[alert type=’success’] 22:50 horas: Nos vemos obligados a rectificar de urgencia esta información. El proyecto 911DS es tan sólo un diseño virtual que buena parte de la Red ha hecho realidad. Pedimos disculpas a nuestros lectores, asegurándoles que en adelante extremaremos las precauciones en el contraste de fuentes noticiosas. [/alert]
Los diseñadores de la empresa Brandpowder -cuyo objeto social no es facilmente determinable- se embarcaron hace un tiempo en un proyecto insólito. Se trataba de la confección de lo que para ellos es el coche perfecto, nacido de la fusión de un Porsche 911 y de un Citroën DS (¡!).
El resultado, apodado 911DS, es, cuando menos, impactante. La descabellada idea ha presentado grandes dificultades técnicas, incluso para los mecánicos más expertos, ya que las diferencias de peso, forma y, sobre todo, concepción general entre ambos iconos automovilísticos son excepcionales.
Para acometer la hazaña se recurrió a Stewart Johnson, reputado ingeniero mecánico, quien, tras dar la clave del proyecto a la compañía -cómo incrustar el seis cilindros bóxer del modelo de Stuttgart en la parte trasera de un DS-, aceptó liderarlo. Eso sí, como contrapartida exigió ser el primero en conducir el híbrido.
Finalmente, el asunto del propulsor se resolvió girándolo horizontálmente 90 grados en el vano motor -en busca de un centro de gravedad más bajo- y avanzando los asientos posteriores unos 25 centímetros. Otro problema era la altura del conjunto, que fue solucionado elevando la longitud del parabrisas y, por tanto, la del techo de un 911 convencional.
Respecto al chasis, en Brandpowder han optado por una estructura personalizada en aluminio, con el objetivo de conseguir una plataforma adecuada sobre la que montar las dos partes fundamentales del vehículo.
Sonará a tópico, pero parece que han conseguido un buen champagne alemán. Al menos eso es lo que manifestó tras probarlo el piloto británico Ralph Klein, quien ha dado lugar a infinidad de titulares.
También, a que el coche se utilice como un símbolo de la concordia europea. A raíz de las declaraciones de Klein, Brandpowder envió sendas invitaciones para acudir a ver la extraña máquina a los presidentes de Alemania y Francia, Angela Merkel y François Hollande, quienes supuestamente aceptaron y se desplazaron hasta el circuito de Hockenheim para constatar lo curiosamente que pueden complementarse sus dos países en el plano automovilístico.
Por último, merece la pena destacar que, aparte de las personas aludidas y del equipo del fabricante, nadie más ha podido contemplar al 911DS.