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El diseño retro parece esconder una falta preocupante de nuevas ideas

Hemos cerrado 2024 con una auténtica explosión de diseño retro pero, ¿esconde esto un problema de ideas en el diseño industrial?

Más allá de algunos ejemplos minoritarios, la presentación del New Beetle en 1998 marcó el inicio de una moda extendida hasta nuestros días: la del diseño retro aplicado a los automóviles comercializados en gran serie.

A partir de aquí muchos de los fabricantes tanto europeos como estadounidenses percibieron las posibilidades pecuniarias de estos guiños al pasado. En primer lugar, aquel “mirar hacia atrás con líneas renovadas” ponía en valor viejos iconos de las marcas y por ende amplificaba el propio prestigio de las mismas al indicar el carácter histórico de su presencia y trayectoria.

Asimismo, el retrofuturismo bajo el cual nació este fenómeno generó una clara aureola chic no sólo en relación al New Beetle sino también en torno a su contraparte: el renovado Mini de BMW ensamblado en Oxford desde el año 2001.

Otro caso de éxito en el cual resulta imposible ignorar cómo muchos de sus compradores acabaron en su asiento gracias a la imagen distintiva y sofisticada del mismo.

Así las cosas, el diseño retro empezó a ganar espacio en los concesionarios sumando a la lista otros modelos con enorme proyección comercial entre los cuales el Fiat 500 destaca a diario en la vida cotidiana de las ciudades europeas.

Además, en 2016 este fenómeno saltó de los utilitarios urbanos a vehículos con una mayor factura gracias al nuevo 124 Spider; un eficaz ejemplo deportivo del diseño retro corroborado tan sólo un año después gracias a la aparición del resucitado Alpine A110.

2024, EL AÑO CÚSPIDE PARA EL DISEÑO RETRO

Durante los últimos años no pocas marcas han utilizado elementos estéticos del pasado a la hora de crear sus nuevos modelos. Una vía de trabajo en la cual han sido sobresalientes los franceses, quienes con Renault a la cabeza han desatado todo furor mediático durante el pasado año con la aparición de hasta tres diseños en este sentido.

Para empezar, el esperado R5 E-Tech. Una suerte de versión actual del histórico R5 de los años setenta, el cual además pasa por ser uno de los eléctricos más interesantes del momento debido a su apuesta por abrir el mercado desde la base.

Recordemos, con las ayudas públicas su compra en España puede quedar en poco más de 18.000 euros. Cifra ésta bastante ajustada -y realista- en comparación con los onerosos eléctricos destinados a una clientela plena de aspiraciones a magnate tecnofeudal.

Por otra parte, durante el pasado 2024 Renault también ha lanzado a serie el 4 E-Tech; menos logrado que el guiño realizado al R5 aunque igualmente ilustrativo sobre el empeño dado en torno a rescatar modelos del pasado bajo patentes y adaptaciones del presente. Y vaya, por si esto fuera poco la casa del rombo también ha presentado un ejercicio de estilo basado en las líneas del atractivo R17.

DOS EJEMPLOS MÁS Y EL INICIO DE LA REFLEXIÓN

Visto lo visto uno podría pensar en que esto del diseño retro durante los últimos meses ha sido una estrategia a cargo de Renault. Pero no. Lejos de ello otras marcas también han participado con ansia del fenómeno, destacando además cómo han decidido llevarlo hacia segmentos más exclusivos del automovilismo.

En primer lugar la mismísima Ferrari presentó su 12Cilindri con un frontal claramente tributario al del 365 GTB “Daytona” de primera serie; justo el que aún no escondía sus faros bajo un sistema escamoteable sino tan sólo tras un panel de plexiglás. Todo ello a firma de Flavio Manzoni, quien hace unos años ya tocó de forma soberbia la tendencia retro al diseñar los Monza SP1 y SP2 inspirados en las barchetta de los años cincuenta.

Igualmente -aunque esta vez en forma de ejercicio de diseño sin a priori anuncio formal de llegar a serie-, DS Automobiles presentó también durante el pasado año su Citroën SM Tribute Concept. Un diseño verdaderamente atractivo basado en el GT de 1970 con detalles tan cuidados como el guiño a sus ruedas traseras carenadas.

Sin duda un trabajo interesantísimo, muy meritorio, pero en torno al cual al menos desde este lado del teclado uno alberga dudas sobre la idoneidad de su hipotética llegada a los concesionarios. ¿Por qué?

ROMPER LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO

No somos los únicos en intuir cómo esta abundancia de homenajes puede ser más sintomática de una preocupante falta de ideas que de una sincera devoción por el legado de las marcas históricas. Es más, precisamente durante el pasado 2024 el periodista Máximo Sant reflexionaba sobre ello en su canal Garaje Hermético.

Por ejemplo, pensemos en el siguiente hecho: si usted se para a revisar los diseños más emblemáticos de los años sesenta y setenta -en cuya bisagra se insertan muchos de los automóviles más atractivos de la historia, empezando por todos los relativos al llamado “diseño en cuña”- lo que entonces se estaba dando no era una reinterpretación. Para nada, aquello era una auténtica revolución.

Un mirar con alegría y optimismo al futuro negociando una ola de creatividad como pocas veces se ha visto en la industria. En suma, el flujo de nuevas ideas era de tal calibre que nadie pensaba en rescatar los pasos de rueda segregados u otras cuestiones relativas a modelos ya superados al poco de acabar la Segunda Guerra Mundial.

¿Y USTED QUÉ OPINA?

Es más, incluso en nuestro artículo de ayer sobre las carrocerías Superleggera veíamos cómo quien no se adaptaba con premura a semejante escalada tecnológica acababa en la cuneta de las finanzas. Algo en gran medida muy diferente a lo que ocurre hoy en día, con unos diseños automovilísticos cada vez más homogéneos en las gamas generalistas mientras que la única forma de poder ser algo “especial” pasa por el recuerdo, la nostalgia, el tributo fácil a algo lanzado hace décadas.

En fin, no nos malinterpreten: valoramos muchísimo algunos de estos diseños retro -fantástico el Mini Clubman con puerta suicida y carrocería Shooting Break- pero al mismo tiempo su reciente sobreabundancia genera justo lo contrario a lo que produjo en su momento el New Beetle: ya no sorprenden y, además, evidencian una falta de nuevas ideas tal y como no pasaba en la Italia de finales de los años sesenta. ¿Qué les parece?

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Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

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