[alert type=’success’] ACTUALIZACIÓN 24/11: ¡Misión cumplida!
ACTUALIZACIÓN 22/11: Tudor Rose vuelve a intentarlo.
Ha salido hoy mismo, veremos qué tal se le da esta vez.
ACTUALIZACIÓN 16/10: Tudor Rose no lo ha conseguido. El cigüeñal
a dicho adiós a la altura de Amarillo, Texas. ¡Mucha suerte la próxima vez! [/alert]
La pasada noche a las 00:01 horas los australianos Rod Wade y Michael Flanders salieron desde el Ocean Drive de Nueva York rumbo a Venice Beach, en Los Ángeles, con el objetivo de establecer el récord de costa de costa de los Estados Unidos en un Ford A. Se han propuesto llegar antes de sesenta horas, momento en el que verterán una botella de agua recogida en el océano Atlántico en el Pacífico y que terminará su desafío.
Tal y como hizo la también australiana -aunque afincada en Reino Unido- Joy Rainey en abril, que recorrió en un Oldsmobile Curved Dash de 1903 la distancia que separa California de Florida, Wade pretende emular a los ancestros que en dicho año se convirtieron en las primeras personas en cruzar la Tierra de la Libertad a lomos de un automóvil. Se trataba de H. Nelson Jackson y de Sewall K. Crocker, los cuales compraron un Winton y un Bulldog -un perro- y se echaron a la carretera.
Su viaje no fue de costa este a oeste, sino a la inversa, y suponemos que Wade y su equipo han decidido variar el itinerario a consecuencia de la gesta de Rainey. Por otro lado, debe de existir cierta controversia en torno a quiénes fueron realmente los primeros en conseguir el reto, porque la citada Rainey hablaba de Whitman y Hammond, quienes también viajaron en 1903 de un extremo a otro de la nación y en el mismo sentido.
Sea como fuere, Wade y Flanders tienen que recorrer 4.700 kilómetros en sesenta horas. Es decir, no pueden parar de conducir porque llevan un utilitario de preguerra y tienen que mantener una media de casi 80 Km/h. Aun frente a esta fatigosa travesía, no creemos que se vayan a ver superados por las circunstancias.
Rod Wade creció en una familia rural humilde en la que aprendió a repararlo todo y se dedica a la agricultura de regadío. Su mujer y su hija padecen insuficiencia renal crónica, por lo que está muy implicado en la paliación de esta enfermedad; de hecho, durante el viaje tratará de recaudar fondos. Viajero experimentado, ha recorrido Asia y África y ha escalado el Monte Kilimanjaro, uno de los picos más altos del mundo. Próximamente planea ascender al K2 y, por último, mantiene una colección de vehículos antiguos -que también cuesta lo suyo.
Respecto a Michael Flanders, se trata de un mecánico forjado en Ford y con amplia experiencia en el V8 Supercars Championship de berlinas, campeonato de carácter internacional corrido mayoritariamente en su país. En un plano más comercial, ha trabajado para Ferrari y Maserati y, a día de hoy, lleva a cabo restauraciones y preparaciones.
Pero vayamos a la máquina, que es los que realmente nos interesa. El Ford A que lleva la peor parte en todo esto es del año 1930. Le apodan Tudor Rose, y reciéntemente ha acometido con éxito el Rallye Peking-París, probablemente la prueba de resistencia para clásicos más dura del planeta. Por lo visto, y para que os hagáis una idea de lo que tuvo que soportar, al volver a casa fue sometido a un transplante de corazón: el motor, directamente, fue reemplazado por uno nuevo a instancias de su responsable Ora Landis -¡Sí, una mujer!
No es una unidad en estado estríctamente original: los frenos son modernos, así como también lo son los amortiguadores y las luces. Asimismo, se han instalado unos asientos un poco más cómodos que los de serie, algo comprensible si se va a vivir dentro. Sin embargo, aparte de estas modificaciones, el coche está registrado en FIVA.
La verdad es que nos preguntamos si al menos no se habrá hecho algo en la caja de cambios para imponerle la media de casi 80 Km/h a que antes nos referíamos.
Por último, es muy posible que aunque el A termine satisfactoriamente el costa a costa aun tenga pendiente su mayor desafío. Y es que Wade tiene previsto desplazarse de Londres de Ciudad del Cabo en busca de un nuevo récord que añadir a su currículum.
De momento, podéis seguir sus andanzas en sus perfiles de Facebook y Twitter y en su web.