Mario Laguna
Una vez al año se celebra en el lago de Madine la mayor concentración de coches populares clásicos de Francia. Del 13 al 14 de junio de 2015, el lago de Madine celebró el trigésimo aniversario de las reuniones organizadas por Les Bielles Meusiennes, un club de aficionados de la región del río Meuse que se ubica en las proximidades de la ciudad de Metz, al noreste de Francia.
El acontecimiento, con el título de Rétro Meus’Auto, da la bienvenida a más de 1.500 coches populares, en su inmensa mayoría de marcas francesas, cuyos propietarios los conducen por carretera desde los lugares más distantes de Francia. En las últimas ediciones se aprecia un aumento de los coches llegados de otros países como Alemania, Bélgica, los Países Bajos, Luxemburgo y, en menor cuantía, de Italia y Gran Bretaña.
La región, agrícola y ganadera, muy pintoresca, ofrece los alicientes de viajar por carreteras secundarias, alejadas de las autopistas y de las grandes aglomeraciones. En las pequeñas poblaciones, prácticamente aldeas, que rodean el lago, no hay hoteles ni grandes restaurantes; el público de Madine prefiere acampar con autocaravanas o tiendas de campaña alrededor del lago y alimentarse con sus propios productos preparados en fuegos de campamento o en barbacoas.
La peor noticia para los miles de asistentes que acuden a la gran reunión puede llegar del cielo en forma de borrascas. De otro modo, lo único que se necesita para que el fin de semana sea un éxito es un cielo despejado sin nubarrones que lo amenacen; tal fue el caso de la trigésima edición, celebrada con un tiempo veraniego en el que los más atrevidos, sobre todo los niños, pudieron aventurarse con baños y chapoteos en las playas artificiales del lago.
Piezas a mansalva, y negociables
La concentración de coches se acompaña de una gran feria de piezas de repuesto, en la que abundan los comerciantes con todo tipo de mercancía, en particular procedentes de desguaces de coches de marcas francesas.
Los mecánicos más habilidosos podrían sin ninguna duda construir un coche de marca francesa a partir de las piezas encontradas en Madine. Piezas de carrocería, bastidores, motores, asientos, instrumentos, cables, gomas, moquetas, todo lo necesario se encuentra extendido en los miles de metros cuadrados ocupados como en una pacífica invasión por los cientos de expositores.
Madine tiene la ventaja adicional de que los precios son muy razonables y se puede discutir con los vendedores. Todos están dispuestos al regateo y a aceptar ofertas de los posibles compradores, al contrario de lo que sucede en otras ferias internacionales más famosas como las que tienen lugar en París, Essen o Stuttgart. Además de piezas, también hay numerosos puestos de miniaturas y de todo lo que tenga relación de cerca o de lejos con el automóvil.
La participación en Madine se realiza sin grandes formalidades. Aunque existe la posibilidad de una inscripción previa, lo más frecuente es que los aficionados acudan sin previo aviso, de manera espontánea y se puede llegar o abandonar el lugar de la reunión a la hora que uno prefiera. La inscripción es gratuita y se realiza sobre la marcha, a medida que llegan los coches.
Para los vehículos anteriores a 1990 la entrada y aparcamientos son gratuitos y los coches más modernos son desviados a aparcamientos exteriores que se pueden ocupar por el módico precio de 5,00 euros por todo el día, sin que se tenga en cuenta el número de ocupantes de cada coche.
Desfiles y premios populares
El domingo por la tarde tiene lugar un desfile que dura horas, con el paso ante el podio de todos los coches participantes, que son distinguidos con una breve presentación. Es igualmente el momento de recibir los premios para el mejor coche y la mejor restauración. No obstante, nadie se preocupa mucho de los premios ya que lo esencial han sido los intercambios de experiencias y los encuentros con otros aficionados.
A pesar de que, como se ha indicado, tradicionalmente las marcas francesas son las más abundantes, se ha observado paulatinamente la llegada de vehículos más prestigiosos, no faltando ejemplares raros, como veremos a continuación…
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Citroën, Renault, Simca, Alpine, Panhard
Madine es el pequeño paraíso de los amantes de los coches populares franceses, sin las preocupaciones de las grandes (y costosas) restauraciones. Coches en su salsa, en uso cotidiano desde su adquisición hasta nuestros días son los héroes del fin de semana.
Por una vez se olvidan los lavados intensivos y sacar lustre hasta en los últimos rincones del coche. Un poco de óxido en los guardabarros o debajo de las puertas, cromados que no brillen o asientos con la tapicería descosida no se considera delitos suficientes para meter a nadie en la cárcel.
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Los habituales de Madine son principalmente familias enteras, que llegan con bacas, remolques, mesas, sillas y buena provisión de comida y bebida para dos o tres días. Se montan tiendas de campaña, toldos y barbacoas y se admiran los modestos coches de los vecinos con igual agrado que si fueran Ferraris de última generación.
Entre las marcas protagonistas destacaremos a través de ilustraciones fotográficas:
Los Citroën 2CV con más espejos retrovisores que las Vespas de Quadrophenia;
Primeras generaciones de Renault 4/4, como los conocemos nosotros, o 4CV como lo conocen en Francia;
Renault 4L en versiones descapotables y deportivas;
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Citroën Ami 6 sin tocar desde que salieron de fábrica;
Citroën DS con el techo de fibra de vidrio y pilotos traseros tipo cucurucho de plástico;
Panhard Dyna de los años cincuenta. Recordemos el empleo masivo del aluminio con prioridad sobre el acero en las carrocerías Panhard;
Renault-8 Gordini auténticos;
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Renault 12 Gordini auténticos y no tan auténticos;
Renault 5 Turbo, modelo que se ha revalorizado mucho recientemente;
SIMCA Aronde y Renault 6 en gran cantidad, con remolque y sin remolque;
Alpine-Renault de todos los colores y motorizaciones. En ocasiones se han visto ejemplares de fabricación española FASA-Renault, muy bien considerados.
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Marcas de prestigio
Como representantes de marcas francesas de prestigio, se podrían citar:
Rosengart SuperTraction cabriolet de los años treinta. Un coche con muchos detalles art déco. Marlene Dietrich tuvo uno similar al de la foto;
Facel Vega coupé de 1955;
Citroën SM, variedad lujosa y deportiva del DS con motor Maserati y complicaciones que hacían difícil su mantenimiento, como la dirección asistida variable en función de la velocidad.
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Variedades raras
Es poco conocido el intento de Citroën de adoptar para sus modelos populares un motor a pistón rotativo tipo Wankel. Sin embargo, se realizaron varios prototipos sobre la base del Ami 8, para el que se encargó una carrocería especial tipo coupé de dos puertas, que se continuó con una producción de unos 230 ejemplares. La reducida cifra de producción da idea del fracaso del proyecto. Uno de esos coches, con el código de fábrica M35, matriculado en los Países Bajos, se podía admirar al borde de las aguas del lago de Madine.
Por otra parte, igualmente con matrícula de los Países Bajos y fabricado en ese país, estaba presente un curioso ejemplar derivado del Panhard Dyna, con carrocería especial de tipo barqueta realizada en aluminio sobre un bastidor de 1950. Aunque el motor tenga una modesta cilindrada de 850 cc, el coche, muy ligero de peso no debería suponer un lastre para sus prestaciones deportivas.
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Marcas extranjeras
No sólo de marcas francesas viven los aficionados de Madine.
Un espectacular Lagonda M45 Lancefiel de 1934, con bastidor número 60, muy bien restaurado, destacaba entre otras marcas más modestas;
Entre los italianos, el caso del Alfa Romeo Giulietta debe ser de los pocos en los que el coupé (Sprint) se valora más que el descapotable (Spider). Un ejemplar Sprint blanco (y no rojo) en perfecto estado destacaba sobre el verde de la hierba que cubre el perímetro del lago;
De la misma nacionalidad, un elegante Lancia Flavia coupé Pininfarina de 1963 había hecho el viaje desde Bolonia, al lado del cual
Un Sabra parecía rústico, con su carrocería de plástico, fabricado en Israel.
Como es de esperar en ese tipo de acontecimientos, los VW escarabajo, Minis y Land Rovers también abundan. Menos usual es ver un Mercedes-Benz 230SL manual al lado de un Rolls-Royce Silver Shadow.
Los lagos y los coches
Al parecer, los lagos tienen vocación de recibir grupos de automóviles y automovilistas para disfrutar de su afición. Sin embargo, como en otros órdenes de la vida, hay lagos y lagos. Me estoy refiriendo al lago Como, en Italia, que es marco para el concurso de Elegancia de Villa d’Este, del que los lectores de La Escudería han tenido noticia recientemente.
¿Cómo se compararía el lago de Madine al lago de Como? Sencillamente no hay comparación posible al situarse cada uno de ellos en las antípodas del otro:
En Villa d’Este se participa por rigurosa invitación y las plazas están limitadas, mientras que en Madine las puertas están abiertas, la participación es espontánea sin aviso previo. Desde luego, las plazas son ilimitadas;
El público no tiene acceso a Villa d’Este, es un acontecimiento restringido a los propietarios de los coches. En Madine las puertas están abiertas a todo el mundo veinticuatro horas al día;
En Villa d’Este se encuentran los coches más caros del mundo y en Madine los más baratos;
En Villa d’Este el óxido es una herejía, un delito perseguible de oficio por policías, jueces y fiscales. En Madine el óxido no es más que una evolución natural en la vida del coche, como las arrugas en las personas;
A Villa d’Este los coches llegan entre algodones en contenedores y remolques específicos. A Madine todo el mundo llega conduciendo su coche por carretera;
El coche que gane el premio en Villa d’Este pasará a todas las enciclopedias del automóvil y el coche que gane el de Madine continuará en su dorado anonimato hasta el fin de sus días;
En Villa d’Este los propietarios de los coches se alojan en los lujosos hoteles alrededor del lago, a condición de que, como mínimo, tengan cinco estrellas. En Madine los propietarios de los coches también se alojan alrededor del lago, pero en tiendas de campaña o, en el mejor de los casos, en autocaravanas, a condición que sean de tercera o cuarta mano;
En Villa d’Este todo el mundo se pone la ropa de los domingos, en Madine la de los lunes, si es que el lunes se ha levantado uno tarde y no tiene que ir a trabajar.
Madine es la antítesis de Como.
A pesar de todo, una reflexión más profunda que no admite comparación es la siguiente: ¿Quién lo pasa mejor, el público de Villa d’Este o el público de Madine?
El lector no encontrará la respuesta en estas páginas, tendrá que buscarla por sí mismo.
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Ventajas e inconvenientes
Participación espontánea y popular, sin formalidades.
Por una vez la cantidad y la diversidad se valoran por delante de la calidad.
Ambiente campestre, lejos de las ciudades, entorno natural.
Se permiten las camisetas de tirantes y las sandalias con calcetines.
Tampoco están mal vistos los perros que mueven la cabeza en la bandeja trasera y las labores de ganchillo en el reposacabezas.
Ausencia de horarios que respetar.
¡Y respecto a los inconvenientes… No hay prácticamente ninguno.
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