El Citroën Visa Lotus fue un prototipo pensado para competir en el Mundial de Rallies bajo reglamentación Grupo B. El coche se desarrolló durante 1981 y vio por primera vez la luz en 1982, pero finalmente fue descartado y, en su lugar, la marca del doble galón dio vida al desastroso BX 4TC.
Antes de nada, recordemos que el Citroën Visa se había presentado en el Salón de París de 1978 para sustituir al Ami 8. Como no podía ser de otra manera, su carrocería mostraba unas formas arriesgadas, especialmente en el frontal. Quizá demasiado, dado que en 1981 ya fue remodelado. Estuvo disponible con varios motores de gasolina y un diésel 1.8, pero el mercado le acogió con cierta frialdad.
Quizá por ello, en la marca pensaron en el Mundial de Rallies como plataforma promocional, dado que ya habían puesto en marcha un copa de rallies con el Visa. Para ello, se crearon toda una serie de ocho prototipos, ninguno de los cuales terminaba de rendir como se esperaba. Se emplearon los motores de 1.219 y 1.440 cm3 de los que se obtuvieron potencias que iban desde los 145 a los 290 CV.
Finalmente, alguien en Citroën Sport pensó en Lotus, quien ya había colaborado con PSA en el desarrollo del Talbot Sunbeam Lotus. De hecho, la marca gala ganó el mundial de marcas con aquel coche en la temporada de 1981.
NACE EL CITROËN VISA LOTUS
La decisión que se tomó fue la de usar el motor de 4 cilindros en línea y 2.174 cm3 del Lotus Esprit, lo que traía aparejados otros problemas. El primero de ellos era la ubicación de este, pues el Visa era un modelo con motor delantero. Eso no fue un problema para la creación de otros modelos como el Peugeot 205 T16, pero en Citroën decidieron tirar por la calle de en medio…
¿Y qué significa eso? Pues que, en vez de desarrollar un chasis y carrocería para el nuevo propulsor, eliminaron el exterior del Lotus Esprit y adaptaron las formas del Visa para su nuevo prototipo. Es decir, vistieron al Esprit de Visa. Entre los elementos propios que sí incorporaron al proyecto está la caja de cambios de cinco velocidades del Citroën SM. Por supuesto, además se trabajó a fondo para eliminar cualquier peso extra, se modificó el interior.
Exteriormente, el coche parecía un Visa hipermusculado, con un ensanchamiento brutal en los pasos de rueda y entradas de aire suplementarias en los laterales para refrigerar la mecánica. El Citroën Visa Lotus estaba ya listo para afrontar la siguiente fase del proceso, los test.
UN COMPLETO FRACASO
En cuanto se iniciaron las pruebas del coche empezó a quedar claro que el proyecto no iba a llegar a buen puerto. En este caso, el problema no era la potencia, pues el motor rendía sus buenos 210 CV de inicio que podrían ser más si se evolucionaba. La mayor dificultad que encontraron los técnicos fue la altura al suelo.
Al derivar de un deportivo, el Visa Lotus iba demasiado cerca del suelo, lo que no suponía mayor problema en los tramos de asfalto. Harina de otro costal era su desempeño en tierra, donde dicho hándicap se mostró insuperable y terminó en lastrar definitivamente el proyecto. Finalmente, el coche se descartó y no llegó jamás a disputar competición alguna.
De esta forma, nuestro protagonista quedó en prototipo único y se guardó con el resto de la colección de la marca, aunque por el camino ha sufrido algún que otro cambio estético. El Citroën Visa sí contó con versiones de competición como el 1000 Pistes, aunque posiblemente será siempre recordado como el modelo del que derivó la furgoneta C15.