El próximo viernes 9 de febrero se estrena Ferrari, la esperada película dirigida por Michael Mann centrada en la figura de Enzo Ferrari. En LA ESCUDERÍA hemos tenido la oportunidad de acudir al preestreno que Boosters España y Diamond Films, la distribuidora de la cinta en España, prepararon para la prensa del motor nacional. El film está protagonizado por Adam Driver en el papel del Commendatore, con Penélope Cruz como su esposa Laura Garello, Shailene Woodley como Lina Lardi y Gabriel Leone como Alfonso de Portago.
En esta crítica de la película Ferrari, os contamos lo que más nos ha gustado de la cinta y, por supuesto, también lo que menos. Si preferís ir al cine sin conocer demasiado de la película, os recomendamos no seguir leyendo, pues este artículo puede contener algún spoiler, aunque trataremos de evitarlos en la medida de lo posible.
BIENVENIDOS A LA ITALIA DE LOS 50
Lo primero en lo que destaca la cinta de Michael Mann es su sobresaliente ambientación, con escenarios muy cuidados y una iluminación muy característica que ayuda a sumergirnos en la historia. Tanto los escenarios como los automóviles que aparecen en pantalla nos trasladan de inmediato a la Italia de los años 50, sin que hayamos sido capaces de encontrar coches fuera de lugar.
Desde el principio, queda claro que estamos ante una película en la que Enzo Ferrari es el centro sobre el que gravitan el resto de los personajes. Enzo, no Ferrari, hay que aclararlo, porque lo que veremos no es una historia sobre la marca que fundó el Commendatore, sino sobre su propia persona. Aquí hay que destacar la actuación de Adam Driver -qué apellido más apropiado-, que rápidamente nos hace olvidar su papel en la saga Star Wars para transmutarse en un Enzo de lo más creíble. Sobresaliente también el ejercicio de vestuario y caracterización de la película, pues se ha cuidado hasta el más mínimo detalle.
Enzo es descrito en la película con bastante acierto, como un hombre que tiene que sobreponerse a las pérdidas de sus pilotos con cierta entereza. De lo contrario, no podría ser dueño de una escudería de carreras en aquella época. Para él, Ferrari está por encima de todo. No obstante, se enseña su menos conocido lado humano, ése que sufre con la pérdida de su hijo Dino o que tiene que hacer frente a las consecuencias de una doble vida que acaba por estallarle en la cara. También a un Enzo divertido que juega con sus hijos. Quien quiera ver a un Ferrari implacable y desapasionado, se llevará una desilusión, aunque haya detalles de ese estilo.
LAS DOS MUJERES DE ENZO
El mundo del Commentore se mueve en torno a su esposa Laura Garello y su amante Lina Lardi. En el papel de la primera encontramos a una Penélope Cruz que, si hacemos caso a lo que de ella cuenta la historia, clava su actuación, reflejando a una mujer depresiva a medio camino entre la locura y la desesperación. Hablamos de alguien que ha perdido a su único hijo y que ha de consentir las infidelidades de su marido. También habrá quien descubra su papel en el funcionamiento de la Scuderia Ferrari.
Shailene Woodley nos retrata a una Lina Lardi conformista, una mujer que sabe que no puede pedir a Enzo más de lo que éste le da en ese momento. Y hablamos de momento porque la película de Michael Mann centra su historia en unos meses del año 1957, es decir, no es un biopic al uso. Alfredo Dino Ferrari había muerto en 1956, lo que termina de desencadenar la crisis matrimonial que es parte fundamental de la cinta.
Además, las cuentas de la Scuderia están en números rojos y se hace imprescindible ganar la próxima edición de la Mille Miglia. El Commendatore se mueve entre un mundo, el personal, que no hace sino complicarle la existencia y otro, el equipo de carreras, que le exige cambiar su modelo de negocio. Esto implica el riesgo de perder el control de su amada Scuderia.
SECUNDARIOS Y DOS CAMEOS DE CARRERAS
Si hablamos del resto de los personajes, hay empezar por hacerlo de un Alfonso de Portago cuya aparición parece un tanto desaprovechada. Aquí sí se echa en falta algo más de profundidad en un personaje mucho más interesante de lo que parece en la película. Al menos, refleja su intenso romance con la actriz Linda Christian y el recordado como “Beso de la muerte”.
Mención aparte merece Patrick Demsey, el conocido actor de Anatomía de Grey que dejó su profesión para volcarse en las carreras de coches. Su participación en la película es casi un premio a su pasión, aunque su trayectoria como piloto y propietario haya estado más ligada a Porsche. Aquí da vida a un Piero Taruffi que poco puede hacer sino seguir las directrices de Enzo Ferrari. El resto de los pilotos que aparecen en el film tienen un papel muy secundario. Al menos vemos la importancia de Carlo Chiti en el organigrama de la Scuderia, aunque su participación sea escasa.
La sala de cine del preestreno, llena de prensa del motor, como ya hemos dicho, estalló en murmullos con uno de los cameos de la cinta, el protagonizado por Marc Gené. El piloto español, embajador de Ferrari y ganador de las 24 Horas de Le Mans, aparece brevemente en la entrega de uno de los coches de la firma. Otro cameo es el protagonizado por Ben Collins, ex piloto más conocido por haber sido el Stig blanco en Top Gear.
POCA ACCIÓN, PERO BIEN RODADA
Llegamos a uno de los puntos clave en esta crítica de la película Ferrari. Hablamos de las escenas de acción, en general muy bien rodadas y con pocas concesiones a la galería. Aquí no veremos a pilotos bajándose las gafas de sol a 300 km/h por hora en Les Hunaudieres, como en Le Mans 66. Eso sí, quien espere una película cargada de carreras, se equivoca de cinta, pues éstas son un tanto escasas para una película de nombre Ferrari. Es una de la cosas que algunos aficionados le achacan a la cinta de Michael Mann.
Además, los dos accidentes que recrean se han hecho con bastante tino, por más que haya quien diga que son exagerados. El que sufre el Marqués de Portago se refleja con inusitada crudeza, lo que desentona un poco en medio de un metraje sin demasiados sobresaltos. En todo caso, no deja de mostrar lo que fue una de las peores tragedias de la historia de la competición. Sólo el accidente de Jean Behra desafina en medio de una acción muy cuidada.
Por lo demás, hay algunos eventos un poco movidos en el tiempo, pero bien encajados en lo que se cuenta en la película, algo que no deja de ser un recurso narrativo visto una y mil veces. Lo que si “canta” un poco más son algunas frases hechas y tópicos en torno a las carreras salpicados en las conversaciones, como aquello de “gana el domingo, vende el lunes” y otras más de este estilo. Parecen un poco metidas con calzador.
NUESTRA PUNTUACIÓN
En definitiva, una gran película sobre Enzo Ferrari, aunque no tanto sobre la marca que fundó. La cinta trata de mostrarnos cómo era el Commendatore y los desafíos que afrontó en uno de los años más duros de su vida, 1957. Quien vaya al cine buscando conocer la historia de Ferrari o de su fundador, se llevará una buena decepción. Como comentaba a la salida Karam El Shenawy, compañero en esto de “juntarletras” en torno al mundo del motor, quizá hubiera sido más acertado llamar a la película “Enzo”.
Con todo, se trata de una excelente cinta que cuenta muy bien lo que quiere contar. Tan bien, que las poco más de dos horas que dura se pasan realmente rápido, sin que se haga pesada ni haya partes que parezcan de relleno. Incluso a mi chica, con la que acudí al estreno, la disfrutó plenamente sin ser experta en coches.
Sin duda, una película a la altura de Rush, por ejemplo. Emulando a las páginas dedicadas el tema, terminaré mi crítica de la película Ferrari con la correspondiente puntuación: un 8 sobre 10. Merece mucho la pena ir a verla, siempre sabiendo que no se trata de una película centrada en las carreras de coches, sino en Enzo Ferrari.
GALERÍA DE FOTOS DE LA PELÍCULA FERRARI
Fotografías de Lorenzo Sisti.