La Mille Miglia 2023 ha sido la edición más larga de la historia, con cinco jornadas y 2.200 kilómetros de recorrido. Con todo, el resultado terminó siendo similar, con el cuarto título consecutivo de Andrea Vesco (seis en total) junto a su compañero Fabio Salvinelli, quien iguala a Giuliano Cané con tres victorias. Tras el Alfa Romeo 6C 1750 SS de los dos mitos de esta carrera de regularidad, entraron un par de Lancia Lambda Spider Tipo 22. Gianmario Fontanella y Annamaria Covelli acabaron segundos, mientras que Andrea Belometti y Gianluca Bergomi finalizaron en tercera posición.
Por su parte, la Coppa delle Dame recayó en Silvia Marini e Irene Dei Tos a bordo de un Bugatti T40 del 29. Fue la mejor tripulación íntegramente femenina (27º puesto en la general) de la carrera más bonita del mundo, como una vez la definió el mítico Enzo Ferrari durante esos años locos (1927-1957). Una época en la que se trataba de una prueba de velocidad, de lujo, de hedonismo desenfrenado, de exaltante sofisticación del progreso con deportivos de última generación. De historia errante; de flor, nata, vanguardia y temeridad. De goma quemada y sangre.
Hoy es arte pausado en medio de escenarios bucólicos. “Este año hemos introducido importantes novedades como las cinco etapas. El 2023 es clave ya que Brescia y Bergamo son capitales de la cultura. Es más articulada: Salimos de Brescia, pasamos por Milano Marítima, Roma, Parma… Después cruzamos la parte baja del Piemonte, luego Milán de noche como colofón a la penúltima etapa (otra novedad) y, por último, Bergamo para después atravesar los pueblecitos más interesantes que la unen a Brescia”, explica la presidenta Beatrice Saottini, en exclusiva para LA ESCUDERÍA.
Mientras, confiesa que siguen tratando de convencer a Fernando Alonso para competir en esta prueba de regularidad que, junto a Le Mans, la Targa Florio y la Carrera Panamericana es la responsable de la clase Gran Turismo. Una categoría clave en el crecimiento de marcas como Alfa Romeo, Ferrari, Maserati y Porsche.
RETAZOS DE HISTORIA EN LA MILLE MIGLIA 2023
Nada que ver con el pasado, donde la 1000miglia era una especie de Grand Prix. Con campeones de la talla de Tazio Nuvolari, Vittorio Marzotto o Stirling Moss, cobró notoriedad en todo el mundo desde su origen. Porque, si fue una fábula antes de la II Guerra Mundial, significó una dosis necesaria de opio durante la posguerra… Hasta la triste muerte del Marqués de Portago, que cambió todo para siempre.
“Entonces era deseo de velocidad pura y dura; hoy es rapidez para captar los nuevos avances, para anticipar el futuro, tanto deportiva como culturalmente. Por ejemplo, este año hemos contado con la Maserati Cielo, que hizo algunos trazados guiándose autónomamente”, subraya Saottini mientras no se olvida del recién fallecido Berlusconi -otro amante de la belleza. Un pionero de los nuevos tiempos ajenos a la ética y la moral-, ni del histórico éxito de Ferrari en Le Mans. Eso también es Italia… El recuerdo, el respeto, la reverencia a lo pretérito, la celebración de la efeméride.
EL MUSEO MÁS GRANDE DEL MUNDO
En la Mille Miglia 2023 participaron más de cuatrocientos vehículos, de los cuales 74 ya formaron parte en alguna de las comprendidas entre el 27 y el 57, esas que se inventaron en el autódromo de Monza los famosos cuatro mosqueteros: Maggi, Mazzotti, Canestrini y Renzo Castagneto. Ínclitos, nobles e ilustres aventajados a su tiempo.
Alfa Romeo, con 47 deportivos, se llevó la palma en una carrera donde arribaron pilotos de Holanda, Bélgica, Alemania, Reino Unido o Estados Unidos, entre otros. También se celebró el centenario de la Aeronáutica militar, lo que provocó paradas en algunos de sus lugares simbólicos como la Aero base de Ghedi, los aeropuertos de Pisignano y Piacenza San Damiano, el Museo Histórico en Villa di Valle y el Comando 1ª región aérea de Milán.
Entre medias, los autos circularon y realizaron varias pruebas crono por el museo itinerante más bello del mundo, cosido con aristas del Edén: lago de Garda, Ferrara, Imola, Verona, la Pesaro de Gioachino Rossini, Siena, la Val D’Orcia, los viñedos de Asti, el Adriático, Vinci (la tierra de Leonardo) o la insuperable Roma, con ese encanto irresistible que recuerda el Grand Tour patentado por los intelectuales Goethe y Stendhal.
En la ciudad eterna, fue la siempre opaca y taciturna Via Veneto, tenue como una diva muerta, quien testimonió la llegada para comenzar la vuelta atrás, hacia la propia Brescia. Los más de 400 vehículos serpentearon una calle promiscua y grácil, con cafés secuestrados a la mafia, olor a naftalina y hoteles donde durmió la mismísima Margherita di Savoia. Por momentos, parecía que llegarían Tony Curtis y Roger Moore con algún Aston Martin. Quienes lo hicieron finalmente fueron los vips de esta recién extinta edición de 2023: Anthony Delon y Paul Belmondo, entre otros.
UNA CARRERA DE CARRERAS
El legado de la Mille Miglia 2023 vuelve a ser potente e innovador. Autos de época con drivers y copilotos que se enfrentaron a casi 150 pruebas crono y 23 controles horarios. Cultura, estilo y diseño. Tradición, vanguardia y un mensaje: “El Freccia Rossa, una vez más, ha cumplido con ese viejo proverbio del bresciano: por sus venas corre gasolina y no sangre”.
Y es que la Mille Miglia forma parte del made in Italy. Con espíritu audaz, innovativo y pionero, se ha convertido en una excelencia italiana abierta al mundo. Un mundo que sigue teniendo curiosidad por su belleza envolvente anclada al pasado y que a su vez divisa el futuro de manera grandilocuente. Es, además, una carrera que contiene varias carreras: la Miglia Green la ganaron Paolo Piva y Matteo Ferraglio con su Tesla Model Y. Además, la Coppa delle Alpi disputada en marzo la alzaron Matteo Belotti e Ingrid Plebani con el Bugati T37. Por último, la Ferrari Tribute 1000 la ganaro Andrea Milesi y Giordano Mozzi con un F8 Spider. Se impusieron a Fabrizio Macario y Giovanna Di Costanzo con una 488 Pista del 2019.
El próximo año, estará aún más cerca del ansiado centenario. Podría ser con Fernando Alonso como piloto de lujo. Porque de lujo se trata (participar cuesta doce mil euros). De una preciosa apología a un país inclusivo que presume de sí mismo. De su magia, de su historia, de la jungla de asfalto que atesora. Italia no sólo huele a jazmín, sino también a gasolina, y siempre suena al son de Nino Rota.
Una crónica de Julio Ocampo. Fotografías de Mille Miglia.