En el estado norteamericano de Pensilvania, se celebra desde hace 58 años la feria de vehículos de colección Hershey Fall Meet. De momento, es la más grande del mundo y en la edición de 2013 ha reunido en su explanada enorme a nada menos que nueve mil expositores.
Con el cambio de moneda algo favorable al euro, estuvimos un grupo formado por treinta y cinco españoles en esta feria de tamaño inmenso. Tan grande, que de antemano sabíamos que era imposible enterarse de todo el género que estaba en venta.
Los que éramos novatos y los interesados en verlo de nuevo, visitamos en primer lugar el museo que el Antique Automobile Club of America tiene cerca del recinto ferial al aire libre.
1- Veinte de los treinta y cinco viajeros a Hershey durante su visita al museo A.A.C.A.
2- Entre los objetos de automobilia, surtidores y placas estilo años 50
Y que dicho museo nos dejó encantados. Tanto por la calidad de los autos, autobuses y motocicletas expuestos como por la ambientación elegida para evocar cada período histórico.
Ya trasladados a la feria, en la que no hay una tarifa de entrada y sólo se paga por aparcar, cada uno siguió la ruta según sus gustos. Mi intención era dirigirme de inmediato al Car Corral, sabiendo que por el camino iba a estar entretenido.
Así fue, ya que mientras iba encaminado hacia su comienzo pude ver surtidores de gasolina años 50-60 como nuevos, todos a precio de oferta de 2.295 dólares. O claxons eléctricos años treinta, cada uno con su precio en la etiqueta.
1- Cientos de faros, correspondientes a coches de los años 30
2- Algunos expositores tenian viviendas con ruedas tan apetitosas como esta
Después había una zona donde abundaban los recambios de coches americanos de preguerra. Impresionaba ver los cientos de faros usados pero en buen estado y con su cristal intacto. Y en el lateral de la caja, el modelo y año al que correspondían.
Para entonces ya me había cruzado con gente que se movía en cochecitos eléctricos, o aficionados que arrastraban un carrito con tres neumáticos blancos de coche antiguo -y el cuarto agarrado con la mano- mientras su cara expresaba satisfacción.
También llamaban la atención los vehículos de algunos expositores, de fino gusto “clasico”. En este sentido resultaban llamativos los remolques y caravanas de estilo aerodinámico, sus viviendas durante los cuatro días de feria.
Durante el paseo, sorpresas como este Stanley de vapor fabricado en 1907
Nutrido Car Corral
Llevaba casi una hora de paseo, sin prisa por las ganas de ir saboreando lo que iba surgiendo. Y de paso constatar, una vez más, la cantidad de vehículos eléctricos de alquiler, para ganar tiempo en el ojeo y no terminar rendido cada jornada de tanto andar.
A las 12 horas, la mayoría se acercaba a los numerosos tenderetes de comida rápida y olor a grasa. Momento que aproveché para ver al detalle un Stanley de 1907, propulsado a vapor y cuya caldera ocupaba el espacio que otros autos dedican al motor.
Poco después llegué al inicio del Car Corral. Es una calle ancha y casi sin tráfico, en cuya longitud de 1,4 km había que ir encontrando cientos de coches en venta de cualquier época. Pero de repente, un techo elevado y lejano me hizo tomar un desvío.
1- Ya en el Car Corral, donde casi mil vehículos estaban a la venta
2- La vi de lejos. Una camper Volkswagen de 1970 en óptimo estado
¡Era lo que me imaginaba! Una furgoneta Volkswagen T2 de camping, carrozada en 1970 por Westfalia en la lejana Alemania. De buena presencia, pedían por ella 15.000 dólares, pero yo me conformaba con el simple y gratuito placer de verla al detalle.
De nuevo en la calle repleta de coches en venta, apetecía avanzar lentamente. Fijándose en cada uno de ellos, que aún quedaban otros dos días más para moverse en el recinto.
Y cuando un coche estaba vendido, el comprador podía iniciar allí mismo los trámites. Tanto para firmar la compraventa en la notaría de campaña establecida, como para gestionar el traslado con una empresa de transportes internacionales.
1- Este Hudson de 1913 dificilmente podía estar mejor
2- A pesar de lo bonito que estaba este coupé Jaguar E-Type, no se vendió
Según voy paseando, veo a cada lado unos autos que llevan su correspondiente cartelito, con el nombre del modelo, el año de producción, el precio y el número de móvil del dueño. Y por lo general, en óptimo estado todos los vehículos del Car Corral.
Y además con numerosos coches centenarios, como el impecable Hudson de 1913 reseñado en las fotos por el que pedían 85.000 $. Un buen ejemplo de por qué aparecen coches de época en condiciones excelentes en las actuales películas americanas de ambientación histórica.
Es llamativa asimismo la oferta de modelos importados de Europa, sobre todo de Mercedes-Benz, Porsche y de las marcas británicas. Sin embargo, unidades tan cuidadas como un coupé E-Type 4.2 de 1966, a 82.500 $, no terminó cambiando de dueño.
1- Pontiac GTO: Una buena relación precio/potencia
2- Un De Tomaso Pantera en excelente estado de conservación
Claro que también había musculosos deportivos yanquis, del estilo del Pontiac GTO de 1970 que aparece en la imagen. Y a un precio/potencia realmente inmejorable: 29.500 $ por un coupé dotado de un V8 de 6,6 litros de cilindrada y 350 CV.
¿Y por qué no un De Tomaso Pantera? Por 59.000 $ negociables estaba listo para venderse esta unidad inmaculada de 1972, con sólo 46000 millas recorridas, cambio manual ZF de cinco marchas y un estado de conservación realmente sensacional.
1- Al día siguiente el clima pudo ser mejor, pero la actividad apenas decayó
2- Ford Falcon Futura a un precio muy tentador
Pequeños desguaces y hombres-anuncio
El segundo día, el jueves 10 de octubre, la lluvia hizo disminuir algo la afluencia de público y algunos expositores optaron por marcharse, para no estropear el género. En cambio, la gran mayoría acudimos con ropa y calzado adecuado.
Y lo llamativo era que, al pasar por los mismos lugares, descubría coches diferentes y a precio de pensárselo. Y si no, a ver qué opináis del Ford Falcon Futura descapotable de 1964 de arriba, con techo eléctrico y por 12.000 $, unos 8.800 € al cambio.
O quedarse pasmado ante tres brillantes Cadillac de finales de los años Cincuenta, con sus aletas traseras tan espectaculares.
1- Espectaculares Cadillac de finales de los años cincuenta
2- En Hershey también hay juguetes antiguos y miniaturas
Para evitar agobiarse ante tanto coche, un nuevo desvío para ver otro tipo de material. Y es que también hay cantidad de juguetes veteranos, miniaturas o catálogos añejos.
Y como en un inmenso Rastro temporal, toparse con infinidad de antigüedades. Hasta cámaras fotográficas y vestimenta de época.
¿Y este ordenado minidesguace? Bonito de ver y que resuelve la papeleta a quien busque dos puertas o dos aletas para su auto.
1- Pequeño y ordenado este desguace
2- Más juguetes y antigüedades
Y más tentaciones, en forma de MG Midget de 1971. Color verde inglés, buena pinta y rebajado a 4900 $ (3.600 €). Para pensárselo ¿no?, pero después de sumar los gastos de transporte y documentación.
También surgían piezas increíbles donde menos te esperabas. Como un radiador de tubos para Ford T, a estrenar y por 850 $.
O la visión de personas-anuncio que necesitan piezas de recambio de Dodge Dart de 1964, mientras pasaba un Chevrolet de 1952 en venta.
1- Antes de rendirse a un precio, conviene tener en cuenta los gastos de transporte y documentación
2- Por qué buscar cuando pueden encontrarte, pensarán estos aficionados-anuncio
Y de repente, un revoltijo llamativo. Que incluye placas esmaltadas, partes oxidadas de carrocería, llantas y hasta un luminoso de la marca de tractores John Deere.
Impasible ante la lluvia, un pick-up Ford V8 de 1934. Desde 1944 ha pertenecido a un garaje familiar y ahora quieren venderlo.
Entre el tráfico amable y lento de Hershey, donde abundan como hemos dicho los cochecitos eléctricos de alquiler, un Rambler de 1910 afrontaba una prueba frente a sus posibles compradores.
1- Rambler de 1910 en proceso de prueba
2- Un lujoso Packard Super Eight, de nuevo a buen precio
Una pieza atractiva por 108.000 $ era este Packard Super Eight Convertible de 1934. De batalla media, ganador en concursos de elegancia del A.A.C.A. y al cual le funciona hasta su radio de época.
Por la tarde visité una de las carpas de la casa subastera RM Auctions, donde se mostraban los más de cien lotes objeto de puja. Por ejemplo, el Packard Caribbean de 1953 en primer plano se adjudicó en 90.750 $.
Durante la subasta de RM Auctions se vendieron lotes como este Packard Caribbean de 1953
UNA CONCENTRACIÓN Y UN DESFILE MULTITUDINARIOS |
En la mañana del sábado, el Antique Automobile Club of America organiza cada año una concentración que reúne en torno a 1.500 vehículos, desde antiquísimos autos eléctricos, de vapor y de explosión, hasta impecables deportivos fabricados hace treinta años.
Pero más que la cantidad y la calidad, sorprendía el orden de llegada y la educación. Cada conductor dejaba su coche en el lugar asignado, junto a los de su época y estilo, en cada una de las quince avenidas del parque y sin oírse ni un solo bocinazo. Una vez aparcados, los 76 miembros del jurado se dividen en grupos de dos para examinar los vehículos, que concursan en 38 diferentes categorías. Eso sí, el más veterano fue un triciclo DeDion de 1897, hecho en Francia y de dueño norteamericano. |
1- ¡1.500 autos a concurso!
2- Los aficionados madrileños Enrique Gómez Erustes y Manolo Barragán, junto a un Lincoln impresionante
Al término del encuentro, buena parte de los vehículos participantes intervino en un sencillo desfile de más de mil coches. En él, sorprendía ver cómo convivían todos ellos, desde máquinas fabricadas antes de 1910 hasta deportivos de los ’80.
Y no sólo turismos, sino también pick-ups, camiones de bomberos o aplaudidos Jeep de la Segunda Guerra Mundial. E incluso motocicletas y hasta un Detroit Electric de 1932 -propulsado por baterías- o un Stanley de vapor construido en 1903. En resumen, hora y media de disfrute, viendo pasar ordenadamente más de un millar de vehículos de variadas épocas, tamaños y estilos. |