Iván Vicario Martín
Hay que reconocer que los equipos de Fórmula 1 son realmente capaces de sorprender cuando se lo proponen. La historia que detallamos en este artículo es buena prueba de ello, cuando Ligier presentó una decoración que convirtió su monoplaza en una suerte de art car. Y es que hace exactamente 30 años, en 1993, el equipo Ligier Gitanes Blondes asombraba al paddock de la categoría reina con una de las libreas más llamativas de la historia.
Del exterior del Renault JS39-Renault desaparecieron todos los patrocinadores. En su lugar, lucía una decoración casi de camuflaje en diferentes tonos de azul. Se dejaban intuir las letras del patrocinador principal del equipo, la tabaquera francesa Gitanes. También su emblema, una gitana, y poco más. Apenas el número 25 ambos alerones. Un momento, ¿sólo el número 25? Sí, por sorprendente que parezca, sólo el coche del inglés Martín Brundle lució esa decoración. El de su compatriota Mark Blundell conservó los colores habituales del monoplaza, y con ellos los patrocinadores y socios técnicos: Renault, Elf, Magnetti Marelli, Zenith, Goodyear y Les Pages Jaunes.
Decimos que sorprende porque, apenas seis años después, la Fórmula 1 impidió al equipo BAR hacer lo mismo. Pretendían correr con un coche decorado de Lucky Strike y otro de 555, dos marcas de tabaco de la dueña del equipo, British American Tobacco (BAT). En aquella ocasión, Bernie Ecclestone y Max Mosley fueron inflexibles y el equipo participó con una mitad del monoplaza de cada color. Quizá en 1993 trataron de ayudar a Ligier que pasaba por una mala racha económica.
HUGO PRATT, EL AUTOR
El responsable de la genial decoración del Ligier número 25 fue nada más y nada menos que Hugo Pratt. El artista italiano es mundialmente conocido por obras como los cómics de Corto Maltés, de quién firmó nada menos que 29 historias. La decoración se expuso antes durante el Gran Premio de Mónaco a modo de presentación. Qué mejor lugar que el glamouroso principado.
El encargo fue de la tabaquera Gitanes, quien compró todo el espacio del coche al resto de los patrocinadores. El motivo no fue otro que lanzar su marca de cigarrillos rubios, Gitanes Blondes en Japón, de ahí que el coche con la nueva decoración debutara en el país del sol naciente. El coche se presentó con una lona que fue descubierta por los dos pilotos del equipo. No obstante, y quizá para aprovechar el impacto publicitario logrado -el coche apareció en todas la revistas-, también se usó para correr en la última carrera del año, el Gran Premio de Australia.
Como curiosidad, no era la primera vez que un equipo lucía dos libreas diferentes a cuenta de una marca de tabaco. En el Gran Premio de Portugal de 1986, Keke Rosberg corrió con su McLaren pintado de Marlboro Lights. Es decir, en blanco y amarillo en vez de en blanco y rojo. Su compañero en el equipo, el vigente campeón Alain Prost, corrió con los colores habituales.
UN PUNTO COMO RECOMPENSA
En la temporada de 1993, el equipo Ligier consiguió puntuar con asiduidad, sumando incluso tres visitas al podio. De hecho, acabaron el mundial en quinta posición. Contaron la inestimable ayuda de la mecánica Renault, que también propulsaba a los todopoderosos Williams de Prost y Damon Hill.
Por lo que respecta a nuestro protagonista, Brundle consiguió clasificar por delante de su compañero, en la décimo quinta posición, de cara al Gran Premio de Japón. En carrera, llegó a rodar séptimo, pero abandonó por un trompo a dos vueltas del final. Gracias a un juego de gomas nuevo, estuvo a punto de hacer la vuelta rápida en carrera, pero Prost se la arrebató en el último giro. Una pena, pues Martin Brundle jamás lograría hacer la vuelta rápida en ningún Gran Premio.
Las cosas fueron mucho mejor para el Ligier número 25 en la última carrera del año. En Australia, Brundle clasificó en octava posición, mostrándose mucho más rápido que Blundell. En carrera hizo valer su buen ritmo para mantenerse cerca de los puntos, alcanzando el sexto lugar en la vuelta 36. Ya no abandonaría dicha posición, logrando un punto con la icónica decoración del Ligier hecha por Hugo Pratt. Cabe que recordar que entonces puntuar en toda una hazaña, pues sólo lo hacían los seis primeros.
Nuestro protagonista ha pasado a la historia como uno de los coches más singulares de la Fórmula 1. Y aunque hay a quien no le gusta, lo cierto es que sigue siendo protagonista de diferentes productos de automobilia, miniaturas, etcétera.
Fotografías: Renault
