La idea de unas vacaciones en caravana siempre había rondado la cabeza de muchos como un plan perfecto, pero los precios casi prohibitivos que se manejaban en España hacía que la idea tuviera dificultades para terminar de calar en nuestro país. Pero en los últimos años el fenómeno de las caravanas o las furgonetas camper adaptadas ha despegado con fuerza, y en ese nuevo escenario destaca el mercado de los modelos de caravanas de segunda mano.
La mayoría de las personas que se interesan por la adquisición de una caravana segunda mano lo hacen en la red de internet, en la que se pueden encontrar precios más competitivos y tener un mercado inmenso en el que comparar opciones. Y una buena parte de los que deciden hacerse con una caravana por primera vez para sus viajes, eligen un modelo de segunda mano como una manera de ir adentrándose en el mercado.
¿Hogar o vehículo?
En algunos países, entre los que destaca Australia, la caravana es el hogar de quienes toman este concepto como una opción de vida. Aquí mantenemos esa visión de que las caravanas son para las vacaciones y en los últimos meses, en los que la pandemia cambió nuestro concepto de vacaciones, se confirmó esa nueva pasión de hacerse con una caravana como una manera de llevar la casa a cuestas a lugares más rústicos y apartados de las ciudades y el temor a las aglomeraciones.
El del viaje en caravana es un turismo improvisado, más natural, con mayor intimidad y sobre todo más libre. El número de estaciones de servicio en las que se permite pernoctar a estos vehículos es cada vez más numeroso, al igual que las autoridades lo ponen un poquito más fácil habilitando en las ciudades zonas en las que aparcar. Y por supuesto está la opción más popular de todas: la de aparcar la caravana en un camping. También ha variado mucho el concepto de estos, y cada vez son áreas que están más equipadas, cómodas, con buenos servicios de restauración, supermercados, opciones de ocio y animación, piscinas o con tomas de conexión para los vehículos para que no falte de nada a los campistas.
Quienes prueban la vida en caravana suelen repetir
Definitivamente no es una opción de hogar en nuestro país, pero tampoco es un vehículo sin más. Es una forma muy particular de encarar los días de descanso, que tiene sus peculiaridades y por ello no todo es comprar una caravana y arrancar. Previamente hay que informarse bien de las vicisitudes que implica el mantenimiento y la vida en ella, de las posibles multas por infracciones, por ejemplo, por aparcar en lugares no permitidos, etc.
También hay que tener en cuenta otros detalles como el seguro obligatorio, cuya necesidad de cobertura es diferente a la de otro vehículo al uso ya que las caravanas son también una vivienda en la que cocinamos o nos aseamos. Aquí podemos elegir entre un seguro básico u otro con coberturas para efectos personales, incendios o adversidades meteorológicas, entre otros. Hay la opción incluso de seguros por días.
Pero quienes descubren esta forma de disfrutar la vida aseguran que tiene muchas más ventajas que incomodidades. Por esto el interés se contagia y gracias a ello se está moviendo el mercado de las caravanas en mayor medida, lo que propicia que los precios puedan ser más asequibles principalmente para acceder a un modelo de segunda mano. La opción es interesante porque por estos vehículos que se venden de segunda mano no tienen demasiado kilometraje, y una de las ventajas es que sin tener que gastar mucho podemos hacerles reformas y ponerlos a nuestro gusto.