Hoy repasamos la cara más fea de algunos coches europeos, que generalmente son considerados bonitos o por lo menos desagradan a poca gente. Cuando estos mismos vehículos se querían vender en Estados Unidos debían acatar una estricta legislación en materia de seguridad que obligaba a hacer grandes sacrificios estéticos.
La mayoría de estas normas empezó a entrar en vigor a mediados de la década de los sesenta, pero no fue hasta principios de los setenta cuando todo el que quisiese vender un coche en Norteamérica tenía que incorporar unos parachoques que absorbiesen un impacto a 5 millas por hora sin deformarse.
La lista podría ser interminable, pues cada modelo europeo se vio afectado en mayor o menor medida. Pero como botón de muestra estos son algunos de los peores ejemplos que ponen de manifiesto la gravedad del asunto.
CITROËN DS
Generalmente considerado uno de los coches más bonitos de la historia, el diseño de Flaminio Bertoni fue actualizado por otro maestro del gremio, Robert Opron, con la fabulosa tercera serie de la “diosa”, con faros carenados y direccionales. Por desgracia la normativa americana prohibía este tipo de faros y tuvieron que ser sustituidos por otros sin ninguna gracia.
MASERATI KHASMIN
Este es uno de los peores ejemplos que hemos podido encontrar. La trasera de este Maserati tuvo que ser rediseñada para realojar las tulipas posteriores y añadir un paragolpes desproporcionado de plástico que rompe con la estética del coche por completo.
JAGUAR E-TYPE
En este caso las modificaciones son más sutiles, pero siguen siendo doloras cuando se habla de otros de los diseños más bellos de la historia. Por lo menos Jaguar logró salvar la imagen del coche sin colocar unos paragolpes gigantescos, optando en su lugar por un par de topes de goma enormes.
JAGUAR XJS
El XJS no tuvo la misma suerte que su hermano mayor, y unos topes en las defensas no sirvieron para venderse en Estados Unidos. Para entrar al país este Jaguar tuvo que incorporar unos paragolpes que hacían que el coche fuese mucho menos atractivo que su versión europea.
FIAT 500
El del Cinquecento es uno de los casos más peculiares de la lista, pues los coches europeos empezaron a verse afectados por estas normativas a partir de 1967. Hasta entonces Estados Unidos solo tenía leyes que hablaban de las dimensiones y formas de los faros delanteros, motivos por los que al utilitario italiano se le añadieron dos gigantescos focos saltones al frontal.
CITROËN SM
Los problemas que tuvo el Citroën DS en su versión americana se vieron multiplicados en el SM. Se eliminaron los faros direccionales, y por aquel entonces las ópticas delanteras rectangulares tampoco estaban permitidas, por lo que se emplearon unas redondas. Como curiosidad, este veto a los faros rectangulares acabó en 1975, año en el que cesó la producción del SM.
BMW E21
Gracias a que ya contaban con faros redondos, su imagen no se vio tan alterada como otros modelos de la lista. Sin embargo, debido al frontal tan característico de “morro de tiburón” de los BMW de esta época llevaron unos paragolpes tuvieron que ser particularmente grandes.
LAMBORGHINI COUNTACH
Sin lugar a dudas la versión americana más conocida de esta lista, y no exactamente por las mejores razones. Los Countach llegaron a equipar un alerón delantero que servía para proteger los faros, y posteriormente se utilizó un protector de plástico que tampoco hacía ningún favor a la estética del coche. El alerón delantero se convirtió en icónico gracias al papel protagonista de uno de estos coches en la película “Los locos de Cannonball”.
MERCEDES BENZ, LA EXCEPCIÓN
Desde el inicio de producción de los Mercedes W111 y W108 de faro vertical, Mercedes lanzó unas ópticas que se adecuaban a la legislación americana con una estética muy acertada y que a día de hoy son buscadas por muchos propietarios de estos coches.
Otros ejemplos más afectados por la normativa pero muy bien resueltos fueron los Mercedes W116 y R107 que tuvieron que implementar los paragolpes kilométricos y las ópticas redondas, aunque solucionaron este problema con gran maestría.