En Japón existe una categoría de automóviles llamados los kei cars, que se caracterizan por su reducido tamaño. Son considerados los coches más pequeños aptos para circular por autopistas en el país y cuentan con grandes ventajas fiscales para sus propietarios.
Aunque la cilindrada máxima permitida para estos vehículos ha ido variando con los años desde 1990 el cubicaje límite se ha establecido en 660 centímetros cúbicos y 64 CV de potencia. Normalmente los kei cars son vehículos utilitarios de bajo coste, pero en los años noventa Mazda buscó darle una vuelta a esta categoría de vehículos nacidos en 1949.
En 1989 la compañía de Hiroshima creó una nueva marca llamada Autozam, que estaba destinada principalmente a la venta de kei cars, siendo muchos de ellos modelos fabricados por Suzuki, pero afrontaron también el desafío de crear un deportivo de menos de 660 centímetros cúbicos, creando unos primeros prototipos para 1989.
AUTOZAM AZ-1: EL MÁS FEROZ DE SU CATEGORÍA
El coche terminó viendo la luz en 1992 y recibió el nombre de Autozam AZ-1. Por desgracia el lanzamiento del nuevo modelo no podía haber sido más desafortunado, ya que 1990 vio el comienzo de una fuerte crisis económica en Japón que logró desestabilizar a toda Asia.
El coche tenía una configuración de motor central y propulsión trasera, tomando inspiración en un par de prototipos desarrollados por Suzuki a mediados de los años ochenta y que terminaron por abandonar por ser demasiado ambiciosos. La mecánica para el modelo era un bloque de tres cilindros con turbocompresor montado de forma transversal de origen Suzuki.
Este motor estaba exprimido al máximo de lo que permitían las regulaciones japonesas. Era de 657 centímetros cúbicos y desarrollaba la potencia límite de 63 CV, pero además del turbocompresor contaba con doble árbol de levas y doce válvulas, características que hacían que pudiese alcanzar hasta las 9.000 revoluciones por minuto, algo que invitaba a jugar con el cambio manual de cinco velocidades para alcanzar el cero a cien en los diez segundos que prometía el fabricante.
Pero más allá de sus prestaciones, quizá lo más llamativo del Autozam AZ-1 sea su particular diseño, que parece concentrar todo lo que hacía a un deportivo de los ochenta molón en una sola carrocería, que por cierto estaba fabricada casi en su totalidad en plástico. Incluía por ejemplo puertas de alas de gaviota, branquias en el lateral, y un alerón a lo F40. Por desgracia no tenía faros escamoteables, aunque algunos de los primeros prototipos sí que contaban con este elemento.
MOTIVOS PARA EL FRACASO
Además del mal momento para la economía japonesa en el que se lanzó el Autozam AZ-1, había otros motivos para que este producto no fuese el más popular de los kei car. Una de las razones principales para su fracaso era su alto precio, poco justificable para un automóvil en el que dos adultos entran con dificultad en un segmento en el que los coches suelen ser más racionales.
Pero también cuando el Autozam AZ-1 salió a la venta no era el único el kei car deportivo del mercado, pues el Honda Beat y Suzuki Cappuccino se lanzaron en 1991, y estos eran más baratos. Al final solamente se fabricaron 4.392 unidades del AZ-1 hasta 1994, a las que se sumaron otras 531 posteriormente vendidas como Suzuki Cara, haciendo de este cochecito uno de los kei cars más raros de su tiempo.