Hoy les vamos a resaltar esta interesante unidad a subasta en Benzin del Peugeot 206 GT. Un preclásico -”youngtimer” si prefieren el anglicismo- al cual bien vale echar una seria ojeada antes de que sus cotizaciones comiencen a subir pues, no en vano, estamos ante un modelo del cual tan sólo se fabricaron 4.000 unidades: las justas y necesarias para lograr su homologación en el WRC a fin de realizar las consabidas modificaciones previas a su entrada a pistas de tierra.
Pero vayamos por partes porque, además, si usted es lector habitual de La Escudería ya habrá visto cómo durante las últimas semanas estamos prestando una especial atención a las cotizaciones relativas a los deportivos Peugeot más compactos.
Algo que no responde tanto a nuestras filias -bien felices estaríamos hablando sobre el estilo de pilotaje bordado por Archie Scott-Brown– como a la necesaria crónica que del mercado hemos de llevar.
Y es que, tras la revalorización de los GTI más ochenteros, la pasión tasadora por los clásicos más recientes ha puesto sus miras en diversos deportivos ligeros con corte urbano ensamblados no sólo en los ochenta sino también durante la década de los noventa. Un marco selectivo donde los 205, 106 y 206 se mueven como pez en el agua si hablamos de sus versiones más nerviosas y prestacionales.
VALOR AL ALZA EN RELACIÓN A LOS MODELOS DEL LEÓN
De hecho, como seguramente sepa usted -de no ser así revise publicaciones- recientemente un 205 GTI ha rozado la barrera de los 25.000 euros en subasta. Y vaya, aunque estamos hablando de un caso muy particular -la unidad en concreto ha experimentado una cuidadísima restauración a estado de origen- sin duda es parte de una tendencia de cotizaciones al alza donde también se inscriben los 205 y 106 Rallye -nuestros favoritos gracias a su apuesta por lo espartano- aunque, en verdad, recomendar les recomendaríamos el 106 Sport porque -recordemos- usted no es Jean Ragnotti.
Nosotros tampoco; de hecho no dejamos de pensar en aquellos tiempos centenarios en los cuales un Rolls & Royce venía, bajo encargo, con chófer incluido formado de manera exquisita en una academia propiedad de la marca. Muy apropiado.
Ahora, regresando a lo que nos ocupa lo cierto es que incluso el 206 presentado en los años postreros del difunto siglo XX está empezando a vivir un carácter alcista en sus precios. Eso sí, no se emocione cual rata de desguace porque esto no está pasando en todas las versiones sino tan sólo en las más deportivas. Para empezar la GTI -marca de la casa- aunque, si usted cuenta con la mirada selectiva de todo buen coleccionista debería poner sus ojos en el 206 GT de 1998.
PEUGEOT 206 GT, UNA VERSIÓN ESCASA
Lijar a última hora la pintura de un coche a fin de rebajar el peso del mismo hasta el límite permitido. Incorporar sacos de arena en el maletero delantero con la intención de corregir las inercias dadas en un modelo con motor descolgado en su trasera. Disponer de un ventilador de succión alegando que es “un elemento aerodinámico”.
Sólo tres ejemplos sobre la vasta panoplia de picarescas dadas en el marco del automovilismo deportivo. Un ámbito en el cual se cumple a la perfección el dicho de “hecha le ley, hecha la trampa” pues, al fin y al cabo, el reglamento de homologación siempre posee líneas y términos altamente interpretables con los cuales jugar a tu favor.
Así las cosas, cuando los técnicos de Peugeot se encontraban gestionando la homologación para el WRC del recién estrenado 206 GTI dieron con un problema: el coche era unos centímetros más corto de lo exigido por la FIA. Llegados a este punto, la dirección de la marca decidió atajar la cuestión lanzando una versión derivada del GTI a la cual se llamó GT; sólo y únicamente con la vocación de lograr la homologación en el WRC.
Caracterizado por sus generosos paragolpes trasero y delantero -elementos con los cuales se llegó a los necesarios 4 metros de extensión, el Peugeot 206 GT también recibió unas nuevas llantas de aleación con 16 pulgadas frente a las de 15 montadas en el GTI. En relación a la mecánica, ésta no se alteró en absoluto respecto a la del GTI, generando hasta 136 CV con su motor de dos litros y 16 válvulas. En suma, estamos ante toda una rareza en la historia de Peugeot que, con esta anécdota de por medio, incrementa su cotización frente al conocido GTI.