Los ochenta fueron años de excesos en la competición. Galopando sobre reglamentos muy abiertos, los fabricantes experimentaron con los límites del pilotaje. Una tendencia que tuvo su mejor ejemplo en el mundo de los rallyes. Seguramente, la muestra más recurrente sea el intenso y malogrado Grupo B. Definido por una notoria ausencia de prudencia, el reglamento de estos coches permitió crear verdaderas bestias con una relación peso/potencia delirante. Así las cosas, incluso los pilotos alertaron sobre los crecientes peligros que suponía conducir vehículos como el R5 Turbo o el Ford RS2000.
Una escalada suicida que acabó tras la muerte de Toivonen y su copiloto Sergio Cresto en el Rallye de Córcega 1986. 35 años después, aún impresiona ver las imágenes del Lancia Delta S4 en llamas. La explosión fue de tal calibre que no quedó nada de la carrocería. De lo más profundo del barranco sólo se pudieron rescatar algunas piezas del motor y el amasijo conformado por el chasis tubular. Una tragedia que supuso la cancelación del Grupo B, poniendo el acento en fijar adecuadamente el equilibrio entre prestaciones y seguridad. Una dinámica que, tan sólo dos años después, también tuvo su eco en el Rally Dakar.
Eso sí, no por la reflexión; desgraciadamente también fue necesaria una tragedia. Y es que, aupados en un reglamento muy laxo donde se permitían prototipos de lo más osado, equipos como el de Jan de Rooy llevaban años desarrollando la idea del camión de rallye. Tanto que, en 1988, los DAF Turbo Twin alcanzaban más de 200 kms/h gracias a sus dos motores con 1200CV en total. Prodigios de la ingeniería más pesada capaces de adelantar al Peugeot 405 T16 de Ari Vatanen en una de las secuencias más intensas en la historia del automovilismo. Osadías que pusieron a estos camiones al límite, provocando el accidente mortal de Kees Van Loevezijn.
Copiloto de uno de estos DAF Turbo Twin, salió despedido de la cabina atado a su asiento durante las seis vueltas de campana dadas por el camión tras saltar una duna. Un momento terrible, a partir del cual el Dakar limitó tanto la potencia como la velocidad de los camiones. El punto final a una estirpe de camiones de rallye que, durante los ochenta, generó mitos de la arena como el Bicéfalo de 1984 o el F3300 “The Bull” de 1985. Dos camiones que están siendo restaurados por el Team De Rooy para quien quiera alquilarlos de cara al Dakar 2022.
DAF BICÉFALO Y THE BULL. LA EDAD DORADA DEL CAMIÓN DE RALLYE
El pasado Rallye Dakar ha contado con la inauguración de la categoría Dakar Classic. Un segmento de regularidad donde al fin se dará cabida a los mitos de la prueba, siendo un museo rodante para admirar los modelos más veteranos de la misma. Así las cosas, los propietarios de algunos de ellos se están poniendo las pilas de cara a enfrentar sus monturas con la arena del desierto. En lo que se refiere a España, hemos visto el caso de Ignacio Corcuera “Livingstone” con su Volkswagen Iltis. Un caso exitoso, detrás del cual hay una buena restauración que ha conducido a poder cumplimentar todas las etapas de este primer Dakar Classic.
Animados por estas noticias, escuadras míticas del Rallye Dakar como el Team De Rooy han reaccionado de cara al 2022. Eso sí, delegando en quien quiera alquilar los vehículos. Los seleccionados han sido el DAF Bicéfalo de 1984 y el The Bull de 1985, dos muestras icónicas de la edad dorada del camión de rallye. Un segmento en el que el transportista Jan De Rooy fue puntero en la década de los ochenta, contando con tal éxito que llegó incluso a contar con el apoyo oficial de la marca DAF. Curtido en el mundo del transporte industrial, este holandés gastó buena parte de su fortuna en el Rallye Dakar a partir de 1981.
Ese año entró en la competición con su DAF 1800 4×4 “Mighty Mac”. Un camión de rallye con 200CV, al cual siguió en 1982 el DAF NTT 2800 de tres ejes y 300CV. Con tracción en los dos traseros, aquí empezó el gusto de Jan De Rooy por los prototipos cada vez más complejos. Un interés que en 1983 generó el DAF FA 3300 “De Koffer” con tracción integral. Un vehículo mucho más efectivo que sus predecesores, logrando ser número 34 en la clasificación general del Rallye Dakar. El preámbulo de la aparición en 1984 y 1985 de Bicéfalo y The Bull, transición hacia los rapidísimos Twin Turbo -1986-1988- que pusieron el final a esta edad dorada del camión de rallye.
BICÉFALO. EL CAMIÓN DE RALLYE MÁS LLAMATIVO
En el mundo de los vehículos para las arenas, la idea de montar un motor por eje viene de largo. De hecho, para demostrarlo ahí está el Citroën 2CV Sahara. Fabricado para dar respuesta a las necesidad de movilidad de los colonos franceses en la Argelia colonial, sus dos motores aseguraban una especie de primigenio 4×4 donde, además, si un motor fallaba por sobrecalentamiento podías seguir tirando del otro. Soluciones para salvar el pellejo en medio de la nada, justo lo que se pone a prueba en el Rallye Dakar.
Sin embargo, lo de poner dos cabinas ya es más extraño. Motivo por el cual el DAF De Rooy “Bicéfalo” de 1985 es el camión de rallye visualmente más impactante de la historia. Viéndolo de lateral, uno no sabe si viene o va. Y es que, bajo cada una de sus dos cabinas simétricas se encuentra un motor que impulsa al eje contrario. Sumados entregan unos 870CV, aunque pueden ser utilizados por separado en caso de avería o necesidad de ahorro. Un vehículo tan llamativo como inteligente, el cual no pudo acabar el Rallye Dakar 1894 por averías en los rodamientos.
Al año siguiente volvió, pero como vehículo de asistencia del DAF F3300 “The Bull”. Un camión de rallye muy refinado, en el que se mejoraba la aerodinámica al tiempo que se exploraba aún más en el diseño con doble motor. Eso sí, con potencia asimétrica ya que al eje delantero iban 340CV mientras que al trasero lo hacían 420. Un camión de rallye mucho más logrado que sus predecesores, el cual protagonizó una excelente actuación tanto en su categoría como en la general. Y eso a pesar de sus más de 10 toneladas. Quién sabe, de encontrar quién lo alquile para el próximo Rallye Dakar… Quizás estos DAF de Jan De Rooy vuelvan a dar sorpresas.
P.D.: en el cartel que anuncia el alquiler de estos camiones para el Rallye Dakar 2022, los del Team De Rooy señalan al DAF F3300 “The Bull” como ganador de la categoría de camiones. Eso evidencia que, 36 años después, aún no han asimilado la sanción que los dejó en segundo puesto. Sí es cierto que por unas horas fue el ganador. Sin embargo, la penalización de 15 horas por reparaciones indebidas lo hizo bajar al segundo puesto en camiones de rallye y 15 en la general.