El Citroën Traction Avant es uno de los coches más importantes de la historia del automóvil en Europa. Su origen se remonta a 1934, año en el que es presentada esta nueva gama de modernos vehículos que traían la tracción delantera al viejo continente en gran serie. Este ambicioso proyecto, que valoró la fabricación de una versión con motor V8, le costó la ruina a André Citroën, y en ese momento la compañía paso a ser controlada por la familia Michelin.
El destino quiso que esta idea que arruinó al fundador de la marca hiciese que Citroën prosperase en el futuro y convirtió esta tecnología en una seña de identidad. En cuanto al modelo Traction Avant su vida comercial se prolongó una vez concluyó la II Guerra Mundial y logró fabricarse hasta 1957 con 759.111 de estos coches fabricados.
Con los planes para el Citroën 22CV de motor V8 descartados, en 1938 aparece el 15CV como el buque insignia de la marca, con una mecánica de seis cilindros en línea de 2.867 centímetros cúbicos y 77 CV de potencia que permitía alcanzar una velocidad máxima de más de 130 kilómetros por hora. Con esta motorización se desarrollaría al final de la vida comercial del Traction Avant una versión que implementaría por primera vez una novedad que haría historia; la suspensión hidroneumática.
PAUL MAGÈS: EL INESPERADO INVENTOR DE LA SUSPENSIÓN HIDRONEUMÁTICA
Aunque su labor principal en Citroën era la de diseñador, Paul Magès, que no contaba con estudios en ingeniería, escaló puestos en la compañía hasta lograr trabajar codo con codo con figuras legendarias como André Lefevre y Flaminio Bertoni, hasta el punto de que llegaron a ser apodados como Los Tres Mosqueteros dentro de la empresa, y con este equipo diseñó el TPV que se convertiría en el 2CV.
Tras el desarrollo de un vehículo económico que contaba con unas soluciones técnicas de lo más brillantes trabajarían en nuevos proyectos. Magès se había interesado por los sistemas hidráulicos tras sus labores diseñando un sistema de regulación de frenada según la carga de manera automática para el furgón Citroën TUB.
Con su experiencia después de haber elaborado la ingeniosa suspensión del 2CV y los frenos de la TUB, Paul Magès se puso manos a la obra para crear una suspensión revolucionaria con elementos que hasta ahora no habían sido empleados por la industria del automóvil. Así nació un sistema de esferas llenas de gas que aportaban un mayor nivel de confort y estabilidad que las suspensiones que hasta entonces se montaban en los coches, además de ser autorregulante a medida que se aplica más carga.
TRACTION AVANT 15 SIX H: EL BANCO DE PRUEBAS QUE LLEGÓ A COMERCIALIZARSE
Si bien la novedosa suspensión hidroneumática estaba destinada a incorporarse en una futura y moderna berlina que se convertiría en el Citroën DS, este emblemático modelo no contó con el privilegio de estrenar esta tecnología. En su lugar se implementó por primera vez en el veterano Traction Avant en su versión de seis cilindros en 1954 tras años de pruebas y desarrollo.
Esta versión se bautizó como Citroën Traction Avant 15 Six H, con esta última letra como referencia a la nueva suspensión, que en el caso de este modelo solo funcionaba en el eje trasero, combinándose así con la suspensión delantera convencional. A pesar de ser un modelo casi experimental se presentó al público el 15 de abril de 1954 con su comercialización iniciada en mayo de ese año y fue alabado tanto por la prensa como por los clientes que quedaron sorprendidos con el nivel de confort del vehículo.
Por lo demás este Traction Avant se diferenciaba de otras versiones de seis cilindros de este modelo, aunque en Citroën decidieron montar unos nuevos asientos y una moqueta acolchada para maximizar la sensación de confort. En 1955 la marca termina presentando el DS un automóvil revolucionario en todos los sentidos que terminó incorporando la suspensión hidroneumática a las cuatro ruedas.
Así pues, el Traction Avant 15 Six H sirivió como un preludio para el vehículo que lo iba a sustituir y que el público esperaba con una gran expectación. Antes de que el Citroën DS se convirtiese en el coche por excelencia de los presidentes franceses, Henry Chapron carrozó con gran maestría unidades del Traction Avant de suspensión hidroneumática que fueron empleadas por Charles de Gaulle en desfiles.
Finalmente, en 1956, con el Citroën DS ya en el mercado, cesó la fabricación del Traction Avant 15 Six H con tan solo 3.077 unidades producidas, lo que convierten en una auténtica rareza hoy en día a uno de los modelos más significativos de esta marca que arriesgaba en innovar y con la que debutó una genial tecnología que ha estado en uso por Citroën hasta el siglo XXI y que fue copiada por otras compañías.
Imágenes: Citroën