El R5 es uno de los coches clásicos que más interés despiertan entre los aficionados, aunque siempre hay espacio para las sorpresas. En este caso, nos encontramos con un Renault 5 con seis ruedas que desafía toda lógica. Cómo no, es obra de la imaginación del ingeniero francés Christian de Léotard, quien dedicó gran parte de su vida a este tipo de transformaciones, como ya vimos con la Citroën C-15.
Desde luego no será porque el Renault 5 no haya contado algunas versiones realmente curiosas, como aquella de la que ya hablamos que protagonizó un capítulo del Equipo A. Aunque ciertamente, entre las que más llaman la atención de los aficionados están las más prestacionales como el Copa, el Copa Turbo o el brutal Turbo. Fue un coche tan popular que incluso llegó a fabricarse en Irán.
En todo caso, la versión de la que vamos a hablar a continuación escapa a toda lógica, porque los coches de seis ruedas son en realidad escasos, posiblemente porque tienen poco sentido práctico. Aunque, haberlos, haylos.
EL RENAULT 5 DE SEIS RUEDAS
En realidad, tendríamos que hablar de los Renault 5 de seis ruedas, ya que fueron al menos dos los ejemplares fabricados, cómo no, imaginados y creados por el especialista Léotard. La primera versión data de 1976 y, aunque se vistió de Alpine, estaba realizada sobre un TS. Además, a diferencia del segundo ejemplar, en origen no contaba con techo sobreelevado, sino que mantenía la altura original. Además, la tracción era 6×2, es decir, la ruedas motrices seguían siendo las delanteras.
En vista del éxito del invento, Christian de Léotard decidió crear una versión con seis ruedas motrices para tomar parte en el París-Dakar, para lo cual recurrió a una tracción de origen agrícola. De esta forma, se construyó un nuevo Renault 5 de seis ruedas, tomando como base un Alpine, ahora con tracción 6×6 y techo sobreelevado. La longitud total crecía hasta los 4,2 metros y el peso rozaba la tonelada por culpa de los nuevos elementos mecánicos que incluían frenos de disco en las cuatro ruedas. El motor era el 1.3 del TS ligeramente mejorado.
Tras completar el coche en apenas tres meses, De Léotard se inscribió en la segunda edición del París-Dakar disputada en 1980, copilotado por el también francés Francis Dumortier. El curioso R5 con el número 210 no consiguió completar la prueba, al menos de manera competitiva, pues sí alcanzó las playas de Dakar fuera de carrera. En todo caso, había cumplido su objetivo promocional, pues la idea era vender el coche como ambulancia o fuerzas de seguridad.
ESCASO ÉXITO
Para tratar de trasladar la idea del Renault 5 de seis ruedas a la producción, De Léotard buscó asociarse con Sinpar, especialista francés en tracción total que ya había trabajado con otros modelos de la marca como el R4 y el R12. Por desgracia, la tarea resultó mucho más complicada de lo esperado, no consiguiéndose resultados ni como 6×4 ni como 6×6.
Aunque se probó con ejes de R4 y de R6, el ruido y las vibraciones del sistema hicieron inviable su comercialización. De hecho, fue la propia Renault la que decidió dejar de sufragar las probaturas, por lo que al finalmente, tras dos puentes y dos cajas de cambio rotas, Christian de Léotard no tuvo más remedio que aceptar que el coche sería un 6×2.
El resultado es que no se construyeron más unidades, aunque tanto la versión basada en el TS como la que hizo sobre el Alpine fueron cambiando a lo largo de la década de los 80. De hecho, el TS acabó recibiendo también techo sobreelevado, aunque en este caso corredizo. Esta unidad aún sobrevive, ahora pintada de rojo, y estaba siendo restaurada recientemente. Por el contrario, no sabemos qué ha sido del R5 Alpine de seis ruedas que participó en el Dakar.
https://youtu.be/X-EekG3E_ns?si=I7xhvtW7uiYqmp2E
Como curiosidad, Christian de Léotard también hizo un R5 Turbo con tres ejes, aunque sobre esa historia volveremos otro día.
Imágenes de SixMania.