En pocos lugares de la geografía peninsular se vive de una manera tan intensa la afición a los rallyes como en Ourense. De hecho, en el centro de su casco urbano se alza desde hace años un imponente conjunto escultórico donde quedan representados José Antonio Colemán y Estanislao Reverter junto a una réplica del Alpinche en su estado inicial. Sin duda, toda una declaración de intenciones sobre la importancia del automovilismo deportivo en Galicia. Un hecho logrado gracias a personajes como el propio Estanislao Reverter.
Apasionado desde pequeño por la mecánica, sus primeros pasos en las carreras se produjeron a lomos de una motocicleta. Sin embargo, en cuanto pudo saltó a las cuatro ruedas estrenándose con un Renault 4/4 en el Trofeo FASA de 1955. Tras esto, al año siguiente continuó en un FIAT 1400 con el cual llegó a disputar el Rally de los Pirineos. Así las cosas, en 1959 al fin llegó el primer deportivo como tal gracias a un Deutsche-Bonnet Panhard con carrocería en fibra de vidrio y motor de 850 centímetros cúbicos y 58CV para tan sólo 640 kilos.
No obstante, ya durante el año anterior Estanislao Reverter había debutado en el Rally de Montecarlo al tiempo que ganaba el Rally RACE a bordo de un Dyna Panhard Z1. De esta manera, el gallego ya apuntaba excelentes maneras logrando profesionalizarse al competir más y más citas del calendario nacional.
De hecho, en 1963 al fin logra una temporada con hasta ocho trofeos disputados, destacando la edición inaugural del Rally Rías Bajas. Además, a aquella cita acudió con un Ford Lotus Cortina. Un vehículo realmente sensacional, ganando con Jim Clark a los mandos el Campeonato Británico de Turismos en 1964.
Todo ello en claro contraste respecto al Goggomobil T350 con el cual se inscribió Reverter en la edición del año siguiente. Y es que, en materia de conducción, este gallego siempre demostró una gran capacidad de adaptación. Es más, mientras que en el Cortina logró la posición decimonovena, en el escueto microcoche fabricado en el País Vasco logró la posición decimosegunda. De todos modos, lo realmente importante es comprobar cómo el piloto orensano ya había comenzado su estrecha relación con el Rallye Rías Bajas.
De hecho, en él se inscribió un total de trece ocasiones presentando una panoplia de vehículos que va desde los citados Goggomobil y Ford Lotus Cortina hasta un Alfa Romeo GTA, un Porsche 911R o, claro está, su icónico Alpinche. Modelo gracias al cual logró sus dos victorias en este rallye, cosechadas junto a su sobrino Tucho como copiloto en 1972 y 1973. Sin embargo, en 1975 la actividad al volante de Estanislao Reverter cesó súbitamente. No en vano, fue en aquel año cuando el Alpinche sufrió un accidente decisivo que lo llevó a permanecer inmóvil hasta su reciente restauración.
Además, las citas disputadas durante aquella temporada a bordo del BMW 2002 tampoco fueron del todo satisfactorias. Con todo ello, el repliegue hacia otras actividades vino de una manera natural. De hecho, para aquel momento Estanislao Reverter estaba comprometido con la gestión de sus concesionarios Ford, promover la construcción de un circuito en Ourense e, incluso, participar en política como parlamentario en las cortes constituyentes por la UCD. En suma, un hombre realmente polifacético que, además, encontraba tiempo para liderar el equipo Reverter Competición.
EL ÚLTIMO REGRESO DE ESTANISLAO REVERTER AL RÍAS BAIXAS
A efectos de palmarés, posiblemente el Rally RACE 1975 fue la retirada oficial de Estanislao Reverter. De hecho, al año siguiente sólo se le vio al volante de una forma testimonial durante las Dos Horas del R8 TS en el Circuito del Jarama. Sin embargo, su actividad formando pilotos y preparando vehículos fue bastante intensa. Algo de lo cual se beneficiaron jóvenes promesas como Pio Alonso o Beny Fernández, ambos con proyección europea tal y como su mentor solía indicar a las nuevas generaciones.
Bajo este contexto, Estanislao Reverter regresó de una forma tan curiosa como imprevista al Rally Rías Baixas. Concretamente durante la edición de 1986, firmando así la que iba a ser su decimotercera y última participación tras once años retirado del volante. Ahora, ¿cómo ocurrió todo aquello? Bueno, además de estar volcado en la gestión de sus empresas, el incombustible piloto gallego seguía unido mediante dos cuestiones a la competición. La primera versaba en la gestión del Rally de Orense, el cual pasó a ser parte de la Copa de España. Y la segunda, relativa a la dirección de la escudería formada por la red de concesionarios FIAT en Galicia.
De esta manera, queriendo probar sobre el terreno unos nuevos ajustes realizados en el FIAT Uno Turbo i.e de Pío Alonso, se inscribió en el Rías Baixas 1986 junto a su sobrino Tucho en el copilotaje. Justo la misma dupla que, durante dos años consecutivos allá en los años setenta, se alzó con la victoria en este mismo rallye a lomos del mítico Alpinche. Respecto al resultado no hay nada reseñable que comentar. Sin embargo, eso importa poco.
No en vano, aquella fugaz e inesperada participación fue la despedida definitiva de Estanislao Reverter a la prueba en la que más veces se había inscrito durante su época compitiendo. Además, lo hizo mejorando el coche para uno de sus pupilos. Todo un ejemplo sobre cómo un buen piloto siempre sabrá cooperar y trabajar en equipo en pos de su escudería.
Fotografías: Fundación Estanislao Reverter