Apasionante jornada la vivida el jueves día 9 en Mobility City con Emilio de Villota. El expiloto de Fórmula 1 desveló sus comienzos en la máxima categoría automovilística y la curiosa adquisición de este Lyncar 006/01 Cosworth Fórmula 1 de 1974. Se trata de un monoplaza único que ahora está expuesto en el Mobility Museum. Uno de los pioneros de la F1 en España, De Villota contó los detalles de esta pieza de colección que forma parte de la muestra “Los Superclase” junto a otros bólidos de competición, clásicos del máximo nivel y superdeportivos más actuales.
Existen historias con un alto contenido de romanticismo, como la que contó De Villota a la hora de adquirir este Fórmula 1 allá por 1976. Fue en un viaje a Inglaterra en el que inicialmente tenían previsto comprar un F2 a Ron Dennis, pero que finalizó con la adquisición de este ejemplar único construido artesanalmente por Lyncar Engineering Ltd en 1974 y equipado por un motor Ford Cosworth V8 3.0 de 480 CV. Todo esto y mucho más reveló el veterano expiloto a los asistentes a la charla celebrada en Mobility Museum.
La llegada de Emilio de Villota a Zaragoza para hablar del Lyncar F1 se debe a que desde hace unas semanas este bólido forma parte de la exposición “Los Superclase que cambiaron la especie”. Ésta se va renovando de forma periódica y cuenta con joyas como el Lamborghini Miura P400 SV del fallecido Ben Heiderich, otro piloto y hombre relevante en el sector del automóvil, y cuya familia asistió a este encuentro con De Villota.
EMILIO DE VILLOTA Y EL LYNCAR F1
José Luis Rodrigo, director general de Fundación Ibercaja, agradeció la presencia del expiloto en Mobility City y lo destacó como “pionero de este deporte en nuestro país, cuando la F1 era prácticamente desconocida en España”. Además, fue “el primer equipo con licencia española inscrito en el campeonato de F1”. Tras ello, el invitado pidió a los asistentes que viajasen 47 años atrás, porque la F1 de entonces nada tenía que ver con la actual. Y avanzó que iba a contar “una historia un poco romántica” y, sin duda, bastante rocambolesca.
Por aquel entonces Emilio de Villota ya llevaba 6 temporadas compitiendo con turismos y monoplazas, siendo subcampeón de España en el 75 con un Ford Capri RS 2600. Había llegado el momento de dar un paso más, y la idea inicial era adquirir un March F2 a “The Project Three”, en Woking. la negativa de su responsable, Ron Dennis (quien poco después saltaría a la fama al dirigir McLaren), a venderle el coche alegando que otro comprador se había adelantado cuando el propio Emilio y miembros de su equipo habían volado hasta el Reino Unido para tal misión, surgió una nueva alternativa de la forma más curiosa.
Un anuncio en la revista Autosport ponía a la venta este F1 que había sido pilotado por el neozelandés John Nicholson (en 1974 y 1975 en el GP de F1 de Gran Bretaña). Y es que a mediados de los 70, mientras se libraban las espectaculares peleas entre Niki Lauda y James Hunt en el Campeonato del Mundo, no era infrecuente la participación de monoplazas artesanales en manos de equipos privados. Como, por ejemplo, este Lyncar que Martin Slater (quien posteriormente trabajaría en Brabham o Lola) construyó en 1974 como pieza única. Además, la dotó del motor más habitual de la época, el Ford Cosworth V8 3.0 de 480 CV, potencia nada desdeñable para mover tan sólo 500 kilos.
VICTORIA CON EL LYNCAR
Tampoco fue muy convencional ni la primera visita ni la prueba en Silverstone de este Lyncar 006/01 Cosworth, pero lo cierto es que, por el mismo precio que tenían pensado invertir en el March F2 -6.000 libras- se llevaron este auténtico Fórmula 1. Rápidamente se inscribió con en las Shellsport International Series de 1976, un campeonato británico de “fórmula libre” con monoplazas de F1, F5000, F2 y F Atlantic.
En su primera temporada logró dos quintos puestos, y ya en el certamen del 77, el 13 de marzo, obtuvo su primera victoria en el circuito de Mallory Park. Emilio recordó con imágenes de aquella carrera la dura pugna que libró con un gran piloto -Keith Holland- a quien adelantó en una atrevida maniobra en la última vuelta. Ese coche, con esa misma decoración de sus patrocinadores Iberia, Banco Ibérico y Medinabi, es el que actualmente se expone en Mobility Museum.
Después, la carrera automovilística de Emilio de Villota continuaría 20 años más. Saltó al mundial de F1 ya con otro bólido, un McLaren M23, con el que terminaría en la 13ª posición en el GP de España de 1977. Tres años después, en 1980, se proclamaría ganador del Campeonato Británico de F1, al volante del Williams FW07. Al año siguiente lograría dos victorias en el Mundial de Resistencia, en Gran Bretaña e Italia, compartiendo el volante del Lola T600 con el británico Guy Edwards. A mediados de los 80, se subiría al podio de las míticas 24 Horas de Le Mans con un espectacular Porsche 956. Todavía permanecería en activo hasta bien entrados los años 90, con diversos turismos como BMW M3 o Porsche 968.
EN EL MUSEO DE CERA
Y por lo que respecta al Lyncar F1, a finales de los 70 se llevó al Museo de Cera de Madrid, donde permanecería expuesto más de tres décadas. Finalmente, la familia ayudó a Emilio de Villota a recuperarlo en 2017 no sin rocambolescas situaciones a la hora de sacarlo de aquel lugar. Aquel mismo año, SMC Motorsport se encarga de restaurarlo y la firma Ideasport de decorarlo tal y como lucía en aquella primera victoria de Emilio en Mallory Park 1977.
Tras una entretenidísima narración de aquello hechos, Cristina García, directora general de Deportes del Gobierno de Aragón, tomó la palabra para afirmar que se encontraba sorprendida por un “resumen perfecto de una historia apasionante”. También mostró su admiración por el invitado al reconocerle como “el pionero de la F1 en España”, que tantas alegrías da actualmente a los aficionados a este deporte.
Para finalizar, la directora general de Deportes del Gobierno de Aragón quiso destacar a Mobility City como “una de las joyas de la corona de la ciudad y de la comunidad, que nos posiciona muy bien en materia de movilidad a nivel europeo”.
Fotografías de Chus Marchador y Enrique Marco.