Cómo nació el Volkswagen Golf
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Cómo nació el Volkswagen Golf: crónica de un reemplazo que parecía imposible

Estaba claro que sustituir a un mito como el “Escarabajo” no iba a ser sencillo y no lo fue. Esta esa la historia de cómo nació el Volkswagen Golf, el coche que consiguió hacer olvidar al Beetle.

Volkswagen Golf. ¿Qué te viene a la mente cuando ves y escuchas ese nombre? Ha sido uno de los automóviles de mayor éxito en Europa durante décadas, el ejemplo a seguir, “EL COCHE” para una gran cantidad de usuarios y de aficionados. Pero, la cuestión es, ¿qué ha tenido ese coche, ese Volkswagen Golf, para llegar a ser la referencia para todo el mundo? El Golf es, básicamente, la representación misma de Volkswagen; es un coche preso de su propio éxito, al tiempo que ha hecho cautiva a la marca que le dio vida. Hoy vamos a retroceder en el tiempo para conocer cómo nació el Volkswagen Golf, , un coche que en este 2024 cumple 50 años.

Nuestro protagonista llegó al mercado para reemplazar al coche que dio vida a la mismísima Volkswagen. Un automóvil al que todos conocemos como “Escarabajo” o como “Beetle”, que viene a ser lo mismo, pero en inglés. También se le conoce como Käfer, que sería la traducción de escarabajo al alemán. El Volkswagen Tipo 1, denominación original del modelo, fue el primer coche que fabricó la compañía con el objetivo de poner sobre ruedas al pueblo alemán.

El Volkswagen Golf junto a los prototipos EA 276 y EA 266.
El Volkswagen Golf junto a los prototipos EA 276 y EA 266.

Volkswagen nació con ese objetivo, a pesar de que de “coche del pueblo” tiene en realidad poco actualmente. Cuando el Tipo 1, que pasó por muchas denominaciones, todas con referencias a la cilindrada de su motor, empezó a decaer en ventas, los directivos de la compañía pusieron a su equipo manos a la obra. Había que desarrollar un sustituto que fueran lo suficientemente bueno como para lograr el mismo éxito.

REEMPLAZO DE UN MITO

Seguramente nadie se había imaginado que en ese momento se empezó a gestar un nuevo mito, un coche que se convertiría en uno de los pilares de la compañía y en la referencia del segmento de los compactos. Nadie pensó que popularizarían el segmento de los compactos deportivos, ni que estaría en el catálogo de la marca durante más de 50 años. Y los que todavía quedan por delante, pues la futura era eléctrica no será impedimento para el Golf siga su camino, pues Volkswagen ya prometió que estaría siempre presente.

La historia del Volkswagen Golf comienza a finales de los años 60, cuando la vida del Volkswagen Escarabajo no daba más de sí y las ventas habían comenzado a decaer. En ese momento, era importante renovarse, los gustos habían cambiado, las necesidades de los usuarios eran diferentes y la configuración tradicional del Escarabajo, con el motor colgado tras el eje trasero y refrigerado por aire, había sido superada ampliamente. La tendencia hacia la tracción delantera con motor delantero era clara y los ejemplos empezaban a llegar desde todas las partes de Europa.

Como bien cuentan desde la propia marca, las expectativas eran muy altas y la inquietud dentro de la compañía estaba al mismo nivel. El reemplazo del Beetle debía afrontarse radicalmente y en la empresa estaban dispuestos a experimentar con nuevas soluciones. El objetivo de seguir con la misma senda de éxito que había llevado con el Escarabajo, del que se vendieron nada menos que 21.529.464 desde 1945 y hasta 2003. Una producción que ya ha sido superada por el propio Golf, que se comenzó a fabricar en 1974 y del que se han fabricado, en sus diferentes generaciones, más de 30 millones de unidades.

CÓMO NACIÓ EL VOLKSWAGEN GOLF

Así, las características del nuevo modelo estaban claras: debía ser más dinámico que el Escarabajo, pero también cómodo, seguro y espacioso, con un tamaño medio, un portón trasero, motor y tracción delanteros. Esto suponía dar la espalda al motor trasero y la propulsión que caracterizaron al Volkswagen Tipo 1. En la primera reunión que se llevó a cabo para marcar las directrices, el entonces CEO de Volkswagen, Kurt Lotz, le dijo a Giugiaro, quien sería el encargado de su diseño: “Queremos que diseñes el sucesor del Escarabajo. Y nos daremos por satisfechos si el espacio interior es similar al del Beetle”.

Mientras tanto, los ingenieros de Volkswagen, con ayuda de Audi e incluso de Porsche, trabajaban en las características que debería tener este nuevo coche. El primer prototipo del futuro modelo fue obra de Porsche, el conocido como EA 266, un automóvil que suponía un cambio radical frente al Tipo 1: carrocería autoportante, motor central refrigerado por líquido, portón trasero… Incluso era un coche bastante rápido, pues podía alcanzar los 187 km/h.

El Volkswagen EA 266 de 1969
El Volkswagen EA 266 de 1969 fue finalmente descartado como sustituto del Escarabajo.

Comparado con el Escarabajo, era casi un deportivo. Sin embargo, este proyecto se detuvo en 1971. Y eso que todo estaba preparado para su producción en serie, incluso se habían fabricado 50 ejemplares para desarrollo, pruebas y demás necesidades. Fue Rudolf Leiding, quien ocupó el lugar de Lotz, quien paró el proyecto porque la fabricación habría sido muy costosa.

NUEVO PROTOTIPO

Que se detuviera el proyecto no quiere decir, que todo se quedara parado. Volkswagen había desarrollo otro prototipo, el EA 276, un coche que ya presentaba algunas características que tendría el futuro modelo: motor delantero y tracción, portón trasero, eje de torsión para las ruedas traseras… Además, no había nada en el diseño que recordara a otro modelo de la marca, todo había sido creado ex profeso, sólo había un detalle que no cuadraba con el objetivo previsto inicialmente: el motor. Para el desarrollo del vehículo se empleó el viejo propulsor bóxer refrigerado por aire del Escarabajo. Su presencia se debía a la necesidad de ahorrar costes y de asegurarse la máxima fiabilidad.

Sin embargo, la llegada de Rudolf Leinding en 1971, que venía de Audi y de haber trabajado en los Audi 80 y Audi 100, cambió las cosas. Ambos modelos tenían bajo su capó un motor de 4 cilindros refrigerado por líquido y Leinding lo destinó al futuro Golf. O, mejor dicho, empleó el mismo concepto de propulsión y lo estrenó en un nuevo prototipo, el EA 337.

Para entonces, Giugiaro, bajo la dirección de Herbert Schäfer, director de diseño de Volkswagen en aquellos años, ya tenía la propuesta de Volkswagen para diseñar el que sería el Volkswagen Golf y cuenta así la experiencia: “Kurt Lotz visitó el salón de Turín de 1969 junto con otros miembros de la junta directiva. La delegación hizo una lista de los seis vehículos que más les gustaron y yo había diseñado cuatro de ellos. Días después sonó el teléfono de entonces joven empresa ItalDesing. El importador general italiano me dijo: ‘¡quieren que vayas a Wolfsburgo!’, y allí que fui en enero de 1970”.

GIUGIARO, EL ELEGIDO

El diseñador italiano acudió a la convocatoria de Volkswagen y, en aquella reunión, le dieron todas las directrices para crear el diseño del sustituto del Volkswagen Tipo 1: “el nuevo modelo debería ser un compacto moderno con portón trasero, en línea con las nuevas tendencias. Me mostraron bocetos y diagramas, donde ya estaba especificado todo lo esencial: diseño de dos volúmenes, las dimensiones -distancia entre ejes, longitud total, la anchura y aproximadamente también la altura-. Incluso las dimensiones interiores y los motores ya estaban definidos. Desde el principio se planeó que el Golf fuera modelo de dos y cuatro puertas”, recuerda Giugiaro.

Llegamos así a los pasos finales para conocer cómo nació el Volkswagen Golf. “El proyecto debía ser presentado internamente el 12 de agosto de 1970. Se dijo que me llamarían si la presentación iba bien, y con la puntualidad de un reloj suizo, esa tarde sonó el teléfono: ‘¡hemos elegido su modelo, venga a Wolfsburgo!’ me dijeron”, cuenta Giorgetto Giugiaro. En todo caso, todavía hubo que realizar algunos cambios al diseño, básicamente por cuestiones de normativas, análisis técnicos y necesidades financieras.

Diseñar un coche no es precisamente sencillo, hay tantas variables y tantas cosas que influyen en las decisiones, que resulta harto complicado encontrar un compromiso. Por ejemplo, la parte delantera del coche era unos 10 centímetros más larga, los pilotos eran más pequeños y el parabrisas estaba más inclinado. Se cambiaron los faros, que Giugiaro había dibujado rectangulares en consonancia con los pilotos, por unos circulares, que en aquellos años eran mucho más baratos de fabricar. También se eliminaron unos intermitentes laterales delanteros por cuestiones de costes.

LA PRODUCCIÓN DEL GOLF COMIENZA EN 1974

El nuevo modelo se convirtió pronto en un pilar de ventas de la marca. El coche era agradable, se conducía muy bien, tenía una buena calidad general y era práctico y cómodo. Tenía todo lo que buscaban desde la directiva de la marca, pero, además, también trajo otra serie de cosas, pues el diseño se había desarrollado para facilitar su fabricación. Y es que la producción de un automóvil es compleja y el diseño de sus elementos puede complicar todavía más su fabricación, lo que, a su vez, aumenta los costes.

Giugiaro lo cuenta así: “Hacer un vehículo hermoso es fácil si sólo haces unos pocos. Pero si quieres fabricar miles de ellos, tienes que diseñar un coche que sea fácil de fabricar”. Cuando se diseñó el Golf, se tuvo en cuenta el concepto básico de reducir los pasos de producción, por ello se apostó por superficies lisas, pocos puntos de soldadura necesarios, pocos componentes individuales... Aun así, hizo falta una inversión de 2.500 millones de marcos alemanes entre 1972 y 1975, unos 1.279.821.026 euros sin tener en cuenta el IPC. Esa inversión no solo sirvió para la producción del Golf, también sentó las bases para la ingeniería de producción de la nueva gama de productos de Volkswagen.

La producción del Volkswagen Golf comenzó el 29 de marzo de 1974 para, un mes después, llegar a los concesionarios. Su precio era de 7.995 marcos, unos 4.093 euros, lo que ayudó a que fuera un rotundo éxito. Tras sólo 31 meses a la venta, ya había un millón de Volkswagen Golf circulando por todo el mundo y tras la vida comercial de la primera generación, la producción alcanzó los 6,9 millones de ejemplares.

EPÍLOGO: EL NOMBRE

El tema de su denominación comercial también necesitó de algunos descartes. De entrada, se había pensado en llamarlo Blizzard, pero se desechó rápidamente. La denominación del coche siempre estuvo ligada al deporte, de ahí que llevara una pelota de Golf en el selector del cambio de marchas, pero también hace referencia al viento del Golfo, lo que mantenía la tradición de Volkswagen de emplear nombres de vientos para sus coches.

No obstante, al parecer, según contó Joachin Zimmermann, ex jefe de compras de Volkswagen entre 1965 y 1995, también se inspiraron en un caballo llamado Gold, cuya imagen era sinónimo de “clase superior, elegancia y fiabilidad”. Sea como fuere, 50 años después la denominación Golf es una de las marcas más poderosas en la industria del automóvil mundial.

Escrito por Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo.

Me gusta mucho la historia del automóvil y actualmente estoy creando una biblioteca personal dedicada, en exclusiva, a la historia del motor en España. También cuento con una enorme colección de material escaneado y he escrito el libro "El 600, un sueño sobre ruedas" (editorial Larousse).

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