Tras el final de la II Guerra Mundial la motorización en Europa fue una tarea complicada. El panorama de penuria económica hizo que muchas grandes marcas no lograsen sobrevivir, y otras tantas buscaran en la producción de microcoches económicos una vía de negocio que fuese rentable para empresas y compradores.
De esta necesidad nace en 1957 un pequeño utilitario que resultó ser de lo más popular, el icónico Fiat 500 diseñado por Dante Giacosa. La recién nacida Autobianchi presentó ese mismo año su primer modelo de automóvil; el Bianchina.
EL BIANCHINA, UN CIQUECENTO MEJOR VESTIDO
Eduardo Bianchi fundó Autobianchi en 1955, una compañía nacida con la ayuda conjunta de Fiat y Pirelli. Esta marca ofrecería versiones más exclusivas de modelos basados en mecánicas Fiat, y con los años serviría como un banco de pruebas para la firma turinesa, con coches como el Autobianchi Primula, que experimentó con la tracción delantera.
El Bianchina compartía la misma mecánica de dos cilindros refrigerada por aire que empleaba el 500; un motor de 479 centímetros y 15 CV de potencia, que permitía una velocidad máxima inferior a los cien kilómetros por hora.
Aunque el Fiat 500 terminó por convertirse en el coche clásico popular más representativo de Italia, pero inicialmente el Bianchina logró eclipsar su éxito. Cabe recordar que la versión inicial del Cinquecento solo permitía alojar a dos personas en su interior, además de contar con un precio sutilmente alto para un vehículo de su segmento en la época.
Estas razones, sumadas a las limitadas prestaciones de la mecánica inicial del modelo, hicieron que el Autobianchi fuera el preferido de muchos compradores, que en su mayoría fueron mujeres. La única versión ofrecida inicialmente del Bianchina fue el Transformabile, un biplaza con un diseño muy agradable y llamativo de tres volúmenes y techo corredizo.
En 1959 la potencia se incrementa hasta los 17 CV, coincidiendo con las mejoras que recibía el vehículo en el que se basaba. Por otra parte, ese mismo año el 500 comienza a venderse con cuatro plazas, convirtiéndose desde ese momento en el compacto preferido del público italiano.
LA GAMA CRECE
En 1960 aparece una versión aún más atractiva del Bianchina, el Cabriolet, y a partir de este modelo todos los nuevos acabados presentados no tendrían puertas suicidas. Este descapotable montaba ahora el motor con una cilindrada de 499 centímetros cúbicos y 21 CV, que compartía con los Transformabile Special.
También en 1960, y coincidiendo con el debut de la versión familiar del Fiat 500, el Giardiniera, se lanza el Bianchina familiar, llamado Panoramica, que era capaz de alojar a cuatro ocupantes en su interior.
El Panoramica empleaba la misma solución técnica que empleaba el 500 Giardiniera para permitir un espacio de carga generoso en un vehículo de motor trasero. La mecánica se montaba de lado para permitir que el suelo del maletero fuese plano, y en el caso de ambas rancheras el cubicaje era de 499 centímetros cúbicos y desarrollaban 17,5 CV de potencia.
Como curiosidad, a partir de 1968 Autobianchi fabricaría también la producción de la versión familiar del 500, comercializándose como Autobianchi Giardiniera, mientras que continuaba la producción de los Autobianchi Panoramica.
Sobre las variantes ranchera del Bianchina existió también una versión comercial con las ventanillas traseras tapadas y llamada Furgoncino, además de una furgoneta más convencional que se llamó Furgonetta o Furgoncino Tetto Alto.
Finalmente, en 1962, año en el que desaparece el Transformabile, se presentó un turismo convencional sobre el modelo, el Autobianchi Bianchina Berlina Quattroposti, de cuatro asientos. Se ofreció en un acabado básico que podía desarrollar 17,5 CV o 18 CV según el año, y el Special de 21 CV.
La producción del modelo cesó en 1969, para ser sustituidos por el moderno Autobianchi A112 de tracción delantera, mientras que las versiones comerciales del Bianchina lograron alargar su comercialización algunos años más.
Se calcula que el total de unidades producidas fue de 275.000 coches, cifras mínimas si se comparan con los casi cuatro millones de Fiat 500 que continuó fabricándose hasta 1975, pero no está de más recordar que este coche más desconocido logró arrebatar el protagonismo en un inicio al Cinquecento.
Fotografías: Autobianchi