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Bond Bug, el estrambótico microcoche deportivo de tres ruedas

Con una silueta inconfundible de forma de cuña, una configuración de tres ruedas y un llamativo color naranja, el Bond Bug es uno de los microcoches más divertidos y particulares entre los que se han fabricado en Reino Unido.

Probablemente Reino Unido sea el país donde más automóviles de tres ruedas se han fabricado. Desde los Morgan Three Wheeler fabricados durante más de 100 años, a los populares Reliant Robin, inmortalizados con sátira en Top Gear con Jeremy Clarkson volcando el coche constantemente. En esta ocasión os vamos a hablar del Bond Bug, que además tenía pretensiones deportivas.

El Reliant Robin fue el coche inglés de tres ruedas más popular
El Reliant Robin fue el coche inglés de tres ruedas más popular.

Pero antes de nada, pongámonos en contexto. En el pasado coches de tres ruedas como el Isetta habían gozado de gran popularidad en el país, y una de las grandes ventajas de cara al público era que este tipo de vehículos se podían conducir con carnet de moto, y hacerlo, además, a partir de los 16 años. Otra ventaja muy atractiva era que el peso ligero de muchos de estos coches hacía que pagasen impuestos como motocicletas. 

Por estas razones vehículos como el Robin fueron la primera experiencia al volante de muchos adolescentes en país, al menos hasta 1999 cuando cambió la ley, exigiendo la mayoría de edad para conducir estos coches legalmente.

Tal era la popularidad del Reliant Robin que alberga el segundo puesto en el ranking de coches más vendidos con carrocería de fibra de vidrio, con el Chevrolet Corvette siendo el más vendido. También durante un periodo de tiempo, Reliant fue la segunda compañía más grande de Reino Unido. 

BOND CARS: UNA COMPAÑÍA SOBRE TRES RUEDAS 

Nacida en los años 20 como Sharp’s Commercials Ltd, la empresa cambiaría a su nombre a Bond Cars Ltd en 1963. El primer coche llegaría tras el final de la II Guerra Mundial, en el contexto de la posguerra británica y la escasez de combustible. 

Fue una época en la que proliferaron los microcoches de todo tipo, uno de estos fue el Bond Minicar, un pequeño y sencillo automóvil de tres ruedas y motor de dos tiempos. El coche se empezó a fabricar en 1949 y se ofreció como berlina, descapotable, ranchera y furgoneta. Las primeras unidades contaban con una carrocería de aluminio y las últimas unidades presentaban ya una fabricación en fibra de vidrio, al igual que los Reliant, pioneros en esta técnica.

El Bond Minicar fue el primer coche fabricado por la compañía.
El Bond Minicar fue el primer coche fabricado por la compañía.

El pequeño Bond Minicar resultó ser un coche bastante popular en el marco de escasez económica de la posguerra. Finalmente, el coche se dejaría de fabricar en 1966. 

BOND Y LA DEPORTIVIDAD 

En 1963 la compañía presenta su primer coche de cuatro ruedas, el Bond Equipe, un atractivo deportivo montado sobre el chasis del Triumph Herald. De este coche se fabricaron dos generaciones hasta 1970 tras 4.389 unidades fabricadas.

El Equipe fue un deportivo fabricado por Bond, que además fue su primer coche de cuatro ruedas.
El Equipe fue un deportivo fabricado por Bond, que además fue su primer coche de cuatro ruedas.

Otro modelo aparece en 1965, el Bond 875, de nuevo, un microcoche de tres ruedas que esta vez montaba un motor de cuatro tiempos y cuatro cilindros, pero en la parte trasera del vehículo, pues la mecánica era heredada del Hillman Imp, que tenía una configuración todo atrás. 

Para ser un coche de pequeño tamaño y tres ruedas, el 875 y sus 34 CV de potencia permitía al coche alcanzar 130 kilómetros por hora, una cifra más que respetable superando a las prestaciones del Mini 850 coetáneo. De nuevo, al igual que ocurrió con el Equipe, el Bond 875 se dejó de fabricar en 1970, después de fabricar 3.431 coches.

El Bond 875 tenía unas prestaciones equiparables a las del Mini 850.
El Bond 875 tenía unas prestaciones equiparables a las del Mini 850.

1969: RELIANT COMPRA BOND CARS 

Es en este punto de la historia en el que Reliant, una compañía que ofrecía unos productos similares, pero con mayor popularidad, decide comprar Bond, que, aunque estuviesen pasando por un mal momento económico, eran su competencia más directa. 

Esta nueva adquisición permitía llevar a cabo los planes de Reliant de fabricar un vehículo de tres ruedas de carácter más deportivo y recreativo. Desde 1964 había bocetos de un coche con forma de cuña realizados sobre el Reliant Regal y realizados por la compañía Ogle Design, y que se hubiese comercializado bajo el nombre de Reliant Rogue.

Bocetos del Reliant Rogue realizados por Tom Karen.
Bocetos del Reliant Rogue realizados por Tom Karen.

El mayor temor desde Reliant era que este concepto de automóvil tan alejado de lo que solían ofrecer a sus clientes pudiera hacer daño a su imagen de marca y a su reputación, por lo que el nuevo coche se ofrecería como Bond. 

LLEGA EL BOND BUG 

Finalmente, el nuevo coche, diseñado por Tom Karen de Ogle Design, llegaría en 1970. Bajo el nombre de Bong Bug (bicho en inglés) el diseño era tan moderno como radical. Los deportivos más vanguardistas de la época tenían la característica forma de cuña, y el Bond Bug aplicaba esta silueta a un coche de tres ruedas.

La manera de entrar al Bond Bug era poco ortodoxa.
La manera de entrar al Bond Bug era poco ortodoxa.

Peculiar era también la manera de acceder al coche, pues carecía de puertas. En su lugar, el techo y gran parte de la carrocería se levantaba hacia adelante. Llamativo resultaba el color de los coches, pues todos se pintaron en un color llamado “naranja mandarina brillante”, con la excepción de seis unidades que se pintaron en blanco para publicitar la marca de cigarrillos Rothmans.

El Bond Bug solo estaba disponible en color naranja.
El Bond Bug solo estaba disponible en color naranja.

El Bug se montaba sobre un nuevo chasis diseñado específicamente para este coche e inicialmente recibió mecánicas de cuatro cilindros en línea de 700 centímetros cúbicos y 29 CV de potencia, que se montaban en la parte delantera del vehículo.

A diferencia de los coches que fabricaba Reliant, que tenían fama de ser muy lentos, el Bond Bug era capaz de alcanzar una velocidad máxima de 122 km/h, y su conducción resultaba sorprendentemente divertida, maximizando las sensaciones, dando la impresión de que se estaba al volante de un kart. 

El comportamiento mejoraba en el modelo más alto de gama, el 700 ES, que desarrollaba 31 caballos y además estaba mejor equipado, contando con unos asientos mejores, cenicero, faldillas, un paragolpes delantero de goma, rueda de repuesto y un mejor aislamiento en la zona del motor.

Interior de un Bond Bug.
El interior de un Bond Bug.

Pese a ser un vehículo de uso recreativo de dos plazas, el Bond Bug se comparó en su momento con otros utilitarios ingleses del momento como el Mini 850, siendo este último mucho más práctico, y con un precio y prestaciones muy similares. 

En 1973 aparece una última versión del coche, el Bond Bug 750, con un motor de mayor cilindrada, pero del que no se llegaron a fabricar ni 200 unidades. En ese momento Reliant se centró en el recién llegado modelo Robin, que sería el más popular de la marca, y por ese motivo la producción del Bond Bug cesaría en 1974, tras 2.270 coches fabricados.

BICHO MALO NUNCA MUERE 

Aunque se podría decir que el Bond Bug fue un coche que pasó sin pena ni gloria en el mercado inglés su vida continuó en los años siguientes a su cancelación. Desde Ogle Design trabajaban en un prototipo del Bug de cuatro ruedas, que se desarrolló antes de que Reliant lanzase el Kitten, una versión de cuatro ruedas del Robin. 

También se trabajó en un motor de 850 centímetros cúbicos y de árbol de levas en cabeza más potente, que rendiría 70 CV de potencia y que contaría con doble carburación y bomba de combustible eléctrica. Este motor, desarrollado por el equipo de Fórmula 1 British Racing Motors, iba a equiparse también en un modelo deportivo de Reliant que finalmente nunca se materializó.

Hubo proyectos muy ambiciosos para el Bond Bug pero ninguno se llevo a cabo.
Hubo proyectos muy ambiciosos para el Bond Bug tras el cese de su fabricación, pero ninguno se llevo a cabo.

En 1977 el Bond Bug llegaría a la gran pantalla, aunque con un disfraz que lo hacía irreconocible. A Ogle Design le encargaron diseñar el Landspeeder de Luke Skywalker, una pequeña nave aerodeslizadora que se ha convertido en una de las más icónicas de la saga Star Wars. 

En los años 90 una pequeña compañía llamada Webster Motor Company compró los moldes originales de fabricación del Bug a Reliant. Esto les permitió vender sus propias versiones de cuatro ruedas del coche como kit cars, aunque también fabricaron algún coche de tres ruedas. La producción de estos vehículos fue mínima con unas 30 unidades vendidas. 

Finalmente hubo un último intento de relanzar el Bug al mercado de alguna manera con el Reliant Sprint, un pequeño deportivo de cuatro ruedas cuyo primer prototipo se presentó en 1994, que se presentaba como un completo rediseño del coche vendido por Bond en los setenta. 

Del Reliant Sprint se fabricaron varios prototipos y parecía un coche muy prometedor, pero por desgracia no se volvió a saber nada más del proyecto desde 1998, poniendo así fin a la historia del Bond Bug, que probablemente haya sido el coche de tres ruedas más peculiar jamás fabricado.

Fotografías de Javier Ramiro, Bond, Tom Karen.

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Escrito por Javillac

Esto de los coches le viene a uno desde niño. Cuando otros críos preferían la bicicleta o el balón yo me quedaba con los cochecitos de juguete.
Recuerdo aún como si fuese ayer un día en el que nos adelantó un 1500 negro por la A2, o la primera vez que vi un Citroën DS aparcado en la calle, los paragolpes cromados siempre me han gustado.

En general me gustan las cosas anteriores a la época en la que yo nací (hay quien dice que estoy reencarnado), y en el top de esa lista están los coches, que junto a la música, hacen la combinación ideal para un rato perfecto: conducción y una banda sonora acorde al coche correspondiente.

En cuanto automóviles me gustan los clásicos de cualquier nacionalidad y época, pero como mi debilidad están los coches americanos de los 50, con sus exageradas formas y dimensiones, razón por la que mucha gente me conoce como "Javillac".

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