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III Concurso de Elegancia de Chantilly: Por el buen camino

TEXTO: FRANCISCO CARRIÓN / FOTOS: UNAI ONA

El Concurso de Elegancia de Chantilly se ha celebrado el primer fin de semana de septiembre en los jardines del impresionante castillo de Chantilly (al noroeste de París), y podemos afirmar que la participación va en aumento edición tras edición tanto en calidad como en cantidad… y quizá también en visitantes, pues el organizador cifraba este año hasta 13.500 entradas vendidas, y eso que no son baratas. Sin embargo, pagar los más de 50 euros sin duda merece la pena.

Además del concurso de clásicos propiamente dicho, están los “concept cars”, el espacio reservado a clubes, la subasta… y hasta varias actividades relacionadas con la moda y los principales diseñadores franceses, para alegría del público femenino, suponemos.

Concurso de Chantilly, a la antigua usanza

Debemos comenzar, aunque sólo sea de refilón, por la selección de prototipos que presentaron varias marcas; en realidad, se trata de un Concurso como los de antaño, cuando lo que competían eran las últimas tendencias de carroceros y fabricantes. En esta ocasión concurrieron Aston Martin, BMW, Bugatti, DS Automobiles, Lexus, McLaren, Mercedes-Benz y Rolls-Royce, con modelos “asociados” a firmas de alta costura francesas.

El vencedor fue el DS E-TENSE, en nuestra opinión no el más elegante o innovador, pero ya se sabe… la patria tira mucho, y Citroën está haciendo grandes esfuerzos por entrar en el mundo del lujo con su filial DS.

Los dos ganadores del "Best of Show"
Los dos ganadores del «Best of Show»

Alfa-Romeo. Best of Show

Pasamos ahora a lo que realmente nos incumbe: El Concurso de Elegancia de coches clásicos, en el que se inscribieron un centenar de piezas de renombre procedentes de Inglaterra, Italia, Holanda, Francia –por supuesto- y hasta de Estados Unidos, de donde procedía precisamente el ganador del trofeo “Best Of Show” de esta edición.

Se trataba de un espectacular Alfa Romeo 8C 2900B Lungo Berlinetta de 1938 carrozado por Touring, propiedad de Jon  Shirley. Este coche era el mismo que había ganado el premio Best of Show en Pebble Beach en el año 2008, y participaba en la categoría “Aerodinámicos de preguerra- Carrocerías cerradas”.

Categorías para dar y regalar…

Esta era solo una de las 21 categorías, donde se podían encontrar vehículos “para todos los gustos”. Marcas inglesas desaparecidas, Grandes limusinas de viaje, Coches del Tour de France, Cincuentenario del Lamborghini Miura P400,  Carrocería francesa, Carrocería Zagato, Fórmula 1 de motor delantero…. ¡Y hasta una para humeantes vehículos de vapor!

Estas son sólo algunas de las categorías presentes, y además, muchas de ellas se subdividían entre carrocerías cerradas y descapotables o modelos de preguerra y de postguerra. Especial mención merece la categoría-homenaje a los 50 años de carrera de Jean Todt.

El hoy presidente de la Federación Internacional del Automóvil fue antaño un reconocido piloto y copiloto de rallyes, además de haber sido jefe de equipo en Peugeot y Ferrari.  El premio de “su” categoría fue precisamente para el Peugeot 504 Grupo 4 con el que consiguió la victoria como copiloto en el Rallye de Argentina de 1979.

Cada categoría formaba un grupo, y cada una estaba dispersada aquí o allá en los amplísimos jardines del palacio de Chantilly. Había participación más o menos oficial de marcas como Peugeot, Citroën o BMW, que acudieron con algunas piezas de sus museos y competían en diferentes categorías, tal y como ocurre en eventos de la talla de Vila d´Este (Italia) o Pebble Beach (USA).

Chantilly y sus clásicos en estado de uso

Sin embargo, al contrario de lo que sucede en esos concursos, en Chantilly no todos los coches estaban impolutos ni en estado “mejor que nuevo”. Muchos de los participantes se mostraban orgullosos de usar con frecuencia sus coches, y algunos de ellos tenían barro y polvo de haber llegado allí por sus propios medios. E incluso pudimos ver algún detalle que no cuadraba del todo con la originalidad, lo que indicaba que algunos coches estaban en  uso tras una restauración realizada hace muchos años.

Y es que, como todo es cuestión de modas, ahora lo que parece que se lleva –incluso en los más notables concursos de elegancia- son los coches bien conservados en los que se note el paso de los años, siempre que su estado lo permita. Era el caso del Bugatti Brescia que ya comentamos por estas páginas hace más o menos hace un año, y que ahora ha participado en el Concurso de Chantilly. En lugar de haber sido objeto de una restauración completa, se han eliminado los elementos no originales y se ha mantenido la bonita pátina que tenía.

Clubes y subastas acompañan el concurso

Tampoco hay que olvidar que rodeando al concurso estaba la zona de clubes, donde se podían encontrar piezas tan interesantes como las que había en el propio concurso. Los clubes franceses de marcas como Ferrari, Aston Martin, Bugatti, Rolls Royce o Delahaye echaron el resto, pero tampoco hay que olvidar a los clubes temáticos como el “Club ciclecarista de Francia”, que además obtuvo el “Gran Premio de Clubs”. Y en todos ellos,  buen champán y ambiente distendido entre los socios.

Para terminar, hay que comentar la subasta que celebró Bonhams al calor del Concurso, como había sucedido en anteriores ediciones. Esta vez acudió con un reducido plantel sólo 28 automóviles de toda clase, de los que 18 encontraron nuevo comprador, curiosamente un número de ventas exactamente igual al año anterior.

Entre ellos destacaba un grupo de tres imponentes Horch de los años 30,  o todo un Mercedes Benz 500 K roadster de 1935, que alcanzó nada menos que 5.290.000 euros, lo que hacía el mayor precio conseguido en esta subasta.

En definitiva, se trata de un evento de altísimo nivel que parece estar llamado a convertirse en uno de los más importantes concursos de elegancia. Merece la pena hacerse la «kilometrada» desde España por todo lo mucho y bueno que hay que ver… y porque, aunque nos duela, en nuestro país aún estamos muy lejos de ver algo ni siquiera parecido.

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Escrito por Francisco Carrión

Me llamo Francisco Carrión y nací en Ciudad Real en 1988, un lugar en principio poco afín a los coches antiguos. Afortunadamente mi abuelo, dedicado al sector del automóvil, tenía amigos que poseían autos veteranos y participaban en el rallye anual que se celebraba (y sigue celebrando) en mi ciudad natal... Ver más

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