Deshacerse de un coche viejo es una tarea que se complica dependiendo de la magnitud de la transacción: no es lo mismo regalar un coche a un familiar, que exportar un vehículo que aún estoy financiando a un comprador de país comunitario. Mientras que lo primero conlleva únicamente cambiar la titularidad del coche y el pago del impuesto de transmisiones patrimoniales, la segunda opción requiere liquidar primero la deuda pendiente, tramitar la baja definitiva del vehículo por exportación, y blindar el contrato para definir la responsabilidad del vehículo en tránsito, entre otros procesos.
En líneas generales, las maneras más habituales para deshacerme de un coche son las siguientes:
Venderlo a un particular
Supone gestionar anuncios en las páginas de clasificados o en internet, mantener contacto con clientes potenciales, enseñar el coche y cerrar el contrato de compraventa. Si vendo un coche a un conductor particular, el papeleo asociado a la venta conlleva el pago del impuesto de transmisiones patrimoniales, que suele ascender a un 4% del valor del coche según las tablas de depreciación de vehículos publicadas por Hacienda en el BOE, y cambiar la titularidad del vehículo en la DGT.
Venderlo a un profesional
El proceso de venta a un negocio de coches de ocasión o a un concesionario suele ser más rápido que si vendo el coche a un particular, ya que los concesionarios tienen la capacidad de adquirir el vehículo en el momento, y después dejarlos en stock hasta que aparezca el comprador adecuado. La rapidez, sin embargo, se paga, ya que muchos negocios dedicados a la compraventa de coches exigen una tasación previa llevada a cabo en sus instalaciones, que, además de descontarse del precio final del coche, compromete a vender el coche con ellos.
Cambiarlo por otro
Generalmente también se tramita a través de un concesionario, aunque la transacción es algo diferente, ya que el valor del coche viejo se aplica a modo de descuento sobre el precio del nuevo vehículo que he adquirido. Si el nuevo coche se mueve con energías alternativas, en algunos casos también es posible acogerse a alguna de las ayudas del Gobierno en favor de las políticas anti contaminación de la Unión Europea, como los planes Movea o Movalt.
Llevarlo a un CATV
O a un Centro Autorizado de Tratamiento de Vehículos, antes conocidos como desguaces, y que son los únicos establecimientos en los que es posible despiezar y descontaminar correctamente el coche tal y como marca la ley. Dependiendo del estado del vehículo, podré negociar un precio por él, teniendo siempre en mente que el CTV saca beneficio del margen entre la compra y venta de las piezas con potencial de ser reutilizadas. Si el coche está en muy malas condiciones, el CATV tramita igualmente la baja definitiva.