FOTOS BMW 2800 GTS FRUA: BMW CLASSIC
Lo que estás viendo aquí es una verdadera joya para entendidos. De hecho, la mejor prueba de ello es que en BMW Classic lo saben. Y es que este BMW 2800 GTS Frua es uno de los últimos trabajos de restauración realizados por la división de clásicos en la casa bávara. Un ejemplar único, con pasado español, y que este marzo ha sido presentado tras una meticulosa labor en la que se le ha devuelto el color original. El llamativo verde claro que da un punto de atrevimiento a sus elegantes líneas.
Líneas firmadas por una de las leyendas del diseño industrial italiano: Pietro Frua. El mismo que se formó en la Escuela FIAT, consiguió su primer trabajo como dibujante en Stablimenti Farina y luego fundó su propia empresa en 1937. Un mito para cualquier seguidor del diseño italiano, empezando por el hecho de que él mismo fue padrino laboral de Giovanni Michelotti. Casi nada. Y además, entre coche y coche diseñaba electrodomésticos y motocicletas.
Una ajetreada carrera que en los 60 ya se definía con el apelativo de “Frua Line”, debido a lo reconocible de sus elegantes diseños. Diseños que en la década de los 60 se plasmaron en varios automóviles de la marca alemana Glas, la cual fue absorbida por BMW para llevar a nuestro personaje a la creación de este prototipo BMW 2800 GTS Frua. Un ejercicio de estilo que no llegó a la producción en serie y que ahora, tras no pocos avatares, ha sido devuelto por BMW Classic a su estado original.
PIETRO FRUA: SU TRABAJO ALEMÁN DE GLAS A BMW
Ya con 50 años, Pietro Frua había ganado fama de auténtico profesional. Y no, no sólo por sus cuidados diseños. Sino también por el mimo que ponía en cada encargo, llegando a conducir personalmente hasta el lugar de presentación más de uno de sus prototipos. Así las cosas, a comienzos de los 60 saltó las fronteras italianas para diseñar toda la gama del pequeño fabricante alemán Glas. La marca que, tras haber fabricado los populares Goggomobil fue absorbida por BMW llegando a comercializar modelos como el Glas V8.
Un escaso coupé bautizado como “Glaserati” debido a su semejanza con los Maserati de la época, lo cual, obviamente, se debe a su carrocería firmada por Pietro Frua. En este estado de gloria, nuestro protagonista llegó a presentar más de 10 posibles diseños a BMW con la intención de hacer carrera en la marca. Sin embargo, la tozudez germana se cerró en banda a dichos intentos. Pietro Frua no consiguió entrar a sueldo de BMW, aunque se resarció de ello firmando a comienzos de los 70 el diseño del Rolls-Royce Phantom VI Cabriolet.
De todos modos, lo cierto es que examinando algunos detalles de los BMW producidos en la época en la que Frua intentó entrar a la empresa sí podemos ver algunos detalles distintivos del italiano. Una huella que permaneció en la definición estética de la casa alemana, la cual utilizó este BMW 2800 GTS Frua en varias ferias del automóvil. Todo un símbolo de su época en el que, jugando a los parecidos, adivinamos líneas de los Iso Grifo Serie I.
BMW 2800 GTS FRUA: UN PROTOTIPO CON HISTORIA EN ESPAÑA
Entre todas las propuestas que el diseñador presentó a los alemanes se encuentra este BMW 2800 GTS Frua. Un concepto de coupé que, desgraciadamente, nunca llegó a producción debido a que la marca tenía todas sus energías puestas en el desarrollo de un modelo versátil y rentable: el futuro Serie 3 de 1975. No obstante, los de BMW pasearon el prototipo por diversas ferias, estrenándolo en la de Frankfurt 1969 para terminar en la de Barcelona de ese mismo año.
De un evento a otro cambió su color verde por otro burdeos, siendo luego repintado en azul metalizado por el comprador que se hizo con él tras su exhibición en Barcelona. Un comprador que, además, puso un techo solar. Elementos que han tenido que ser remodelados por BMW Classic, la cual ha invertido varios años de trabajo tras hacerse con el coche en los Países Bajos. Un proceso en el cual se ha restituido su mecánica original: un seis cilindros como los montados en los BMW 2800CS.
Además, el interior se ha dejado tal cual lo ideó Pietro Frua, al igual que la pintura setentera verde. Un color que ha podido ser fielmente reproducido gracias a las muestras encontradas en la bisagra de la tapa del depósito. Un trabajo casi de arqueología, el cual da pistas de la esmerada restauración a estado original experimentada por este BMW 2800 GTS Frua. Un prototipo ya guardado en el museo de la marca, el cual da testimonio de hasta dónde podría haber llegado la colaboración entre Frua y BMW.