Después de 51 años de restricciones se produce la liberalización del mercado automovilístico cubano. La venta de coches arrancó oficialmente el pasado jueves 2 de enero en agencias estatales de todo el país, si bien con un gran obstáculo para el ciudadano de a pie: el precio de los vehículos.
Según France Presse, por ejemplo, el coste de un Peugeot 4008 está fijado en 176.000 euros -239.500 dólares o pesos convertibles cubanos, en el concesionario Sasa de La Habana-, mientras que la marca gala ofrece un precio base sobre catálogo de 34.150 euros -o, lo que es lo mismo, 46.000 dólares.
Estas novedades fueron anunciadas por el régimen comunista el pasado diciembre como un nuevo paso para eliminar prohibiciones y avanzar en las reformas de la economía socialista. En 2011 el Gobierno ya había autorizado las transacciones de vehículos entre particulares, pero manteniendo las limitaciones para su venta a personas naturales a través de las entidades comercializadoras estatales, las únicas que operan en el país.
Las tarifas de coches de segunda mano divulgadas oscilan entre los 15.000 y los 80.000 euros, aproximadamente -20.000 y 110.000 dólares, respectivamente. Sólo dos modelos con más de una década de uso están alrededor de los 15.000, el Peugeot 106 y el BMW Smod, lo cual ha provocado el descontento de gran parte de la población ya que no solo se han fijado precios astronómicos, sino que, al no haber financiación posible, el pago de la compra debe realizarse en el momento.
Definitivamente, todo apunta a que pasará mucho tiempo antes de que se dinamice el sector en
la isla. (*Crédito de imagen de cabecera: Joe Ross)
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