 142 pequeños bólidos de entre los cuales uno ha llegado recientemente a los 391.000 euros.
CUERPO BERTONE. MOTOR BMW
La Bristol Aeroplane Company es una de las leyendas de la tecnología británica. Fundada en 1911 llegó a tener hasta 70.000 empleados al convertirse en una de las piezas clave de la Batalla de Inglaterra. Sin embargo, hubo una época en la que más que luchar contra los alemanes importó su maquinaria, trabajando codo a codo con Frazer Nash para vender BMW en el Reino Unido.
Gracias a estos contactos, y ya acabada la guerra, la división automovilística de la Bristol logró hacerse con permisos para la fabricación de varios BMW. Negocio que completó con la adquisición de los planos del motor 2 litros y 6 cilindros del mítico 328 de 1936. Juntando las últimas novedades inglesas en materia de chasis a semejante motor, maridado por ‘Wacky’ Arnolt con una carrocería de Bertone firmada por Franco Scaglione… El resultado fue este pequeño deportivo fabricado entre 1953 y 1959.
Un deportivo vestido por Bertone. Y es que el carrocero italiano fue -desde que conoció a Stanley Harold en Turín- el responsable de vestir a los Arnolt-Bristol. Un reto nada fácil debido a que la gran altura del motor BMW de 6 cilindros en línea destacaba sobre lo pequeño del chasis. ¿Solución? Franco Scaglione elevó los pasos de rueda para llevar la atención hacia ellos, disimulando así la protuberante forma del capó curvo.
ARNOLT-BRISTOL: UN MITO DE SEBRING
La ingeniosa carrocería ideada por Bertone se conjugó con la mecánica alemana para llevar a este británico-americano a la línea de meta de las 12 Horas de Sebring en 1955. Allí los Arnolt-Bristol quedaron primero, segundo y cuarto en su categoría. Todo un espaldarazo que, sumado a los triunfos en años posteriores, sin embargo, no se tradujo a un alto nivel de ventas. De la primera tanda de 200 unidades sólo se hicieron menos de tres cuartas partes. La segunda tanda nunca llegó… Y en 1968 Arnolt Inc. cerró sus puertas.
No obstante esta curiosa historia ha convertido al Arnolt-Bristol en un coche legendario. Además de contar con un motor excepcional, su escasez -se han listado menos de 90 unidades conservadas- ha ayudado una revalorización e icononización del modelo. Y es que no nos diréis que su historia no vale su peso en oro ;).