TEXTO: FRANCISCO CARRIÓN / FOTOS: RM-SOTHEBY’S (PIES J. ROMAGOSA)
La casa anglo-americana RM-Sotheby´s llevaba meses anunciándolo a bombo y platillo: Se iba a celebrar en Italia la mayor subasta de coches clásicos procedente de una sola colección jamás vista en Europa. 430 coches, 150 motos, 60 lanchas de carreras, 117 bicicletas y montones de automobilia y recambios. ¡Y todo ello sin precio de reserva!
Y encima, todo el asunto estaba rodeado de un cierto morbo. Se trataba de la colección de Luigi Compiano, un ciudadano italiano que en 2010 había heredado todo un emporio familiar dedicado a la seguridad privada. La empresa, que daba empleo a más de 700 personas, tenía una deuda de unos 14 millones de euros con el fisco italiano, y las malas lenguas hablaban de que de la caja de la compañía habían desaparecido otros tantos millones.
Sea como fuere, finalmente la administración italiana tuvo que intervenir confiscando propiedades inmobiliarias, pero también algunos artículos personales como una colección de 469 coches en miniatura, 243 maquetas de trenes… o su colección de pornografía, que incluía hasta 2.187 DVD’s y cintas de vídeo.
Sin embargo, lo más llamativo fue la colección de coches clásicos propiamente dichos subastada por RM-Sotheby’s durante el salón ‘Autoclassica Milano’, celebrado entre los días 25, y 27 del pasado mes de noviembre, y que también había sido confiscada.
Subasta a la americana con casi 1.000 lotes
El evento estaba planteado totalmente ‘a la americana’; nada de moquetas ni mayores lujos. Tan sólo un pabellón entero, adyacente al del importante salón milanés, repleto de filas y filas de coches, motos y barcos; para su transporte se tuvieron que utilizar más de 100 camiones. Incluso el catálogo (echadle por favor un vistazo, es colosal) huía de las lujosas ediciones a las que RM-Sotheby´s nos tiene acostumbrados, y esta vez era poco menos que un periódico repleto de fotografías.
Entre lo allí ofrecido había muchas repeticiones ciertamente inexplicables. 21 unidades de Jaguar E-Type, cuatro Rolls Royce Corniche, otros cuatro Maserati Ghibli o cinco Ferrari 250 de diferentes series. Pero la palma se la llevaba su colección de Porsches, con más de 70 unidades.
Entre ellos, cinco 356, un 912, un 928, tres 930 Turbos, dos 944, un 959, nueve 964, tres 968, ocho 993, siete 996, cinco 997, un Boxster, un Cayman y un 550 replica. Si, han leído bien, había hasta 23 unidades del 911, de diferentes series.
Pensar que todo esto procedía de un mismo garaje, y el hecho de que todo, absolutamente todo, salía sin precio mínimo, llenó la sala durante los tres días que duró la subasta. En los precios más altos, eso sí, no hubo sorpresas: El “Top 1” fue para el Ferrari 275 GTB/6C de 1966, tal y como se esperaba.
Se trataba del primero de los sólo 7 producidos de ‘morro largo’ y carrozados en aluminio. Además, había pertenecido a la misma familia durante los últimos 36 años; con sus 3.050.000 € (sin incluir tasas), se ha convertido en el 365 GTB más caro vendido este año.
Le siguió, a corta distancia, un moderno Maserati MC 12 de 2004, rematado en 2.700.000 euros tasas aparte. La histórica rivalidad entre el Ferrari F40 y el Porsche 959 se vio aquí resuelta en favor del primero, vendido por 920.000 euros frente a los 900.000 del 959. Eso sí, este ha sido el F40 más barato de los seis que se han vendido en subasta en 2016.
Sin precios de reserva, resultados de escándalo
La tónica general fueron, sin embargo, unos precios de venta muy por encima de lo estimado en catálogo. Un Rolls Royce Phantom II de 1930, para restaurar, estaba estimado en unos 15.000 euros, y se adjudicó en 65.000. Un Alfa Romeo 6C 2500 de 1947, totalmente destrozado y al que le faltaba la mitad de la carrocería, estimado en 7.000, bajó el martillo en ¡70.000 euros!
Muchos de los coches estaban en estado original, para restaurar, o con el trabajo a medio hacer, y sin embargo alcanzaban precios equivalentes al de unidades en perfecto estado.
Como buenos ejemplos de esto tenemos el Maserati 3500 GT Coupé totalmente desmontado, estimado alrededor de los 40.000 euros y adjudicado en 120.000, un Fiat Balilla 508 S Aerodinámica de 1935, original y sin motor que alcanzó los 160.000, o un polvoriento Mercedes-Benz 300 E AMG de 1988, cuyas pujas subieron nada menos que ¡84.000 euros!
Para concluir, otras espeluznantes cifras que ofreció esta subasta: El volumen total de negocio fue de 51,26 millones de euros, al que se llegó tras 30 extenuantes horas de subasta repartidas en tres días. Las pujas llegaron desde 57 países diferentes, y más de 5.000 personas acudieron al evento ‘in situ’. ¿Y qué me dicen de los 25.000 catálogos que fueron impresos?
En fin, es el loco mundo de las subastas de coches clásicos, en el que creíamos que la burbuja ya había explotado.