Los vehículos clásicos e históricos han sido durante décadas objeto de debate en el contexto de la movilidad sostenible. Si bien es cierto que sus motores carecen de los sistemas anticontaminación modernos, los datos demuestran que su impacto medioambiental es mínimo debido a su escaso uso. A través de tecnologías innovadoras, como la medición remota de emisiones, es posible comprender con mayor precisión la realidad de estos automóviles en nuestras ciudades.
Una regulación adaptada a la realidad
El nuevo Reglamento de Vehículos Históricos en España limita el uso de estos coches a 96 días al año, lo que ya impone una reducción considerable en su impacto ambiental. Sin embargo, hasta hace poco, no existía una evaluación precisa de cuál era realmente su contribución a la contaminación urbana. Ahora, gracias a un estudio de Opus Remote Sensing Europe (OPUS RSE), se ha podido cuantificar su impacto real mediante tecnologías de medición de emisiones en circulación libre.
Los resultados son reveladores: aunque individualmente estos coches emiten más contaminantes que los modelos modernos, su impacto total es insignificante. Un estudio de la Federación Española de Vehículos Antiguos (FEVA) demuestra que los coches históricos recorren en promedio 936 km al año, en contraste con los 12.946 km anuales que recorren los turismos convencionales. Esto significa que, en términos anuales, los clásicos emiten hasta un 87% menos de óxidos de nitrógeno (NOx), un 84% menos de partículas (PM), un 63% menos de monóxido de carbono (CO) y un 66% menos de hidrocarburos (HC) que los turismos convencionales.
Tecnología para una regulación justa
Estos datos evidencian que los vehículos históricos no representan un problema ambiental significativo. Sin embargo, las restricciones a su circulación se han aplicado sin considerar su verdadera huella ecológica. La solución no pasa por prohibiciones indiscriminadas, sino por la aplicación de tecnologías que permitan medir y gestionar las emisiones reales del tráfico de manera eficiente y equitativa.
Sistemas como los de OPUS RSE permiten capturar datos precisos sobre las emisiones de cada vehículo en tiempo real. Implementar este tipo de tecnologías en zonas urbanas podría facilitar la toma de decisiones más justas, permitiendo que los vehículos que realmente impactan la calidad del aire sean los que afronten restricciones más estrictas, mientras que aquellos con baja actividad anual, como los clásicos, puedan seguir circulando sin afectar la calidad del aire.
Conservar el patrimonio sin sacrificar el medioambiente
Los vehículos clásicos son parte del patrimonio cultural e industrial de nuestro país. Su valor histórico, emocional y económico es incalculable, y su conservación no debería estar reñida con la sostenibilidad. Con los datos en la mano, es evidente que su impacto ambiental es mucho menor de lo que se creía. La regulación del tráfico debe basarse en evidencias y no en suposiciones, apostando por soluciones innovadoras que permitan compatibilizar la preservación del legado automovilístico con la protección del medioambiente.
Texto: Opus Remote Sensing Europe
Imagen: Unai Ona