Iván Vicario Martín
La historia del cementerio de automóviles de Suecia es de lo más curiosa. Empezó nada menos que en 1935, es decir, hace casi 90 años, con Åke Danielsson, que vivía en Ryd (Suecia), y que compró una parcela boscosa para explotarla. Pasada la II Guerra Mundial, el negoció creció tanto que empezó a necesitar de cierta maquinaria. De hecho, él mismo construyó una trituradora usando motores usados de coches. Poco a poco, se fueron acumulando los restos cada vez más numerosos de automóviles, lo que terminó convirtiéndose en un pequeño negocio de repuestos. De hecho, acabó superando al negocio original.
La “colección” de coches continuó creciendo hasta 1974, año en el que Åke Danielsson compró su último automóvil. Nuestro protagonista se cuidó de que los vehículos no contaminaran el bosque, para lo cual eliminó todos los fluidos, tales como aceite, gasolina e incluso las baterías. Poco a poco, los vehículos fueron integrándose con la vegetación del bosque, adquiriendo una apariencia que rápidamente llamó la atención de turistas y curiosos.
EL CEMENTERIO DE AUTOMÓVILES DE SUECIA SE RESISTE A DESAPARECER
Pasados los años, Åke Danielsson recibió un requerimiento del Ayuntamiento conminándole a retirar todos los coches y enviarlos a un lugar para que fueran convenientemente reciclados. La fecha límite era noviembre de 1998, pero el mal tiempo llegó al rescate e impidió que el cementerio de automóviles de Suecia fuese desmantelado. Finalmente, la presión social consiguió una moratoria preservando esta exposición única mezcla de naturaleza y tecnología.
Pasear por ese bosque, encontrándose automóviles y tractores de las más variadas marcas tiene que ser una experiencia única. Volvo, Saab o decenas de Volkswagen Escarabajo duermen el sueño de los justos rodeados de árboles, como podréis ver en el vídeo que publicamos a continuación. Además, aunque Åke Danielsson murió en el año 2000, la moratoria para el cementerio de automóviles de Suecia no concluye hasta el año 2047, así que tenéis mucho tiempo para ir a visitarlo en Kyrkö, en el Sur de Suecia.
