TEXTO: EL AUTOR / FOTOS: BONHAMS
Como todo aficionado al motor, nosotros también hemos soñado alguna vez con encontrar una perla escondida en un viejo garaje de chapa sepultado por las malas hierbas; ajeno a la mirada pública, esperando bajo un halo misterioso a ser encontrado y valorado como la pieza de arte que es. O como lo llaman los ingleses, el hallazgo en el granero (‘barn find’) de una joya de cuatro ruedas olvidada durante décadas.
Si, por casualidad tuviéramos la osadía de soñar más allá de esta fantasía, nos encontraríamos con que sus límites se encuentran en el suceso que hoy tenemos el placer de contaros. Porque este ‘barn find’ no se trata de un coche, sino de doce clásicos que, lejos de encontrarse en un viejo garaje, han estado dormitando plácidamente en el interior de un enorme castillo en Suiza. Un tesoro protegido del paso del tiempo en un estado de conservación envidiable.
Doce clásicos encapsulados en Suiza
De entre los doce clásicos duermientes del castillo, sobresale un Mercedes-Benz 300 SL Roadster valorado entre los 600.000 y los 800.000 euros. Por si no fuera suficiente con este cabeza de cartel de superlujo, a él se une el conocido como “el mejor automóvil del mundo” de su época: Hablamos del titánico Rolls-Royce Silver Ghost Double Phaeton de 1921, con un valor similar a su pareja de baile.
Pero este Rolls no es el único de la colección: Le acompaña un Phantom II de 1934 que ostenta un menor valor de mercado de entre 80.000€ y 120.000€. Algo curioso dentro de esta colección es que parece haber sido comprada teniendo cuidado de no dejar ningún coche fuera de su pareja o trío…
Hay tres Maseratis, un Ghibli SS, un Quattroporte y un Indi America; y también una pareja de Jaguar E-Type, uno un 4.2 y otro un V12. Asimismo, encontramos un matrimonio de Aston Martins (un V8 y un Volante) y un Mercedes-Benz 500 SLC que le sirve de afortunado acompañante al 300SL Roadster.
A subasta, como es habitual
La última de las parejas está algo menos bien avenida. La forma un Ford Mustang de principios de de los años 70 conducido por el agente británico James Bond en la película ‘Diamonds for Ever’ (el coleccionista es un gran fan de 007); y un Lamborghini Espada, deportivo de la casa de Sant’ Agata Bolognese carrozado por Bertone para ser la alternativa ‘family friendly’ de los más afortunados de su tiempo.
Pues bien, toda la colección, que ronda la increíble cifra de los 3 millones de euros, ya está en manos de la casa de subastas Bonhams, quien ha evitado dar detalles acerca del paradero del castillo o del nombre del coleccionista. Será subastada el próximo 21 de Mayo en Bélgica, ¿Quién da más? 😉