Fotografías: Unai Ona
Afortunadamente, aunque solemos hablar de trazados clásicos, algunos de hecho ya extintos como el de Lasarte, también se siguen inaugurando nuevos circuitos. De hecho, el pasado 2010 se estrenó en Navarra uno de ellos. Se trata del situado en Los Arcos. El cual pasa por ser una de las pistas más modernas de España con sus casi nueve kilómetros y quince curvas. Además, su mezcla de zonas rápidas con otras llenas de giros abruptos es capaz de poner a prueba la versatilidad y resistencia de cualquier coche. Así las cosas, el Circuito de Navarra ha conseguido atraer una gran cantidad de eventos donde también aparecen los clásicos.
Prueba de ello es lo ocurrido el pasado mes de octubre. Albergando dos pruebas tan reseñables como apetitosas durante dos fines de semana consecutivos. En primer lugar una de las carreras de la Iberian Historic Endurance. Y en segundo el Vintage Wheels Festival. Ambas dotadas con una interesante variedad de clásicos de competición. Pero vayamos por partes. Así las cosas, esta vez vamos a comenzar por el final desglosando lo más llamativo del Vintage Wheels, celebrado los días 28, 29 y 30.
Para empezar, los entusiastas de los monoplazas pudieron ver una cierta cantidad de unidades relativas a las copas de promoción auspiciadas por Renault. Otra muestra más del esfuerzo realizado por esta marca en el ámbito de la competición, habiendo puesto al servicio de las carreras sus celebradas copas monomarca como indispensables plataformas de criba y aprendizaje. No obstante, quizás lo que más nos llamó la atención fue la presencia de un Citroën MEP X27. El único monoplaza fabricado de forma oficial por la casa francesa. Eso sí, no se concibió para medirse con modelos de otras casas automovilísticas.
Lejos de ello, este diseño propulsado por el motor del GS fue presentado en 1971 para ser el protagonista de la Formula Bleue. Un trofeo monomodelo con el cual Citroën agitó las categorías semiprofesionales en la misma forma y manera que en España SEAT lo hiciera con su Fórmula Nacional 1430. Desgraciadamente, la crisis sufrida por la marca francesa a mediados de los setenta acabó con esta competición en 1975. No obstante, antes de ello se construyeron al menos ochenta chasis del MEP X27. Sin duda, un clásico a la altura de las barquette derivadas del 2CV o el Mismaque Squal. Eso sí, estos últimos fueron realizados de forma independiente.
Tras esto, en el despliegue expuesto en el Vintage Wheels Festival destacaron los Bugatti Type 35. Un coche que, no por recurrente en este tipo de eventos, deja de ser absolutamente fascinante. Al fin y al cabo, este modelo de 1924 sigue siendo uno de los diseños de competición más exitosos de todos los tiempos. Es más, a mediados de los años veinte ganaban casi quince carreras de media por semana en el calendario europeo. ¿Qué otro modelo puede decir eso? No en vano, posiblemente ningún vehículo de carreras haya llegado a ser tan dominante y popular en su respectiva época como lo fue éste. Cinco veces ganador consecutivo de la Targa-Florio. Así como líder en al menos diecinueve grandes premios incluyendo los de Francia, Italia o España.
Además, los amantes del automovilismo inglés no pudieron pasar por algo al Cooper-Bristol. Estrenado en 1952, éste fue el primer F2 de la revolucionaria Cooper. Pionera a la hora de colocar el motor en posición central en los monoplazas de F1. Algo que pasaría pocos años después del lanzamiento de este monoplaza. De hecho, en parte gracias al mismo. Y es que, gracias a este modelo propulsado por un seis cilindros Bristol, la escudería consiguió puntuar por primera vez en la F1. Por cierto, un logro del cual BMW es tangencialmente responsable. No en vano, el motor Bristol era una copia casi exacta del montado en los 328 ganadores de la Mille Miglia. En fin, cuestiones relativas a la Segunda Guerra Mundial y el botín llevado a casa por los británicos.
De todos modos, siguiendo con creaciones británicas la aparición de un Lotus Eleven resultó algo verdaderamente hipnótico. Y no es para menos. Ya que este diseño de Colin Chapman presentado en 1956 cuenta con una de las carrocerías aerodinámicas más celebradas de entre todas las firmadas por Frank Costin. Tanto en materia visual como en la propia efectividad sobre la pista. Es más, una unidad pilotada por Stirling Moss logró el récord mundial de velocidad en su clase al superar los 230 kilómetros por hora.
Todo ello con un motor de cuatro cilindros en línea y 1,1 litros. Eso sí, responsable de impulsar los tan sólo 450 kilos entregados en báscula. Sin duda, una síntesis perfecta del diseño automovilístico tal y como lo entendía Lotus.
IBERIAN HISTORIC ENDURANCE, MÁS CARRERAS EN EL CIRCUITO DE NAVARRA
Yéndonos al fin de semana del 22 y 23 de octubre, el Circuito de Navarra acogió otra de las citas de la Iberian Historic Endurance. Uno de los eventos de clásicos más interesantes del panorama peninsular aunque, junto a Estoril, Navarra, el Algarve o Barcelona estén las citas de Pau y Spa. Pensada como una manera de dar vida en circuito a los GT y demás clásicos de competición, aquí se dio cita una buena selección de los campeonatos de turismos de los años sesenta y setenta. Para empezar, entre los treinta y tres inscritos destacaba la aparición de un Lotus Cortina.
Todo un símbolo para el campeonato británico. El cual ganó en 1964 gracias al espectacular pilotaje de Jim Clark. Siempre dispuesto a despegar del suelo una de las ruedas del eje delantero mientras tomaba las curvas. Tras éste, destacó la abundancia de modelos Porsche 911 e, incluso, la inscripción de un liviano 356 Speedster.
Todo un mito no sólo para la deportividad entendida como algo donde el bajo peso ha de ser esencial Sino también para la expansión comercial de la marca alemana en los Estados Unidos. En suma, una de las mejores ideas del importador e inspirador de diseños Max Hoffman.
No obstante, resultó imposible eludir la presencia de un Ford GT40 como el principal protagonista de la cita. De hecho, fue el ganador de la misma con una ventaja de casi cinco minutos respecto al segundo clasificado. Un BMW 2800 CS. Evidentemente, clásicos de competición que hicieron las delicias de todos los asistentes. Y es que, eventos así, se disfrutan tanto dentro como fuera de la pista. Algo para lo cual el Circuito de Navarra está perfectamente preparado.