Javillac
Coincidiendo con el décimo aniversario del Chevrolet Corvette, para la temporada de 1963 aparece la segunda generación del deportivo, conocida como C2 y que se presentó en junio de 1962 en dos carrocerías: coupé y cabrio.
Si la icónica primera generación del modelo fue obra del legendario diseñador jefe de General Motors Harley Earl el nuevo Corvette sería firmado por Larry Shinoda bajo la supervisión de Bill Mitchell, que sustituyó a Earl en el puesto desde 1958.
Estéticamente sentaría algunos de los principios estilísticos que emplearían los Corvette en generaciones venideras, como los faros escamoteables. Por otra parte, compartiría una trasera parecida a la de los últimos Corvette de primera generación, fabricados a partir de 1961, con el diseño conocido como “ducktail”.
El nuevo coche tenía un diseño muy moderno, sin comparación a ningún otro deportivo del momento. En comparación con la generación previa el Corvette era siete centímetros más bajo, casi nueve centímetros más estrecho y cinco centímetros más corto.
INFLUENCIAS EN EL DISEÑO
Tras un viaje a Turín en 1957, Bill Mitchell quedó sorprendido por algunos de los diseños más modernos de Italia. Durante su visita al país Mitchell se fijó en coches de líneas agresivas como el FIAT Abarth 750 de Pininfarina o el Alfa Romeo Disco Volante.
Inspirado en estos coches para 1959, Bill Mitchell, con la ayuda de Peter Brock y Larry Shinoda, presentarían un concept car de competición llamado Corvette Stingray o XP-87, en el que aparecerían muchas de las claves estéticas del Corvette de segunda generación, además de ser el génesis del nombre Stingray.
Este coche inspiró a su vez a un segundo concept car diseñado por Mitchell y Shinoda, y que se inspiraría en las formas de los tiburones. El Chevrolet Corvette Mako Shark I o XP-755 se presentó en 1961 como un prototipo de los futuros Corvette.
LA DISCORDIA DE LA LUNA TRASERA
Bill Mitchell diseñó el coche con un largo capó y un nervio que dividía al coche por la mitad desde el parabrisas hasta la parte posterior del coche, dividiendo la luna trasera y dotando al coche de una estética única.
Sin embargo, estas decisiones no gustaron a todo el mundo. La voz que más fuerza tuvo en este asunto fue la de Zora Arkus-Dontov, ingeniero jefe del Chevrolet Corvette, y relacionado con el coche desde prácticamente su lanzamiento.
Este ingeniero de origen belga había sido piloto de carreras en el pasado, llegando a competir en Le Mans en 1952 y 1953 conduciendo un Allard y en 1954 y 1955 al volante de un Porsche 550 RS Spyder, alzándose con la victoria en su categoría esos dos últimos años.
Fue su trayectoria en la competición lo que hizo que Zora Arkus-Dontov estuviese en contra de algunas decisiones estéticas del nuevo Corvette de 1963, argumentando, desde el punto de vista de un expiloto, que el largo capó interfería con la vista de la carretera y la luna trasera restaba gran visibilidad al conductor.
EL FINAL DEL CHEVROLET CORVETTE C2 «SPLIT WINDOW»
Pese a los esfuerzos de Mitchell por mantener el cristal trasero dividido, sólo los coches de 1963 lo llevaron, pasando los C2 a partir de 1964 a equipar una luna más convencional. Otros cambios llevados a cabo fueron la eliminación de las falsas rejillas de ventilación, meramente estéticas, del capó del Corvette.
En los años siguientes muchos propietarios del Corvette optaron por eliminar el cristal dividido de sus coches, con el fin de mejorar la visibilidad trasera, o simplemente por hacer que sus coches de 1963 pareciesen un poco más modernos.
Lo cierto es que con el tiempo muchos se arrepintieron de hacer ese cambio, pues los aficionados a los coches clásicos valoran mucho más los Corvette C2 de 1963 con luna partida o “split window”, tanto por su belleza como por su escasez, aunque bien es cierto que un coleccionista de coches clásicos puede dar más importancia a la estética que a la visibilidad. Parece ser que el tiempo dio la razón a Mitchell en esta batalla por un cristal dividido que también dividió a diseñador e ingeniero. 
