El reloj de ClassicAuto Madrid se parará el viernes, 24 de febrero, a las 16,00h. En ese instante se pondrá en marcha el cronometro para registrar los mejores tiempos del Campeonato de España de Velocidad. Se cumplen en este 2017 cuarenta años del inicio de la época de oro del CEV. Entre 1977 y 1982 el ‘spanish circus’ puso en valor la dedicación y el esfuerzo de decenas de deportistas que maravillaban a una creciente y entusiasta afición y cubrían de gloria las revistas del sector y las páginas del deporte de los diarios.
En ClassicAuto Madrid recordaremos esa época dorada de la mano de sus protagonistas. Una veintena de pilotos participarán el viernes en una mesa debate con aficionados para revivir hazañas deportivas y valorar la actualidad del motociclismo patrio. Los pioneros, con la perspectiva que da el tiempo, nos darán las claves para entender la evolución de un deporte que mueve pasiones, pero entraña riesgos y esfuerzos.
Bregados en las pruebas de velocidad y resistencia, escucharemos las opiniones, en una clase magistral de motociclismo, de pilotos como Carlos Morante, Andrés Pérez Rubio, Fernando González Nicolás, Pedro Parajua, Josep María Mallol, Luis M. Reyes, los hermanos Gali, Benjamín Grau, Luis Ricart, Pedro Cegarra y Joaquin Orts, entre otros. Junto a ellos, podremos ver una selección de las motocicletas que dieron gloria a deportistas y aficionados.
CEV: Nuevas motos, nuevos circuitos
La época de oro del Campeonato de España de Velocidad arranca en 1977 con la entrada significativa en la competición nacional de las Yamaha TZ, aquellas endiabladas monturas alumbraron unas luchas nunca antes vistas en los circuitos. Las Yamaha habían ‘democratizado’ el mundial de la época y su influencia se extendía en España.
El Campeonato se venía arriba. A las posibilidades que abrían las motocicletas de importación y al carácter de los pilotos españoles se sumaba la entrada en escena de un nuevo circuito: tras el Jarama surgía la propuesta de Calafat en Cataluña. Todo un balón de oxígeno para los pilotos, que se batían el cobre en circuitos habilitados en polígonos industriales, donde también se puntuaba para el CEV. Al tiempo, la afición que despertaban estas hazañas motociclistas disparaban la audiencia a pie de pista.
Seis años duro el sueño. La carrera de Monza en 1983 entre Sito Pons y Palazzese movió el foco al Mundial, y el Campeonato de España se empezó a apagar. A los aguerridos pilotos de la época de oro de la velocidad en España le siguieron el mencionado Sito, Garriga, Aspar y Cardús. Todos ellos prendieron la llama del Mundial. Pero esa ya es otra historia.
* Noticia elaborada mediante nota de prensa