El 28 de octubre de 1974 varios medios especializados en el motor en España fueron hasta la localidad murciana de La Manga del Mar Menor para la presentación de la última novedad de FASA Renault, el R-Siete, un modelo que tenía la peculiaridad de fabricarse exclusivamente en Valladolid y cuya comercialización no traspasaría más allá de las fronteras españolas.
Pero como era costumbre entre los medios dedicados al automóvil en aquella época, el Siete vio la luz tras meses de filtraciones y especulaciones llegando a decir que el futuro coche iba a ser una especie de Renault 12 compacto con trasera de R-5, o publicando fotos espías de la factoría de Valladolid de unidades de preserie en colores que nunca llegó a haber en el catálogo del modelo como el naranja del Renault 5.
RENAULT SIETE, EL MODELO QUE FRANCIA RECHAZÓ
Pero la historia del Siete va mucho más atrás. Su génesis es prácticamente común a la del Renault 5, pues más allá de compartir gran parte de su ADN, cuentan con el mismo diseñador; Michel Boué. De aquellos bocetos de un moderno compacto dibujados sobre la imagen de un Renault 4 saldría también una curiosa y moderna berlina más convencional de tres volúmenes.
Es bien sabido que el Renault 5 fue la obra magna de la trágicamente breve carrera de Michel Boué y que este proyecto logró cautivar tanto a los ejecutivos de la marca como al público general, algo que demostró sus millonarias ventas. Pero el Renault 7, como fue bautizado por su creador no llegó a producirse en la Regié francesa.
Por fortuna este diseño no cayó en el olvido, y desde FASA-Renault iban a darle una segunda oportunidad, en lo que supuso todo un hito para el fabricante pucelano nacido apenas veinte años antes, que iba a producir y desarrollar un modelo propio siendo éste además el primer Renault fabricado fuera de Francia sin un homólogo. Por estas razones se optó por lanzarlo al mercado como Renault Siete.
UN INICIO MARCADO POR LA TRAGEDIA
Tan solo dos días después de la presentación del Renault Siete, el 30 de octubre de 1974, la fábrica de FASA-Renault en Valladolid sufrió un trágico incendio en el que perdieron la vida diez personas, además de resultar heridas otras treinta y una más, en uno de los episodios más tristes de la historia reciente de la ciudad pucelana.
Este fuego afectó seriamente al Renault Siete, ya que la nave de montaje número 2 de FASA, que era donde se fabricaría el nuevo modelo, resultó seriamente dañada. La producción del Siete ya había comenzado, pero este suceso obligó a paralizarla temporalmente, retomando ya el ritmo normal a principios de 1975, por lo que hubo muy pocas unidades fabricadas en 1974.
UN NUEVO MODELO ESPAÑOL DE CUATRO PUERTAS
El Renault Siete se sumó así a una curiosa tradición española de versiones de modelos extranjeros a los que se le añadía puertas posteriores que comenzó con el SEAT 800 y que continuó con los SEAT 850 y 127 de cuatro puertas, que contaron con bastante popularidad en España.
Pero a diferencia de los modelos de SEAT el nuevo Renault no solo añadía una mayor amplitud en su habitáculo, sino que al añadir un tercer volumen se ganaba una estética más conservadora complementada por unos paragolpes cromados además de un gran maletero de cuatrocientos litros de capacidad y que era de un espacio similar al del R-12.
Con el Renault Siete también nació una nueva variante del motor tipo Sierra, esta vez de 1.037 centímetros cúbicos y 50 CV, una mecánica también exclusiva del mercado español y que surgió de la necesidad de crear un motor que aportase ventajas fiscales a sus propietarios, ya que no superaba los 8 CV fiscales ni los 1.040 centímetros cúbicos, por lo que no había que pagar el impuesto de lujo.
CUATRO VERSIONES DISTINTAS Y UN CAMBIO DE NOMBRE
La versión inicial comercializada desde 1974 hasta 1977 será también la más básica y la que recibe el nombre de Renault Siete. Es fácilmente reconocible por la carencia de molduras laterales y espejo retrovisor exterior, así como las lunas sin tintar y unas llantas de menor garganta que el resto de las versiones.
En 1975 aparece el Siete TL, versión más lujosa que se vendió hasta 1978, y que contaba con protecciones en las puertas, un espejo en la puerta del conductor, así como el retrovisor interior pegado al parabrisas y no atornillado al techo. Se añaden elementos de confort en el interior, y desde 1977 los intermitentes pasaron a ser de color naranja. Mecánicamente es idéntico salvo por una caja de cambios con una relación distinta.
En 1978 el coche pasa a llamarse Renault 7 TL, y aunque conserva el mismo motor de 1.037 centímetros cúbicos se añade un servofreno. El cambio de nomenclatura viene acompañado de un nuevo aspecto más moderno, eliminando un gran número de elementos cromados como la calandra o los limpiaparabrisas, además de un interior actualizado y cambios como unas nuevas tulipas traseras provistas de luz de marcha atrás.
La última versión salió en 1980, el 7 GTL, con motor de 1.108 centímetros cúbicos y 45 CV de potencia que favorecía el consumo de combustible. Estéticamente era prácticamente idéntico al 7 TL, aunque se añadían elementos como asientos delanteros con reposacabezas o el encendedor de cigarrillos.
Finalmente, en 1982 cesa la producción del coche tras 159.533 unidades, aunque hubo unidades a la venta hasta bien entrado 1983. El Renault Siete se convirtió en un pequeño éxito de ventas eclipsado por el popular R5, pero que supuso todo un hito para la historia de Renault en España.