La industria del automóvil japonesa es conocida por ofrecer una gran variedad de productos, entre los que se incluye una larga tradición de todoterrenos. Para la década de los ochenta prácticamente todos los fabricantes del país contaban con un 4X4 en su catálogo, siendo estos vehículos que se vendían en grandes cifras por todo el mundo.
Curiosamente, una marca con tanto reconocimiento internacional como es Honda no había vendido un todoterreno hasta los años noventa, y viendo lo lucrativo que era este mercado decidieron buscar un candidato de otro fabricante antes que desarrollar su propio vehículo de tracción a las cuatro ruedas, eligiendo el Land Rover Discovery, una idea que en teoría les ayudaría a ahorrar un gran dinero en costes.
EL LAND ROVER DE HONDA, UN DESASTRE HISTÓRICO
Aunque esta alianza entre Land Rover y Honda para fabricar el Discovery puede parecer inusual tiene todo el sentido si se tiene en cuenta que la marca japonesa había ayudado a la industria británica a fabricar los Triumph Acclaim y algunos modelos de Rover.
Por desgracia en aquel momento Land Rover no pasaba por una buena época creando coches plagados con problemas de calidad, y Honda, que ya había forjado una buena reputación por fabricar coches fiables y bien diseñados pagaría las consecuencias de vender Discovery de primera generación.
El coche debutó en Japón en 1993 con el nombre de Honda Crossroad, y estéticamente variaba muy poco con respecto de su homólogo británico, ofreciéndose también con carrocerías de tres y cinco puertas. Como curiosidad este modelo ha sido el único Honda de la historia en montar un motor V8 ya que compartía la mecánica de Land Rover de 3,9 litros y 182 CV, que estaba disponible únicamente con una caja de cambios automática de cuatro velocidades.
Como no podía ser de otra manera el coche fue un fracaso comercial, dado que su precio era extremadamente caro y la calidad de construcción dejaba mucho que desear llegando a ser objeto de una llamada a revisión en 1997 porque la puerta del conductor tenía un fallo en el que se podía llegar a abrir sola.
EL FINAL DE UN COCHE QUE NO TUVO NI PENA NI GLORIA
La compra del grupo Rover por parte de BMW en 1994 enfureció notablemente a la junta directiva de Honda, y llegaron a estar a punto de poner fin al Crossroad en ese momento, pero para desgracia de la agonía de tener que vender ese coche continuó unos años más, hasta 1998, momento en el que termina la fabricación del Land Rover Discovery de primera generación.
En la actualidad encontrar un Honda Crossroad de los noventa es prácticamente imposible, ya que en Japón la vida útil de muchos coches es mucho menor y los vehículos de gran cilindrada pagan impuestos desorbitados. Muchas unidades fueron a parar a Nueva Zelanda, donde al parecer les cambiaban las insignias por las de Land Rover, haciendo que si queda alguna unidad circulando esta vaya disfrazada de algo que no es, ¿o sí es?
Aunque este modelo ha pasado desapercibido por muchos aficionados y actualmente sea prácticamente desconocido, la marca relanzó el nombre de Crossroad en 2007 en forma de SUV, pero, aunque este tipo de vehículo cuenta con una gran popularidad esta nomenclatura debe estar maldita, pues tampoco triunfó y dejó de fabricarse en 2010.
Imágenes: Honda y Land Rover