Miguel Sánchez
En esta tercera entrega sobre el SEAT 1400 nos va a quedar perfectamente clara su versatilidad al hilo de la colección SEAT en Rodaje. Y es que, sobre su novedoso bastidor monocasco -el primero en la historia de Fiat-, tanto los fabricantes como diversos carroceros independientes realizaron todo tipo de versiones y conversiones.
Una muestra no sólo sobre las posibilidades mostradas por el diseño del 1400, sino también del momento histórico en el que nació el modelo. Un tiempo, una época, en la que España apenas empezaba a salir de los rigores de la posguerra para abrazar así, muy lentamente, una progresión exponencial hacia la expansión del consumo; incluyendo, claro está, al automovilismo.
En suma, como ya comentamos en las anteriores entregas dedicadas a conmemorar el 70 aniversario del SEAT 1400 este vehículo contó con una esfera de clientes muy concreta. Especialmente el parque móvil del estado y, junto a algunos propietarios privados, distintas empresas enfocadas a servicios sanitarios, asistenciales o de movilidad.
Por ello, mientras se ofrecían las recurrentes carrocerías berlina la gama del 1400 también sumaba adaptaciones a taxi, familiar, ambulancia o incluso, eventualmente, versiones descapotables con sentido lúdico. Todo ello perfectamente ejemplarizado en la colección SEAT en Rodaje, la cual custodia en su museo de Milmarcos hasta ocho variantes del SEAT 1400 más una unidad Cabrio del Fiat 1400.
SEAT 1400, LAS VARIANTES CUSTODIADAS POR SEAT EN RODAJE
La colección SEAT en Rodaje es, sin duda, una de las iniciativas más interesantes de entre todas las relativas a los clásicos en nuestro país. Además, entre sus casi cuatro decenas de unidades se encuentran verdaderas rarezas con las que contar no sólo buena parte de la historia de SEAT, sino también de la industria auxiliar desarrollada en torno a ella.
Dicho esto, dada la celebración durante este 2023 del 70 aniversario del arranque de la producción en Zona Franca gracias al 1400, resulta de lo más interesante comprobar todos los usos para los que fue pensado este automóvil usando las unidades custodiadas en Milmarcos como ejemplo.
En este sentido, la primera pieza a tener en cuenta es un Fiat 1400 Cabrio dado que, precisamente de este marca, procede la licencia de fabricación bajo la cual operó SEAT.
Además, esta unidad es sumamente especial pues, lejos de ser una obra a cargo de algún carrocero italiano, este Cabrio es uno de los poco más de 2.300 ensamblados por la propia Fiat. Sin duda, una verdadera “rara avis” con la cual recordar al modelo italiano del cual derivó el 1400 español.
Tras ella, nuestra atención se posa en un Bicolor de 1954; representativo de la primera serie del modelo ya fabricado por SEAT y, como no podía ser de otra manera en esta colección, en perfecto orden de marcha.
Por cierto, yendo a la segunda serie -B- del SEAT 1400 advertimos la presencia de un 1400B Especial de 1958 con prácticamente todos los componentes originales salvo la tapicería. Una delicia conservada con una pátina que siquiera requiere intervención alguna.
Respecto a las carrocerías existentes más allá de la berlina, un familiar de 1961 nos recuerda el uso que en las áreas rurales se dio al 1400 como taxi con capacidad para, al menos, siete pasajeros gracias a los transportines centrales.
Asimismo, en dicha unidad empezamos a ver cómo florecía la industria auxiliar ya que ésta corrió a cargo de los talleres de Armengol. Siguiendo con los SEAT 1400 de gran tamaño también destaca una versión ambulancia de 1962 con un interior de lo más curioso y bien conservado.
De hecho, tenerla así en nuestros días es una verdadera rareza pues, no en vano, aquellos vehículos industriales raramente sobrevivieron a la acción de la liquidación y el desguace.
Siguiendo con los usos profesionales, dos unidades taxi -una a la manera de Barcelona y la otra a la de Madrid- forman una excepcional dupla capaz de reavivar los recuerdos relativos al antiguo paisaje urbano de aquella España en cambio.
Por cierto, una de ellas cuenta con una interesante y muy original carrocería furgoneta-familiar que, por ahora, es la única superviviente en todo el país.
No obstante, más allá de estos usos prácticos el SEAT 1400 también se empleó como base para versiones puramente lúdicas. Algunas de ellas auténticos ejercicios de diseño como el Sport Serra de 1959.
En palabras de la propia SEAT en Rodaje “uno de los vehículos más importantes de la colección” y al que, hace un tiempo, dedicamos un extenso artículo donde analizamos al detalle la relación establecida entre SEAT y el carrocero Pedro Serra.
Por último, y siguiendo con los descapotables, el singular Caicoya realizado en Oviedo allá por 1963 nos habla sobre la pericia artesanal que, aún con pocos medios, existía en la España de la época.
Y es que, como hemos visto, el SEAT 1400 no sólo es la excusa perfecta para recordar los inicios de la marca, sino también los tiempos en los que se dejaban atrás las cartillas de racionamiento mientras se ponía rumbo a la España del 600.
