El Audi RS2 es una de las creaciones más sorprendentes, excitantes y cautivadoras de todos los tiempos. Así definía, en 1994, la revista Automóvil a uno de los coches más emblemáticos de la década de los 90, aunque es justo reconocer que no fue el primer familiar de talante deportivo y altas prestaciones. Muchos creen que el Audi RS2 fue el primer familiar deportivo, pero en realidad llegó después del Volvo 850 R, aunque claro, la diferencia de rendimiento era importante y las prestaciones generales también.
Con el lanzamiento del Audi RS2, se puso en circulación el familiar más rápido del mundo: 262 km/h limitados electrónicamente. Se dice que con el limitador anulado el RS2 podría flirtear con los 300 km/h, una cifra más que respetable a mediados de los años 90. Sirva de ejemplo que, el Ferrari F355, aparecido en 1994, presumía de una velocidad punta de 295 km/h. Una diferencia de apenas 30 km/h es apenas un suspiro cuando hablamos de coches tan dispares. Otra cosa sería enfrentarlos en una carretera con muchas curvas o un circuito, donde las diferencias se harían más que palpables. De todas formas, el propietario del Audi podría pavonearse al marcar tiempos muy respetables con toda la familia a bordo.
Es evidente que Audi rompió todos los moldes con la puesta en escena de un coche tan poco habitual, incluso se podría considerar que totalmente sin sentido y hasta descabellado. ¿Quién querría tener un familiar con un motor turbo tan explosivo y unas suspensiones tan duras que son más propias del F355 antes mencionado? Pues había quien quería algo así, de hecho, hubo quien se compró un Audi RS2 sin ni siquiera tener familia. Era un deportivo camuflado de “coche de papá”, y uno muy rápido. La cuestión es… ¿Por qué Audi hizo algo así?
¿DE VERDAD FUE EL PRIMER FAMILIAR DE ALTAS PRESTACIONES?
La expectación que levantó la presentación del Audi RS2 fue máxima y cuando las revistas comenzaron a poder ponerse a sus mandos, esa expectación se convirtió en asombro, deseo y toda clase de alabanzas. Audi había creado algo inaudito, un disparate que, todo sea dicho, hacía tiempo que se fraguaba. Y no lo decimos por el Volvo 850 R, el sueco, como el alemán, no es más que el resultado de los diferentes experimentos que se habían hecho hasta el momento.
Por lo general, las carrocerías familiares no tenían mucho tirón comercial en España, aunque había determinados países europeos donde contaban con una enorme legión de seguidores, como Alemania. Y si hay algo que tienen popularidad en el país germano, tarde o temprano, acaba por tener motores grandes y potentes, que permitan recorrer sus carreteras a una velocidad que haría llorar a la gente que dirige la DGT. Por ejemplo, el BMW e34, la Serie 5 que se comercializó entre 1987 y 1996, contó con la presencia de un motor V8 y tres litros, capaz de rendir 218 CV. Incluso se puso en circulación un BMW 540i Touring entre 1992 y 1996 con 286 CV.
Efectivamente, se puede afirmar que BMW se adelantó a Volvo y también se adelantó a Audi, es más, en 1992 se dio a conocer el BMW M5 Touring –generación e34–, que con su motor de seis cilindros en línea, prometía nada menos que 340 CV. No solo apareció antes que el Audi RS2, sino que también era más potente. Es cierto que solo se fabricaron 891 unidades del M5 Touring e34, pero eso no debería ser impedimento para catalogar al modelo de Múnich como el primer familiar de altas prestaciones.
Lo más curioso de esto, es que no se suele mencionar cuando se habla del Audi RS2, ni siquiera en las pruebas de la época se dice nada sobre el BMW M5 Touring y sus 340 CV. ¿Por qué nadie se acuerda de este hecho? Podría ser por un motivo: a pesar de ser más potente, no era más rápido que el familiar de los cuatro aros. El M5 Touring, sin limitador, no podía superar los 264 km/h y eso era provocado por su tamaño y también por su peso. El BMW pesaba casi 100 kilos más –y sin tracción total, solo propulsión– y medía de largo 4.723 milímetros por 4.510 milímetros del Audi.
CERCA DEL 20 % DEL AUDI RS2 ERA DE PORSCHE
De todas formas, hay que reconocer que Audi hizo un poco de trampas, pues mucho del trabajo que dio como resultado al RS2 se hizo en las instalaciones de la división de ingeniería de Porsche. Incluso podemos ir más lejos: el 20% de los elementos que componen el Audi RS2 son de origen Porsche. Audi no tenía la capacidad para desarrollar un coche del nivel del Audi RS2, a pesar de haber tenía en su catálogo coches como el Audi 200 Turbo o el Audi quattro. El RS2 apuntaba a otro nivel de prestaciones, buscaba convencer a otro tipo de clientes y Audi necesitaba ayuda para eso.
Por ello, recurrió a Porsche, quien puso la magia que transformó un coche familiar, un Audi 80, en todo un deportivo. Sin ir más lejos, se fabricó en las mismas instalaciones donde se montaron los Porsche 959, Rossle-Bau en Zuffenhausen, lo que demuestra lo especial que fue este coche. De allí, por cierto, de la planta de Porsche en Rossle-Bau, también salieron los ejemplares del Mercedes 500E W124.
A simple vista se puede apreciar claramente que es un Audi 80 Avant un tanto especial. Para empezar, se ensancharon ligeramente las aletas, un ensanche sutil pero apreciable. También se montó un paragolpes con entradas de aire más grandes y formas más contundentes –que incluían, entre otras cosas, los pilotos auxiliares del Porsche 993–, mientras que las llantas, los espejos laterales y los frenos se tomaban, directamente, de la gama 993. Destacaba su visión trasera, con los pilotos unidos entre sí, una moda que se empezó a extender en la década de los 90 y todavía duró algún tiempo en los 90.
Básicamente, podemos decir que unos ojos entrenados serían capaces de distinguir todos los mensajes que la carrocería del Audi RS2 enviaba con su diseño. A la vista de cualquier no iniciado vería un familiar más y nunca sabrían que están ante un familiar desarrollado por Porsche y casi tan rápido como un Ferrari. Y sí, fue Porsche quien lo hizo posible al trabajar sobre el motor del Audi S2 –un cinco cilindros turbo de 230 CV– hasta lograr extraer 315 CV a 6.500 revoluciones y 410 Nm de par –1,8 mkg– a 3.000 revoluciones. Por supuesto, también se trabajó en suspensiones, en la transmisión de seis relaciones, en el sistema de tracción total… El Audi RS2 era un compendio de técnica y tecnología encomiable para la década de los 90.
DEBAJO DE SU LLAMATIVA APARIENCIA, TODAVÍA QUEDABAN GENES AUDI
A nadie se le escapa que el Audi RS2 era una bestia, un coche espectacular que sorprendió a muchos, aunque, como hemos dicho, ya existía el BMW M5 Touring. Sin embargo, aunque Porsche fue capaz de hacer magia, los milagros no existen y el espíritu del Audi 80 seguía presente. El mejor ejemplo que se puede mencionar es el peso. La marca declaraba 1.590 kilos, que según la prensa de la época era, en realidad, 1.648 kilos. Pero este no era el problema, el mayor escollo del RS2 era el reparto del peso, que cargaba cerca de 1.000 kilos sobre el eje delantero.
Obviamente, ese reparto de pesos influía sobre el comportamiento, con una notable tendencia a subvirar. En curvas lentas costaba meter el morro en el giro, aunque una vez inscrito en la curva, el ritmo que podía imprimir era demoledor. Además, los ocupantes iban rodeados de una calidad de realización muy por encima de la media, incluso se consideraba muy buena dentro de la gama Audi, al igual que el equipamiento, aunque las primeras unidades no se montaban con airbag, pero luego sí se incluyó entre el equipamiento.
¿Cómo eran sus prestaciones? Pues nos lo podemos imaginar. el 0 a 100 km/h se hacía en 5,4 segundos, los 400 metros desde parado se completaban en 13,67 segundos y los 1.000 metros en 25,32 segundos. Son datos de auténtico deportivo, solo que en esta ocasión, hablamos de un coche familiar fabricado en la década de los 90…