Miguel Angel Vazquez
[dropcap]H[/dropcap]ace ahora 40 años, un BMW 3.0 CSL fue protagonista en Le Mans, pero no por los resultados obtenidos, sino por la decoración de su coche. Éste estaba pintado por el artista Alexander Calder, por encargo del piloto Hervé Poulain, entusiasta del arte, coordinado con el entonces director de BMW Motorsport, Jochen Neerpasch. Nacía así el primer “Art Car”.
Desde entonces, regularmente artistas de fama mundial como Andy Warhol, Roy Lichtenstein, David Hockney, Jeff Koons o César Manrique han contribuido con BMW a la creación de una colección de 17 obras de arte en la que el automóvil se transforma en lienzo o escultura rodante, produciendo un punto de encuentro entre coche, tecnología, diseño, arte y deporte del motor. La colección es un elemento esencial y característico del compromiso cultural global de BMW. (¿No quieres leer? Te contamos la historia en el VÍDEO de debajo.)
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Artistas de fama mundial como Andy Warhol, Roy Lichtenstein, David Hockney, Jeff Koons o César Manrique han contribuido con BMW a la creación de una colección de 17 obras de arte en la que el automóvil se transforma en lienzo o escultura rodante…
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La mayoría de estos coches (muchos de ellos bólidos de carreras anteriormente) forman parte de la colección permanente del Museo BMW. El resto suelen participar en ferias de arte o en exposiciones en las principales instituciones automovilísticas.
Este 40 aniversario se está celebrando en todo el mundo con numerosas exposiciones a lo largo del año. Las primeras han sido en Hong Kong, en el Centro Pompidou de París, en el Museo BMW de Munich y en el Concorso d’Eleganza en el lago de Como de Milán, donde se han mostrado los primeros cuatro BMW Art Cars de Alexander Calder, Frank Stella, Roy Lichtenstein y Andy Warhol, más el GT2 M3 creado por Jeff Koons. Aún faltan las exposiciones de Nueva York, Miami y Shanghai.
BMW Group también quiere presentar el 40 aniversario de la BMW Art Car Collection a través de las redes sociales, explorando la visión que cada artista ha querido representar en su coche y permitiendo que cada persona pueda expresar lo que para ella significa «arte del coche». El contenido publicado puede seguirse con el hashtag #BMWArtCar.
Alexander Calder, 1975: BMW 3.0 CSL
Como decíamos anteriormente, la primera vez que un BMW se transformó en una obra de arte fue en 1975. Como afamado escultor caracterizado por sus móviles abstractos y construcciones de gran tamaño pero apariencia ligera y flotante, acostumbrado a idear sus propias formas, Calder en cierto modo se liberó de la estructura formal del coche pintándolo, aspirando así a imprimirle su propio sello distintivo. Al igual que con sus esculturas y obras móviles, el artista utilizó sólo colores primarios intensos, y los distribuyó en amplias formas ondulantes por la carrocería. El uso de colores diferentes en cada pieza del coche añadía ilusión de movimiento.
El hecho por aquel entonces de que un coche se presentara como una obra de arte causó sensación por sí mismo, incrementada por su participación en las 24 Horas de Le Mans pilotado por Hervé Poulain, Sam Posey y Jean Guichet. Fue la primera y última vez que el coche se utilizó en competición. Abandonaron a las 7 horas de carrera, y desde entonces el coche permanece expuesto. También fue una de las últimas obras de Calder, quien falleció en 1976 a la edad de 78 años.
Frank Stella, 1976: BMW 3.0 CSL
En 1976 otro BMW 3.0 CSL destacó en las 24 Horas de Le Mans por tratarse de un veloz Art Car decorado por el artista pop “post–abstracto” Frank Stella, con un diseño basado en papel milimetrado sobredimensionado en blanco y negro, a modo de cianotipo aplicado a toda la carrocería del coche, intensificando sus formas geométricas. Para esta ocasión, Stella abandonó su estilo aleatorio y el coche no llegó a clasificarse en la carrera por problemas técnicos.
Roy Lichtenstein, 1977: BMW 320i Group 5
El Art Car de Roy Lichtenstein es uno de los más populares. Combina la aerodinámica con la estética de las tiras de comic característica del artista. Las líneas pintadas simbolizan la carretera y el resto de elementos retratan los escenarios campestres por donde se conduce el coche, dando la sensación de un paisaje que pasa.
Este vehículo tuvo dos presentaciones en público: Como obra de arte en el Centro Pompidou de París, y como coche de carreras en las 24 Horas de Le Mans de 1977. Sus pilotos fueron Hervé Poulain y Marcel Mignot. Alcanzó la novena plaza en la clasificación general y fue el primero en su clase.
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Andy Warhol, 1979: BMW M1 Group 4
Este Art Car es uno de los principales exponentes del “Arte sobre Ruedas”. Andy Warholl se responsabilizó él mismo de transferir el diseño de una maqueta a la carrocería sólo con la ayuda de su asistente, a base de brochazos o pintando directamente con los dedos. Tardó apenas 28 minutos en completar el coche.
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“He intentado retratar la sensación de velocidad. Cuando el coche va muy deprisa, todas las líneas y colores llegan a ser una mancha…”
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Este BMW se empleó en competición sólo una vez, en las 24 horas de Le Mans de 1979. Lo pilotaron Manfred Winkelhock, Hervé Poulain y Marcel Mignot. Acabó sexto en la general y segundo en su clase.
Ernst Fuchs, 1982: BMW 635 CSi
Este coche supuso dos inicios: Fue el primer Art Car utilizando un BMW de serie como base y también el primero realizado por un artista europeo: El profesor vienés de Arte Ernst Fuchs, fundador de la Escuela de Viena del Realismo Fantástico, con motivo de la exposición “Art As Illustration – Illustration As Art” (Arte como Ilustración – Ilustración como Arte).
La carrocería le sirvió de pantalla en la que proyectar su imaginación:
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Veo una liebre en la noche corriendo por la autopista y saltando sobre un coche en llamas. Un miedo primitivo y un sueño audaz de la superación de una dimensión en la que vivimos. Me muestra sus colores, los leo en sus líneas, en sus contornos, oigo su voz gritando enfáticamente y veo esa hermosa liebre saltando a través de las llamas del amor, evitando todos los miedos”.
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Robert Rauschenberg, 1986: BMW 635 CSi
“Sería genial que hubiera museos móviles. Este coche es un sueño hecho realidad para mí”, afirmó Rauschenberg tras la presentación de su Art Car en Nueva York. Este BMW está decorado con material fotográfico. El lado derecho porta la imagen de un cuadro de Ingres, y el izquierdo está adornado con el “Retrato de un joven” de Bronzino, rodeados por fotografías propias de Rauschenberg de vegetación y árboles que sirven de crítica a los problemas medioambientales que genera el automóvil, además de motivos decorativos de platos antiguos en los tapacubos.
Rauschenberg debió sentirse agradado con el resultado, ya que volvió a utilizar esos mismos motivos del coche para un trabajo posterior dos años después.
Michael Jagamara Nelson, 1987: BMW M3
En sólo siete días de duro y meticuloso trabajo, el artista australiano Michael Jagamara Nelson transformó un BMW M3 negro en una obra maestra del Arte Papunya. Nelson aprendió este antiguo método de pintura de su abuelo, y ganó el Premio Nacional de Arte Aborigen. Los artistas Papunya dibujaban con formas en la arena cuadros tradicionales, y los trasladaban a los lienzos. Las pinturas mosaico Papunya, aparentemente abstractas, simbolizan paisajes y animales como canguros o emúes, y encarnan mitos religiosos transmitidos desde hace miles de años por generaciones de aborígenes en forma de pinturas rupestres sobre rocas o en cuevas. Constituyen sus raíces culturales y las consideran una fuente de inspiración para el futuro.
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“El coche es un paisaje como sería visto desde un avión. He incluído agua, un canguro, una zarigüeya…”
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Este BMW M3 se incorporó al departamento de competición de BMW Australia, dirigido por el piloto Frank Gardner. En 1987, Tony Longhurst lo llevó a la victoria en el Campeonato AMSCAR australiano. El M3 fue empleado por el equipo “Mobil 1” en 1988, pilotado por el varias veces campeón también australiano Peter Brock.
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Ken Done, 1989: BMW M3
Al igual que el Art Car 7, el 8 también es un M3 de carreras y está decorado por un artista australiano. Sin embargo, estos modelos forman parte de las dos principales culturas antitéticas que se dan en el enorme país.
Este coche reúne todas las señas de identidad de la obras de Ken Done: Colores brillantes y pinceladas fuertes como símbolo de la Australia moderna, con sus soleadas playas y paisajes semitropicales, la vitalidad y la diversión. La carrocería plasma retratos abstractos de loros y peces loro elegidos, según palabras del artista, “porque son bellos y se mueven a velocidades fantásticas, como el coche”.
El M3 también pertenece al departamento de competición de BMW Australia. Lo utilizó en 1987 el equipo JSP BMW, y con él Jim Richards fue campeón del Grupo A en el Campeonato de Pilotos Australiano. En 1988, el coche corrió una sola vez y después cesó su uso en competición.
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