Hace un par de meses, recibí una llamada de mi buen amigo Antonio Silva alertándome de que se estaba cocinando algo gordo. La familia Usero se encontraba inmersa en la organización de un gran encuentro Alpine en el que estarían involucrados no sólo los propietarios de estos pequeños deportivos, sino también la marca y los pueblos de la región en la que tendría lugar. Como no podía ser de otra forma viniendo de tan buena fuente, subí inmediatamente a bordo, esta vez como asistente.
Se convocaba a aficionados de todo el país, por lo que nuestros queridos Albertos (padre e hijo se llaman igual) debían cuidar cada detalle al máximo para que nadie se sintiera defraudado. Más allá de la calidad de los vehículos inscritos, una agenda bien pautada, un programa variado y un entorno de primera eran esenciales. Más aún en el año del 60 aniversario del inicio de la fabricación de los Alpine FASA.
Pues bien, tras pasar un fin de semana estupendo, diría que se han acercado mucho a lo que podría considerarse una mezcla perfecta.
CONCENTRACIÓN NACIONAL ALPINE: EL SÁBADO
Aunque muchos Alpine llegaron a Molina de Aragón durante la tarde del Viernes, la concentración no empezaba hasta el día siguiente. Así pues, el resto de inscritos se fueron dejando caer durante la mañana del sábado para que, a las 11:30 horas, Jesús Izquierdo -a quien sabiamente había encargado el trabajo la marca-, tomó la foto que da fe del logro conseguido. Y es que, a la vista del número de coches, posiblemente puede considerarse esta concentración como histórica.
Tras la reunión en la Plaza Mayor, en la que desayunamos francamente bien (no en vano los Usero son unos panaderos de renombre), se inició la primera ruta del día, que en realidad no fue más que un aperitivo para ir abriendo boca de la que disfrutaríamos al día siguiente. El Parque Nacional del Alto Tajo comenzaba a desvelarnos sus encantos.
En segundo lugar, tras la comida de rigor, salimos de nuevo en caravana para visitar la impresionante colección Seat en Rodaje, ubicada en el pueblo de Milmarcos. Desde estas líneas me gustaría dar la enhorabuena a Jaime, el activo propietario de la que es sin duda a día de hoy la mejor colección de la marca española en manos privadas, cuyo disfrute por parte de todos promueve además activamente. Finalmente, el sábado practicamos un poco de caligrafía.
LAS MÁQUINAS ASISTENTES
Hagamos un breve parón en la cronología del evento para hablar de los coches. Para empezar, hay que destacar que acudieron un precioso A108, un A110 1100 y seis A110 1400, estos últimos el canto del cisne de los coches de Dieppe que se hicieron en FASA Valladolid. Los 1400 son una variante exclusivamente española que montan motores de R5 Copa y de la que se hicieron alrededor de 130 unidades.
Más allá de la mecánica, nuestros ingenieros desarrollaron además una caja de cambios específica de cuatro velocidades. Gracias a mi nuevo amigo Toni, que me llevó en el suyo durante todo el sábado, pude apreciar los matices que los diferencian de los más comunes -si es que se puede decir así- A110 1300.
Por otro lado, pudimos disfrutar de varios Alpine A310. Protagonistas de las década de los 70 del siglo pasado, montaron en sus últimas series el propulsor PRV (Peugeot-Renault-Volvo) V6 de 2.7-2.9 litros, el cual los convierte en automóviles mucho más capaces que las berlinettas precedentes. Los ochenteros Alpine GTA, los primeros producidos enteramente por Renault, también estuvieron presentes. En cuanto a máquinas, finalmente os diré que me hubiera encantado ver un A106 o un A108 cabriolet, que era prácticamente lo único que faltaba.
LA FASCINANTE RUTA DEL DOMINGO
Al día siguiente entramos en harina rápido, ya que había que recorrer alrededor de 100 kilómetros por la carreteras de la comarca del Alto Tajo. Menudos parajes y menudas carreteras. Os dejó el itinerario debajo porque, sinceramente, merece la pena pasar un fin de semana en cualquier de los pueblos de la región y recorrerlas. Calzadas perfectamente asfaltadas, estrechitas, sin tráfico, repletas de curvas y en un entorno natural treméndo. Es bueno tener presente, eso sí, que por la noche deben extremarse las precauciones por los animales.
Al igual que el alcalde de Molina, el de Cobeta nos recibió al final de la ruta con los brazos abiertos y el piscolabis de rigor. Realmente, da gusto cuando los ayuntamientos son capaces de entender que los vehículos clásicos son patrimonio histórico y que, además, son las excusa perfecta para dar vistosidad y turismo a su paso a los municipios que saben apreciarlos. Por fortuna, la mayoría de los pueblos suelen compensar la frialdad con la que la afición es tratada en la mayoría de las ciudades.
Por último, os dejamos el bonito vídeo que ha editado Óscar, periodista y amante del automovilismo autóctono. Larga vida a la actitud constructiva y a la enseña deportiva de Jean Redelé, que con tanto acierto ha sabido resucitar Renault desde 2018. Ojalá no olvide nunca sus raíces y lo que la hace especial. ¡Hasta la próxima!