Para hablar de De Soto, hay que comenzar por la Chrysler Corporation, la empresa que creó esta marca. Esta compañía nació en 1925 después de que Walter P. Chrysler convirtiese la antigua Maxwell Motor Company en la firma que llevaría su apellido.
Gracias a su buena construcción y moderno diseño, los coches de Chrysler contaron con una gran popularidad desde su lanzamiento, lo que permitió que la compañía creciese rápidamente y a finales de la década de 1920 introdujo nuevas marcas.
En 1928, Chrysler crea Plymouth como marca de acceso para competir en ventas con los coches fabricados por Chevrolet y Ford. Ese mismo año, Chrysler incorpora a su grupo la compañía de los hermanos Dodge, que tras años de éxito empezaba a perder popularidad entre los consumidores americanos.
NACE LA MARCA DE SOTO
A finales de 1928, se completa el grupo Chrysler con la creación de De Soto con la vista puesta a la temporada de 1929, que se posicionaría como una marca de gama intermedia para competir con Willys, Hudson, Studebaker y Pontiac.
El debut de De Soto no pudo ser mejor, con más de 81.000 unidades vendidas en 1929, convirtiéndolo en la marca con el récord de mayor volumen de ventas en su primer año. El De Soto Six conservó el récord de modelo mejor vendido en su primer año hasta 1960, cuando Ford presentó el Falcon.
Este éxito permitió a Chrysler consolidarse como uno de los tres grandes grupos de automóviles de Estados Unidos junto a General Motors y Ford Motor Company. En 1928, empezaron la construcción del Edificio Chrysler en Nueva York, el que fue el rascacielos más alto del mundo y sede de la compañía en 1930, que llegó a albergar un concesionario de la marca en las plantas más bajas.
HERNANDO DE SOTO, EL CONQUISTADOR QUE DIO NOMBRE A LA MARCA
Hijo de hidalgos y nacido en Jerez de los Caballeros, Badajoz, en el año 1500, Hernando De Soto fue uno de los muchos jóvenes extremeños y portugueses que se lanzaron a la aventura de conocer el nuevo mundo al que llegó Colón en 1492 y que aún estaba por descubrir.
Tras las conquistas de Nicaragua, Perú y el imperio Inca, Hernando De Soto lideró en 1539 la primera expedición de un europeo adentrándose en el actual territorio estadounidense. Fue el primer explorador en cruzar el Río Mississippi y falleció en 1542 sin finalizar su expedición.
El nombre y la imagen de Hernando De Soto fue usada por la marca estadounidense para sus emblemas, con algunos coches portando un emblema del capó con la cara del conquistador y usaría como logotipo el escudo de armas de De Soto. También como homenaje, en los años 50, se presentarían modelos con nombres como Adventurer o Explorer.
Pero no sería la primera vez que el nombre De Soto apareció en la historia del automóvil, pues en 1912 apareció una De Soto Motor Company en Indiana, como subsidiaria de otra marca, Zimmerman. Otras figuras históricas como el fundador de la ciudad de Detroit, el explorador francés Antoine de la Mothe Cadillac, dio nombre a la marca de lujo de General Motors.
Para enfatizar el carácter español de los coches De Soto de 1929, las seis distintas carrocerías disponibles se comercializaron con nombres en castellano como “Roadster español”, “Sedán coche” o “Cupé de lujo”.
EVOLUCIÓN DE LA MARCA
El primer año de De Soto en el mercado coincidió con el crack económico de 1929 y el inicio de la Gran Depresión. La situación afectó a todos los fabricantes, pero la posición de De Soto en el mercado era relativamente buena, con 25.000 coches vendidos en 1932, una cifra similar a la de Dodge, marca por aquel entonces de mayor precio que De Soto.
Por estas razones, la dirección de Chrysler decidió invertir el rango de precios entre estas dos marcas en 1933, con De Soto posicionándose en precios solamente por debajo de Chrysler. En 1934 De Soto recibió las modernas carrocerías aerodinámicas de Chrysler Airflow, pero sobre un chasis acortado.
A diferencia de la propia Chrysler, que contaba con más modelos, De Soto solamente ofreció los Airflow durante 1934, que no resultaron populares entre los consumidores, y en 1935 apareció otro modelo en la gama, el Airstream.
A partir de 1937 De Soto empezaría a ofrecer camiones para exportar idénticos a los que fabricaba Dodge, con alguno de estos llegando a venderse en España. Chrysler dejaría de fabricar camiones en 1970, pero la producción de camiones con nombre De Soto continuó en Turquía a cargo de Askam hasta 1978.
Antes de que la producción de automóviles cesase en 1942, con la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, De Soto presentó para esa temporada un novedoso automóvil con faros escamoteables, el segundo de producción masiva, sólo después del pionero, los Cord 810/812.
DE SOTO TRAS LA GUERRA
La producción de automóviles para uso civil se reanudaría en 1946, aunque los faros ahora serían convencionales. Durante esta época los coches De Soto gozaron de una gran popularidad en Estados Unidos en el sector del taxi.
En 1952, De Soto introdujo el Firedome como modelo para 1953, coincidiendo con el 25 aniversario de la marca, su primer coche equipado con un motor V8, el Hemi de 276 pulgadas cúbicas o 4,5 litros de 160 caballos. Esta mecánica también la emplearon algunos modelos de la lujosa firma francesa Facel Vega.
Aunque contaban con un coche con un moderno V8 en su marca, había coches mucho más interesantes a nivel de diseño en el panorama nacional. Los coches de Chrysler hasta mediados de los años 50 estaban quedando desfasados a nivel estético, con diseños estancados en el pasado y uno de los requisitos desde la directiva era que dentro de uno de estos coches hubiese suficiente espacio como para llevar sombrero cómodamente.
Cabe mencionar que en esta época De Soto presentó algunos modernos y bellos prototipos como el Adventurer y Adventurer II, diseñado por Ghia y que fue comprado por el rey de Marruecos Mohamed V.
UN NECESITADO CAMBIO DE RUMBO
Chrysler fichó entonces a Virgil Exner como diseñador jefe, que ayudó a renovar los coches con una estética inspirada en los aviones más modernos del momento. Los nuevos coches llegaron en 1955, bajo el nombre de “The New 100 Million dollar look”, y presentaría también una nueva marca de máximo lujo, Imperial, que competiría directamente con Cadillac y Lincoln. En 1956, a esta nueva filosofía de diseño se denominó como “Forward look”.
Los coches diseñados por Exner eran extremadamente modernos, mucho más bajos y largos que sus predecesores, y presentaban prominentes aletas traseras. Estos coches despertaron el interés del público y De Soto se vio especialmente beneficiada con la presentación de nuevos modelos como el Fireflite, Firesweep, o el Adventurer, presentado en 1956 como un coupé de alto rendimiento equiparable al 300 de Chrysler.
Durante esta época los coches del grupo Chrysler eran algunos de los más modernos y mejor equipados, ofreciéndose con transmisión automática operada con botones, asientos rotables que facilitaban la salida y entrada al vehículo, tocadiscos para escuchar discos de 45 revoluciones por minuto en el coche, e incluso los De Soto Adventurer de 1958 se ofrecieron con inyección electrónica, pero esta opción era muy cara y pocos coches la equiparon.
1958: EL PRINCIPIO DEL FIN PARA DE SOTO
Hasta ahora, los coches de De Soto eran muy populares, especialmente con los modernos modelos de 1957. Pero en 1958 llegó la primera recesión económica tras la II Guerra Mundial, y el sector del automóvil se vio muy afectado, con los compradores centrándose ahora en coches compactos y con marcas de gama media como De Soto, Mercury, o la recién nacida Edsel siendo las más afectadas.
La diferencia de ventas fue dramática para De Soto, con un descenso del 60 % entre 1957 y 1958, algo que sólo empeoraría en los siguientes años, haciendo que circulasen rumores sobre la inminente desaparición de la marca, con una reducción de la gama para la temporada de 1960.
A finales de 1960 se presentaron los nuevos modelos de De Soto para 1961, y pocas semanas después Chrysler anunció el final de esta marca. Para esa misma temporada se introdujo un nuevo coche, el Chrysler Newport, como modelo de gama media que fue muy bien recibido por el púbico, con más de 45.000 coches vendidos en su primer año, frente a los apenas 3.000 De Soto que se vendieron en su último año.
Con un mercado saturado de marcas los directivos de Chrysler se centraron en fomentar la firma de lujo Imperial, una estrategia comercial que hizo que los Chrysler fueran más asequibles, y los Dodge más lujosos, y que dejó a la marca con nombre de conquistador sin un lugar que ocupar en ese mercado cambiante.
Fotografías de Chrysler y Progressive Architecture (1929).