A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.
Además de carrozar al 850 Spider de Fiat, Bertone se reservó para sí la fabricación y comercialización de hasta cuatro versiones propias realizadas sobre la base de aquel modelo. Todo ello con el mercado estadounidense en mente.
Con decenas de récords mundiales en su haber, estos Abarth monoplaza creados con mecánicas de Alfa Romeo y FIAT conformaron una de las sagas más interesantes en la historia de Pininfarina.
Tras la polémica judicial creada por el lanzamiento del Marbella, SEAT amplió la vida comercial del sucesor del Panda hasta mercados como el británico. Lugar donde algunas fuentes cifran en tan sólo unas 40 las unidades supervivientes con volante a la derecha. Algo que que debería incitar los ánimos de alguna colección con énfasis en las variantes más escasas de la marca.
Cuando la tracción total empezó a ser moneda corriente en los segmentos más prestacionales del automovilismo deportivo, Mauro Forghieri se lanzó a ensayar con ella en lo que fue su último trabajo para Ferrari.
Benzin nos vuelve a ofrecer una opción de compra interesante para quienes estén interesados en la adquisición de un preclásico tan distinguible como práctico.
Cuando a finales de los años ochenta Mercedes externalizó en Porsche el diseño y el ensamblaje de un nuevo tope de gama para la serie W124 estaba contribuyendo, de manera decisiva, a salvar la casa de Stuttgart.
Justo al año de estrenar el Giulia, Alfa Romeo presentó la versión Super superando así las prestaciones del 1600 TI con la intención de crear un modelo de carreras listo para su homologación.
Cuando para la temporada de 1934 la F.I.S.A creó un nuevo reglamento responsable de limitar el peso de los modelos de GP a tan sólo 750 kilos, Mercedes vio una oportunidad fantástica para desarrollar un monoplaza con el cual superar a los SSK desarrollados por Ferdinand Porsche al tiempo que barría la hegemonía lograda por el Alfa Romeo P3 durante las dos primeras ediciones del Campeonato Europeo de Pilotos.