Buick Grand National
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Buick Grand National, un inesperado alarde de deportividad para una marca de lujo

Aunque en raras ocasiones Buick ha intentado hacer un coche deportivo, en los años ochenta sorprendieron con el Grand National, considerado por muchos como uno de los mejores muscle car de la década.

Tradicionalmente la marca estadounidense Buick nunca buscó hacer un automóvil deportivo, centrándose más en el lujo y el confort, al ser la firma de General Motors que estaba un escalón por debajo de Cadillac en cuanto a precio y gama se refiere. Dicho esto, cabe mencionar que a principios del siglo XX en España se fabricaron los Abadal-Buick, que fueron unos de los automóviles de competición más célebres en el país durante esa época.

Más allá de modelos como el Buick GS la deportividad en GM estaba reservada a Chevrolet, Pontiac y Oldsmobile. Pero en 1981 y 1982 la marca sorprendió con la victoria del Buick Regal en la Grand National de NASCAR, y como era tradición entre los fabricantes norteamericanos en aquel momento, había que celebrar el triunfo con una edición especial.

Buick regal Pace Car
En 1981 el Buick Regal fue el Pace Car de la Indy 500.

BUICK GRAND NATIONAL DE 1982, UNA DECORACIÓN ESPECIAL Y POCO MÁS

Presentado a principios de 1982, la compañía lanza el Grand National, que era un Buick Regal con una decoración de pintura gris a dos tonos con una franja roja que las dividía. Pero más allá de un splitter frontal y unos asientos de cuero el coche no era para nada deportivo.

Bajo el capó se hallaba un motor V6 de 4,1 litros de 125 CV de potencia, por lo que en el primer Grand National todo era fachada. Aunque el coche tenía un precio más elevado que un Regal normal, la idea inicial de Buick era fabricar cien unidades de esta edición conmemorativa, pero finalmente terminaron creando unos 215 coches.

1984: EL TURBO LLEGA AL GRAND NATIONAL

Aunque en 1983 no hubo ningún Grand National en el catálogo de Buick, esa ausencia de un año en los concesionarios valió la pena, pues por fin el coche iba a ser el homenaje que la marca se merecía. La mecánica seguía siendo V6, pero ahora su cilindrada era de 3,8 litros, pero se le había acoplado un turbocompresor que permitía desarrollar 200 CV de potencia.

El rendimiento del coche llegó a sorprender dentro de la propia General Motors, ya que era capaz de recorrer el cuarto de milla en un tiempo menor que el Chevrolet Camaro, y se quedaba a tan solo unas décimas del Chevrolet Corvette, ambos de motor V8, haciendo que algunas personas piensen que el Grand National podría haber superado al deportivo insignia de GM, pero que los directivos se opusieron.

Lejos quedaba la llamativa decoración de 1982, pues ahora este Buick se distinguía del Regal de serie al estar pintado completamente en negro, incluyendo detalles que normalmente eran cromados como la calandra, dando un aspecto imponente a este vehículo. A partir de 1986 el coche incorporó un intercooler entre otras mejoras, demostrando a la industria americana que no había que hacer motores de gran cilindrada si lo que se buscaba era potencia, y desde 1987 el Grand National rendía 245 CV.

BUICK GNX, UN FINAL DIGNO EN EL QUE COLABORÓ MCLAREN

Para 1987 Buick decidió que era hora de descontinuar el para entonces ya icónico Grand National, pero si tenían que despedir a este modelo tan ilustre lo harían por la puerta grande. Por esta razón Buick se asoció con ASC/McLaren para sacar el máximo rendimiento posible de este modelo.

Tras una serie de innumerables mejoras que iban más allá de la mecánica el Buick GNX, que es como se bautizó a este último modelo, logró desarrollar 276 CV de potencia, cumpliendo con creces el objetivo de General Motors de crear el sedán de dos puertas más rápido de su historia, aunque la realidad era que el coche tenía cerca de 300 CV, pero esta información no se hizo pública para de nuevo proteger la imagen del Corvette.

La idea inicial era fabricar 500 unidades como homenaje a las 500 millas de Indianapolis, pero se terminaron produciendo 47 unidades más de las previstas en un primer momento. El precio del radical Buick GNX era de 29.290 dólares, el equivalente a 81.000 dólares en 2024, siendo este casi 11.00 dólares más caro que un Grand National con todos los extras, pero un precio bastante justo para un automóvil cuya aceleración solo era superada entonces por el Lamborghini Countach y que se ha convertido en uno de los clásicos americanos más cotizados de los ochenta.

Imágenes: Buick

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Escrito por Javillac

Esto de los coches le viene a uno desde niño. Cuando otros críos preferían la bicicleta o el balón yo me quedaba con los cochecitos de juguete.
Recuerdo aún como si fuese ayer un día en el que nos adelantó un 1500 negro por la A2, o la primera vez que vi un Citroën DS aparcado en la calle, los paragolpes cromados siempre me han gustado.

En general me gustan las cosas anteriores a la época en la que yo nací (hay quien dice que estoy reencarnado), y en el top de esa lista están los coches, que junto a la música, hacen la combinación ideal para un rato perfecto: conducción y una banda sonora acorde al coche correspondiente.

En cuanto automóviles me gustan los clásicos de cualquier nacionalidad y época, pero como mi debilidad están los coches americanos de los 50, con sus exageradas formas y dimensiones, razón por la que mucha gente me conoce como "Javillac".

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