Con su más de un millón de unidades fabricadas en la planta de Vigo entre 1984 y 2005 la Citroën C15 fue un éxito incuestionable. Además, en relación a la fiabilidad y carácter diario pocos vehículos industriales han sido tan ejemplificantes como esta furgoneta basada en el Visa, la cual también fue pionera en la adopción de motores diésel en su segmento.
Eso sí, hablando de innovaciones relacionadas con nuestra protagonista no podemos olvidar la versión C15E de 1990. Y es que sí, aunque pueda parecer sorprendente esta Citroën tuvo su propia variante eléctrica producida en serie, siendo por tanto el primer modelo de la casa francesa definido por dejar a un lado el motor de combustión a fin de sustituirlo por otro eléctrico.
Un hecho imprevisto en la trayectoria del modelo, el cual siempre se ha caracterizado por una estupenda capacidad de carga combinada con una ligereza responsable de marcar consumos contenidos así como un desempeño más que llamativo.
De hecho, algunas de estas capacidades ya se encuentran cifradas en su propio nombre: 15 por las 1,5 toneladas de Peso Máximo Autorizado con las cuales era capaz de circular esta furgoneta con motores gasolina entre 1.124 cc y 1.360 cc, diésel con 1.769 y sí, eléctrico con un par de 140 Nm a 1.400 rpm.
HACIA UNA FURGONETA DE ÉXITO
Afortunadamente, hoy en día se está dando cada vez más atención a los vehículos industriales históricos. Así las cosas, las pocas unidades supervivientes de algunos modelos fabricados incluso en tandas de miles van dignificándose a través de restauraciones meritorias, concentraciones temáticas e incluso puestas en valor en determinados museos dedicados al ámbito de la automoción.
Gracias a ello el público va conociendo cada vez más y mejor la historia de los sufridos vehículos de carga, con los cuales la economía del país avanzó desde los tiempos de la posguerra -definidos por el uso del motocarro– hasta la transición al expansionismo del consumo -con la AZU en en centro del proceso- y la definitiva consolidación económica ya en democracia -donde la Citroën C15 ha jugado un papel esencial como aún puede verse en el entorno rural-.
En fin, un tipo de uso normalmente unido al reparto y los desplazamientos cortos donde una opción eléctrica cobra más sentido ya que no ha de enfrentarse a los rigores de la recarga en ruta. Algo por lo cual los técnicos de la casa francesa comenzaron el desarrollo de una variante sin motor de combustión de la popular C15 allá por 1987; un año en el que, a todas luces, la electrificación aún seguía planteando retos técnicos de enorme calado especialmente en materia de peso.
CITROËN C15 ELÉCTRICA, EL PROBLEMA DEL PESO Y EL MANEJO
Revisando los breves datos técnicos que hemos hallado en relación a la Citroën C15 eléctrica hay algo capaz de llamar instantáneamente la atención: el peso. Y es que, frente a los poco más de 800 kilos marcados por una C15 de combustión la C15E arroja en torno a 1.400. Hablamos de un 43% más, lo cual determina unas prestaciones limitadas que, en el caso de la velocidad punta, limita el desempeño a los 90 km/h.
No obstante, a decir verdad la mayor parte de los experimentos eléctricos ejecutados por multitud de marcas -desde BMW hasta Renault- desde los años setenta en adelante tenían como objetivo la movilidad urbana. Ámbito en el que, además, la autonomía limitada no era un obstáculo insalvable aunque, en casos como el de nuestra protagonista, ésta se limitaba tan sólo a unos 70 kilómetros a pesar de montar 16 baterías.
Una fuente de alimentación que, por sí sola, introducía más de 500 kilos a la ecuación. Asimismo, al no poderse haber aplicado una reductora el motor eléctrico se gestionaba a través de una caja de cambios manual; hecho éste muy complejo para con el manejo, haciendo de cada nuevo engranar marcha una operación delicada en la cual el motor jamás debía bajar de las 1.400 rpm.
Con todo ello -así como una cierta merma en el plano de carga, al ir las baterías por detrás de los asientos-, la Citroën C15 eléctrica pasó por poco las 400 unidades ensambladas. Eso sí, para la historia ha quedado como el primer modelo eléctrico producido en serie por la marca y, posiblemente, la versión más escasa y excéntrica en la amplia trayectoria marcada por la popular furgoneta.