Javillac
Las colaboraciones entre dos marcas de coches para lanzar un modelo de manera conjunta no suelen salir bien por lo general, aunque hay excepciones. En la lista de hoy volvemos la vista atrás para rememorar aquellos coches que fueron fruto del esfuerzo de dos fabricantes.
ALFA ROMEO ARNA 
El Arna fue fruto de la colaboración entre los italianos de Alfa Romeo y los japoneses de Nissan, con el fin de crear un compacto de tres y cinco puertas, carrocerías que en la década de los ochenta contaban con una enorme popularidad. Para este proyecto Alfa Romeo construyó una nueva fábrica en el sur de Italia.
El concepto suena muy bien en teoría, tecnología japonesa con una atractiva y moderna carrocería con carácter y personalidad italiana, pero por desgracia fue al revés.
El problema viene cuando el coche fue el producto de la unión de las peores características de ambos mundos, una carrocería francamente aburrida, que era poco más que un Nissan Pulsar o Cherry con otra calandra, y la mecánica heredada de los controvertidos Alfasud. El resultado fue un coche que no cautivó al público y que fue un insulto para los más alfistas.
LANCIA THEMA 8.32 
Pasamos de una colaboración entre italianos y japoneses a una creación puramente italiana. A primera vista el Lancia Thema 8.32 se puede confundir fácilmente con otros acabados más deportivos del modelo, aunque una pista es su alerón retráctil, primer coche en incorporar esta tecnología.
La verdadera sorpresa se encuentra bajo el capó, pues el coche contaba con el motor V8 que montaban los Ferrari 308, aunque la mecánica fue modificada seriamente para poder ser alojado en el vano moto de una berlina.
No se llegaron a fabricar 4.000 unidades del Lancia Thema 8.32 by Ferrari, pero se ha convertido en una de las berlinas más cotizadas y buscadas por los coleccionistas en los últimos años, como era de esperar, y que en España pasó al imaginario colectivo por ser el coche en el que perdió la vida Fernando Martín.
PORSCHE 914/6 
Este intento de fabricar un deportivo más asequible fue un trabajo llevado a cabo de manera conjunta entre Volkswagen y Porsche, marcas pertenecientes al mismo grupo, pero que rara vez colaboraban entre sí, pese a tener unos orígenes comunes.
El coche se planteaba como un sustituto de los Porsche 912 y los Volkswagen Karmann Ghia. El coche se vendió en Europa como Volkswagen-Porsche, pero por miedo a perder clientes en Estados Unidos en Norteamérica se comercializó como Porsche.
Este biplaza de techo targa se ofrecía con dos motorizaciones, un cuatro cilindros tipo bóxer de 1’7 litros de origen Volkswagen en los 914, y un seis cilindros bóxer de 2 litros y procedente de los Porsche 911 T para los 914/6.
CITROËN SM 
Obra del magnífico diseñador Robert Opron, este moderno coupé presentado a principios de la década de los setenta fue una colaboración entre Citroën y Maserati, dotando estos últimos al vanguardista SM una mecánica.
En un inicio el acuerdo establecido entre ambos fabricantes estipulaba que el futuro modelo iba a montar un V8, pero finalmente se optó por un V6.
La vida comercial de este precioso automóvil coincidió con el inicio de la crisis del petróleo en 1973, algo que hizo afectó seriamente a su popularidad, convirtiendo al SM en uno de los grandes coches que fracasaron a nivel comercial.
DODGE OMNI 024 DE TOMASO
A diferencia del resto de coches presentados en esta lista, esta versión del coupé de Dodge basado en los Talbot Horizon, tiene De Tomaso solamente en el nombre.
El coche era poco más que un paquete estético al que se le añadió el nombre del fabricante italiano con el fin de aportarle un toque exótico que el modelo nunca tuvo.
Cabe recordar la buena relación entre Alejandro De Tomaso y Lee Iacocca, empresarios que se conocieron en el desarrollo del De Tomaso Pantera y que siguieron colaborando una vez Iacocca abandonó Ford y llegó a la directiva de Chrysler.
CHRYSLER TC BY MASERATI 
Que Lee Iacocca, padre del Ford Mustang, fue capaz de reflotar Chrysler con las Voyager y LeBaron después de que la compañía se hubiese declarado en bancarrota es todo un logro. Mucho menos éxito tuvo la colaboración entre Chrysler y Maserati para vender un LeBaron a un precio desorbitado.
Con Alejandro De Tomaso siendo ahora también dueño de Maserati un nuevo proyecto conjunto con Iacocca era más que previsible. El Chrysler TC by Maserati era un LeBaron hecho en Italia y poco más. Aunque fue la única variante del coche disponible con hardtop.
De hecho, algunas de las mecánicas estaban disponibles en el catálogo de Chrysler, siendo algunas de estas de origen Mitsubishi. El resultado fue un merecido fracaso comercial para un coche del que tan solo se vendieron 7.300 unidades en tres años.
KIA ELAN 
La marca coreana, si bien ha sabido ofrecer buenos productos, nunca ha sido la más prestigiosa del mundo y para la década de los noventa empezaba a ser consciente que debía hacer algo por ofrecer un coche que fuese más que una herramienta para ir del punto A al punto B.
Kia buscaba un descapotable, pero el desarrollo de un coche de este tipo era extremadamente costoso, así que decidieron fijarse en un producto que ya estuviese en el mercado.
Es así como Kia comenzó a fabricar el Lotus Elan en 1995, inmediatamente después del cese de producción del modelo inglés. A diferencia del modelo original el Kia Elan aumentaba su separación con respecto al suelo y montaba un motor de cuatro cilindros y 1,8 litros de 149 CV.
FORD PROBE 
La época comprendida entre finales de los ochenta y finales de los noventa fue una era de oro para los coches deportivos de faros escamoteables que estaban al alcance de casi todos los bolsillos.
Es en esta época Ford colaboró con Mazda para desarrollar un nuevo coupé con la vista puesta en la década de los 90. El Resultado fue el Probe, compartiendo muchos componentes mecánicos y estéticos con otros deportivos de la marca japonesa.
SEAT IBIZA 
Normalmente las colaboraciones entre automóviles no han funcionado del todo bien o directamente fueron un fracaso. Pero terminamos la lista con el único coche español citado y también el más exitoso, el SEAT Ibiza.
El Ibiza se presenta en 1984, cuando la compañía operaba de manera independiente tras el final del acuerdo comercial con Fiat. En el desarrollo de este compacto participó Italdesign con Giugiaro a la cabeza, Karmann y Porsche, encargados estos últimos de diseñar los motores de 1,2 y 1,5 litros bautizados como System Porsche.
Este factor de poder contar con el nombre de Porsche en un utilitario unido a la robustez mecánica de sus motores convirtió al Ibiza de primera generación en un superventas a nivel internacional del cual se fabricaron más de 1,3 millones de unidades.
