Cuarenta y cinco años después de una intensa actividad de competición, de presentaciones de vehículos y de actos corporativos, el RACE ha emprendido las obras para evitar la muerte del Circuito del Jarama.
Durante el pasado mes de septiembre, Carmelo Sanz de Barros, presidente del RACE, desvelaba ante los medios de comunicación, autoridades y personalidades del mundo del motor el Proyecto Jarama 2021, consistente en “realizar una serie de inversiones sistemáticas que conviertan al circuito en un lugar de ocio y disfrute para todos los amantes del motor.»
El proyecto se desarrollará en tres fases hasta finalizar en el 2021. La torre de control será el primer punto de ejecución, y en ella se realizará una restauración en profundidad pero sin perder su esencia como icono del circuito. Tendrá en sus plantas superiores una serie de espacios de esparcimiento y restauración, desde los que ver las carreras o, simplemente, disfrutar de unas vistas inmejorables de todo el trazado.
En la base de la torre han comenzado a derruirse los edificios actuales que albergan las oficinas y el cronometraje, con el objetivo de construir en este espacio zonas de restauración con terraza al aire libre, así como también una sala de reuniones y un salón de actos.
El tiempo estimado de ejecución de esta primera parte es de alrededor de un año y medio, es decir que las obras deberían finalizar a mediados del 2015. En la primera fase se acometerán asimismo 250 metros de fachada del «costillar».
En la segunda fase de Jarama 2021 se tiene previsto realizar una serie de modificaciones en la tribuna de recta, que se ampliará en unos 100 metros para dar cabida en su interior a salas de reuniones y oficinas y a todo el área de boxes.
En la fase tercera y ultima se llevará a cabo la construcción de un museo donde acoger una muestra de automóviles fabricados en España y la colección de coches antiguos y la biblioteca de la Fundación RACE. Además, una nueva pista de karting y otra serie de obras menores terminarán de rematar la faena.
En opinión del que suscribe estas líneas, el proyecto debería haberse propuesto no sustituir las antiguas infraestructuras sino integrarlas con las nuevas, creando un complejo histórico a la vez que renovado y funcional. Por muy anticuadas que se hubieran quedado, daban testimonio de la época del automovilismo deportivo en que se construyeron, treméndamente distante hoy día. ¿Qué les parece a los lectores?